2.4.17

Salvador Pániker no se ha ido. Se ha escondido

Que se haya ido Salvador Pániker no me preocupa mucho, lo sigo teniendo yo en mi cabecera de cama, para las noches en que no logro dormirme. Cuando compré mi primer libro de Pániker mi librero de confianza me dijo que a donde iba con aquello. No me conoce bien, pues casi siempre pillo libros de economía o de Zaragoza. Pocas veces de filosofía. Cuando le compré el segundo se quedó extrañado de que me hubiera terminado el primero y creo que a partir de ese momento ya nunca más pensó que Pániker era complicado y que yo era muy fácil.

Ayer Pániker a los 90 años se dio la razón a sí mismo, y decidió ponerse de verdad muy malito. Son cosas que pasan cuando se tienen 90 años, aunque no siempre. Por antes o por después. Pero con su forma de pensar estoy seguro que no hubiera querido aguantar artificialmente mucho tiempo sin poder pensar en sus sexos y sus orientales formas de pensar.


Ser mayor no es lo mismo que ser viejo. Lo primero depende de la edad. Lo segundo de la forma de pensar. La primavera puede llegar en mayo o en noviembre, con 16 o con 89 años. Depende del sol y de las ganas de asomarte a la vida. Llegar a viejo no es llegar a ser un pendejo roto y descosido, es muchos veces llegar a ser un tipo con brillo aunque algo escondido, que sigue disfrutando, aunque de otras cosas, de esta maravilla que algunos llaman vida y que no es más que un camino hacia la muerte. Por eso mismo…, hay que disfrutar el segundo, el minuto, el sabor de lo que nos rodea.

26.3.17

A veces las paredes engañan

A veces una obra de arte logra engañarnos a base de perspectiva, buen trabajo, una elección del motivo que logra atrapar nuestra mirada. Y esto es lo que logra esta gran pintura sobre una fachada de un edificio. No he logrado saber en qué ciudad está realizada la imagen, pero sin duda engaña.

24.3.17

Una ventana no es lo que vemos, es lo de dentro

Me enamoran las ventanas, me atrapan entre sus sueños, que los tienen, y me hacen creer que detrás de ellas existe algo.

Y debe existir, pues si no ¿para qué ponemos una ventana, si no es para asomarse al menos el aire que entra y sale?

Una ventana no es lo que vemos, pues sólo alcanzamos a comprender con nuestra mirada la mitad. Detrás de ella se esconde la intimidad, el secreto, la malicia, incluso la soledad o el dolor. Una ventana es vida.


¿Cuantas veces se habrá abierto esta que vemos aquí, de una calle vieja de Logroño?

Por qué surge el cáncer, los tumores?

Ayer nos dijeron que el 66% de los cánceres son impredecibles (no indetectables en procesos de control predecibles) y que no depende su crecimiento de nuestro hábitos de vida o de nuestras herencias genéticas.

Sabíamos que el tumor surge por un error en la multiplicación de las células. Cada una de ellas debe replicar su ADN de forma perfecta, cada vez que se auto multiplica. Pero algunas de ellas van cometiendo errores mínimos, que por multiplicación hacen que en un tiempo surgan células equivocadas que provocan los tumores.

En teoría, cuanto más mayores seamos, más posibilidades de que se vayan acumulando errores casi matemáticos en las réplicas de nuestras células pues muchas más veces se han tenido que replicar, pero también depende del tipo de error que éstas cometan al multiplicarse.

Es cierto también que nuestro estilo de vida, el tabaco o la exposición a ciertos productos, hace que se cometan más errores, sean más necesarias las multiplicaciones que reemplazan células muertas, y con ello, más lógico que se produzcan mutaciones equivocadas de forma aleatoria. El Centro Oncológico Integral Sidney Kimmel de Baltimore en EEUU nos lo ha intentado explicar, pero con las reservas lógicas para que no perdamos nuestra forma sana de vida.

Todos tenemos amigos que han sufrido cáncer y han llevado un tipo de vida muy saludable. Entran en esos 66% de tumores aleatorios. Cristian Tomasetti lo explica así: “cada vez que una célula normal se divide y copia su ADN para producir dos nuevas células se cometen múltiples errores. Y estos errores en las copias son una fuente potente de mutaciones cancerígenas que han sido tradicionalmente infravaloradas desde un punto de vista científico. Y en este contexto, nuestro trabajo ofrece la primera estimación del porcentaje de errores ocasionados por estos errores”.

Nuestro sistema de vida logra que estos errores se multipliquen con errores más o menos veces, que las irritaciones de ciertas partes hagan necesario más o menos repeticiones de células muertas o deformes. Por eso el control constante de nuestra salud es imprescindible para detectar posibles tumores en sus estados más incipientes.


Se calcula que frente a ese 66% de tumores aleatorios, hay un 29% de tumores producto de los factores ambientales o de sistema de vida y un 5% de factores hereditarios. Pero también hay que añadir que estos números dependen del tipo de cáncer, pues no en todos los tipos son iguales. Por ejemplo el 95% de los tumores de cerebro, huesos o páncreas son por factores de errores al multiplicar células, mientras que sólo el 35% de pulmón lo son por este motivo.