19.11.17

Ya estoy aquí. Josep Tarradellas 23 octubre 1977

Cuando el 23 de octubre de 1977, en una España sin Constitución, el presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, saluda desde el balcón del Palacio de la Generalidad a las miles de personas congregadas en la plaza de San Jaime, tras su regreso a Cataluña después de treinta y ocho años de exilio, está escribiendo unas líneas históricas que edifican durante años una relación de entendimiento entre Cataluña y España.
Antes de su salida al balcón y en menos de 24 horas tras su llegada a España acompañado de su esposa, fue recibido por el ministro de trabajo, por el vicepresidente primero del Gobierno, y por el Rey Juan Carlos I.
«Ciudadanos de Cataluña, ¡ya estoy aquí! ¡Ya estoy aquí! ¡Porque yo también quiero el Estatut! ¡Ya estoy aquí! Para compartir vuestras penas, vuestros sacrificios y vuestras alegrías por Cataluña. ¡Ya estoy aquí! Para trabajar con vosotros por una Cataluña próspera, democrática y llena de libertad. ¡Ya estoy aquí!»

Josep Tarradellas era fundador del partido ERC junto a junto a Francesc Maciá y Lluís Company y antes de la Guerra Civil llegó a ser ministro en Cataluña de diversas carteras y diputado en las Cortes de Madrid y en el Parlament. En el año 1954 fue elegido President de la Generalitat en la clandestinidad.

Se leemos algunos párrafos de una entrevista que concedió unos días antes de llegar a España a la periodista Pilar Urbano, podemos sacar algunas conclusiones tal vez producto del momento, pero sin duda reflejando un espíritu de concordia.

¿Cataluña se integrará autónomamente en organismos internacionales?
“¡Ni hablar de eso! Es España la que ha de integrarse en Europa y estar presente en los organismos internacionales. Cataluña lo que ha de hacer, y lo haremos, es ayudar esa política en la medida de sus fuerzas, propulsar el progreso espiritual y material, político y económico del Estado español, pero ¡Nada de hacer nosotros una política internacional al margen de España!” (…) Mire, yo no soy federalista. Soy federal de Europa. De España respecto a Europa. Pero no de Cataluña respecto a España. Ni de las demás regiones y pueblos de España. Francamente, no creo en la viabilidad para nuestro país de una estructura federal.

¿Aceptará usted, señor presidente, la denominación de «región» para Cataluña autónoma?
¡Claro! También la aceptó Maciá en el año treinta y uno. El estatuto decía que Cataluña era «una nación dentro del Estado español»; pero nos dijeron que «nación», no: y aceptamos «región», como lo acepto yo ahora. (…)Nosotros no queremos hacer «rancho aparte» del resto de los pueblos del Estado español. Yo me permití decírselo al presidente Suárez: el tema de Cataluña es muy importante para nosotros; de acuerdo. Pero, sin discusión, a nivel español, lo más importante es conseguir un clima de confianza ciudadana, laboral, empresarial, financiera, inversora; luchar contra la inflación, remediar el paro cuanto se pueda. ¿Qué haríamos los catalanes con nuestra Generalitat, si el Estado, si el Poder central, no funcionara? La Generalitat, si España no «marcha», no nos sirve para nada. ¿Piensa, usted que vamos a cruzarnos de brazos ante los problemas tremendos de toda España?».

Señor Tarradellas ¿Por qué es necesaria la Generalitat?
Porque representa el deseo de los catalanes al autogobierno. Este autogobierno es un derecho que hemos ejercido muchas veces a lo largo de la historia. No es un invento de ahora, ni una tozudez mía. Por nuestra potencia numérica, por nuestra considerable riqueza material, por nuestra cultura, por nuestra lengua, por nuestro fondo de costumbres, por nuestra voluntad de superación… queremos autogobernarnos y espero que sabremos hacerlo bien.

Y para acabar la larga entrada, el Editorial de El País del lunes posterior a la llegada a la Generalitat de Josep Tarradellas, donde he remarcado en amarillo algunos párrafos.



Transición Social más que Política

Los 40 años de la Transición Política en realidad fueron 40 años de Transición Social, de cambios que poco a poco fueron calando en nuestra sociedad hasta modificarla casi sin darnos cuenta. Es verdad que nos parecía poco, y de eso hablaremos mucho. Pero lo cierto es que se nos cayó la caspa, se nos fue el olor a podrido y enmohecido, y poco a poco fuimos recuperando la luz y la libertad.

Lo curioso es que 40 años después tengamos dudas, e incluso dudemos de si seremos capaces de retener gran parte de lo conseguido, tal y como están viniendo dadas en los últimos años.

Hablaremos de humor, con humor, de aquellos detalles pequeños que ya casi han desaparecido, de opiniones, de hemerotecas, de personajes, de lugares o músicas, de colores incluso y de modas. Poco a poco, como permite un blog, de forma suave y aleatoria, fácil para el lector y muy fácil para el recopilador de historias viejas o nuevas.

Los deseos son muy simples. Ser un contenedor, un barril de cosas viejas, archivadas para que se pierdan menos. Tan solo eso. Y nada más que eso. Que parece mucho pero que tal vez sea muy poco. ¿Reflexiones? Sí, muchas. Sobre todo las de los lectores tras ver y leer.

Y 40 años después, se abdicó para no cambiar

El 18 de junio del año 2014 abdicaba oficialmente el Rey Juan Carlos I como Rey de España, pasando sus funciones y poderes a su hijo Felipe VI, firmando en el Salón de Columnas del Palacio Real la orden que salió publicada a las 12 de aquella misma noche, para que el día 19 fuera ya un día con nuevo Rey en España. Sobre la misma mesa en la que se firmó la entrada de España en la Unión Europea se firmaba la abdicación ante la presencia de su hijo y su esposa la Reina Sofía visiblemente contrariada y triste, tras muchos años soportando lo que al final motivó que Juan Carlos I tuviera que abdicar.

Han pasado pocos años, pero tal vez es buen momento para recordar qué se dijo en aquellos momentos sobre el cambio Real, que de alguna forma cerraba el periodo de la Transición, excepto que el nuevo Rey no supiera gestionar los tiempos con arreglo a la nuevas realidades. ya iremos viendo. Un José María Aznar ya no Presidente del Gobierno, un Alfredo P. Rubalcaba líder de la oposición o del PSOE y un Pablo Iglesias casi en su mejor momento político.


José María Aznar: La renuncia de Juan Carlos I a la Corona es una expresión concluyente de su voluntad de hacer en cada caso aquello que mejor sirva a los intereses de España, de su sistema democrático y de la institución monárquica. La sucesión al trono reafirma el sentido institucional de la Corona como garante de la continuidad y de la estabilidad del sistema constitucional español.


Alfredo Pérez Rubalcaba: La abdicación es uno de los hechos políticos más importantes de nuestra historia democrático de España. Juan Carlos I ha sido un factor de cohesión en el mejor periodo de nuestra historia moderna de España. El mejor embajador de España en el mundo cierra una etapa de su vida.

Pablo Iglesias: Los españoles tenemos derecho a decidir nuestro futuro; por eso queremos votar. Si el Gobierno considera que Felipe VI tiene la confianza de los ciudadanos, entendemos que invite a la gente a votar, solicitando al PSOE que no pacte con el PP para poner en marcha una la ley orgánica sobre la sucesión. Le damos la oportunidad a los socialistas de que demuestren que no son lo mismo que los populares.

Y para finalizar dejo el Editorial de El País del día 19 de aquel junio, sobre los nuevos tiempos y el nuevo Rey Felipe VI.


Han sido 40 años de Transición

La transición española no nace con la muerte del Dictador en la cama, sino al menos unos meses antes, cuando el 1 de octubre de 1975 se ve obligado a salir al balcón del Palacio Real a explicar ya casi moribundo, que Europa y el mundo nos odia, y que él sigue representando la verdad. 

Aunque es verdad que algunos estudios colocan el inicio de la Transición en el 20 de diciembre de 1973, cuando fue asesinado por ETA (con ayudas) el almirante Carrero Blanco, entonces Presidente del Gobierno.

Y si complejo es decidir en qué momento empieza el resurgir de la nueva democracia en España, como sensación al menos de un cambio inevitable, más lo es designar una fecha al momento de su finalización.

¿Ha terminado ya, en el 2017 la Transición? Debería, sin duda. Pero es complejo saber cuando. Si nos alargamos en el análisis podríamos decir que el 15-M de 2011 fue un punto de reflexión colectiva para acabar con los viejo.

Pero si colocamos como Piedra Filosofal a la actual Constitución, es posible que todavía no haya terminado, o que el 1-O de 2017 con el Referéndum irregular cuando no ilegal de Cataluña, haya marcado el punto de no retorno y la necesaria modificación de la Constitución.

Pero también es cierto que el 23-F de 1981 fue una ocasión perfecta para datar la finalización de esa primera fase de la Transición, por lo que supuso de paso adelante. Y también sin duda el 1 de enero de 1986 cuando España entraba definitivamente en la Unión Europea.

Excesivas divergencias de fechas, sobre todo por no saber con claridad qué es una Transición Política, hasta dónde hay que caminar para darla por terminada, qué se esperaba de estos cambios hacia la democracia, y sobre todo en qué punto estamos hoy, en el 2017, para saber si definitivamente se puede y debe dar por cerrado un periodo histórico.

Y como hay que definirse, también aquí, me defino.

De todo esto hablaremos aquí, de todas las situaciones que vivió España en estos años que van desde el 1 de enero de 1975 al 31 de diciembre de 2014, unos meses después de la abdicación de Juan Carlos I como Rey.

Son 40 años y dejan fuera muy a mi pesar los últimos tres años hasta la fecha de hoy, sabiendo que mucho de lo cocido en esta época anterior sigue siendo caldo de cultivo para lo que está sucediendo ahora mismo en España y en Cataluña. pero en algún momento hay que cortar. O no.