25.12.17

En 1975 también se pedía amnistía por Navidad

Resulta curiosa esta portada de la revista satírica Hermano Lobo del año 1975 recién muerto el dictador Franco. Y es curiosa por que pide “amnistía” para los presos políticos de entonces. Presos por sus ideas políticas juzgadas por acciones en contra de las leyes de aquel momento, y que vistas desde hoy nos parecen absurdeces.

¿De verdad es absurdo? No voy a dudar de que los políticos catalanes que en las navidades de 2017 están en la cárcel, lo están por decisiones políticas tomadas por ellos. Se han saltado la Ley de España, pero atendiendo a mandatos refrendados como poco por sus votantes, que son millones de catalanes. Declararon la independencia y la República, que figuraba en su Programa Electoral con el que se presentaron y ganaron. Por cumplir un programa electoral que les permitió ganar, están en la cárcel. ¿Por qué se les permite acudir a unas elecciones con un programa electoral que plantea acciones ilegales?

Son políticos presos por tomar decisiones políticas. Y se habla en la España de 2017 otra vez de amnistía, aun sabiendo que sin sentencia no se puede conceder indulto. También es verdad que tenerlos en la cárcel no supone ninguna ventaja para España ni para Cataluña, y sí una vergüenza por lo que supone. Si al final se escapan a Bruselas con Puigdemont no sería un drama sino tal vez una tranquilidad política.

Desde 1975 a 2017 han pasado 42 años y seguimos hablando de amnistía. Algo se ha hecho muy mal, cuando se siguen metiendo en la cárcel a políticos, aunque hayan cometido errores del calado de los que se han cometido en Cataluña. Errores por cierto, ratificados hace tres días por otros dos millones de catalanes en las elecciones al Parlamento de Cataluña.

¿Se está dando cuenta alguien que judicializar la vida política no sirve para resolverla, sino para estropear la vida social?

24.12.17

Las primeras pegatinas sindicales en la Transición

En los primeros años del sindicalismo consentido pero no legalizado, hablo de mitad de los años 70, las comisiones obreras primeras, que luego formaron ya legalmente CCOO tenían que recurrir a métodos muy simples de impresión de pegatinas o de folletos y hojas informativas.

Estos son simples posit de la época, en blanco, que se imprimían en casa con aquellas imprentitas de juguete y tinta de tampón. Con estas pegatinas se inundaba la ciudad de información sobre luchas obreras con lemas simples y cortos, pues el tamaño de estas hojitas que se pegaban en paredes, farolas o árboles eran de 7 x 5 centímetros.

23.12.17

En 1970 ya se decía que peligraban las pensiones

Era 1970 cuando Perich publicó esta viñeta que os dejo arriba. Han pasado 47 años y seguimos en el mismo punto de partida. ¿Es o no es cierto que no hemos avanzado casi nada y que parece que seguimos anclados en la Transición?

Aunque tiene un punto de vista positivo. Muy positivo. En 1970 ya se temía por las pensiones. Y 47 años después las seguimos cobrando. Podría ser que dentro de otros 47 años también se cobren. Un país inteligente no puede prescindir de un montón de millones de personas ancianas y sin trabajo, pero también sin consumir. E incluso sin ayudar a sus hijos y nietos.

¿Cuantos sectores productivos de España o del mundo occidental se irían al traste si no pudieran gastar y consumir las personas jubiladas?

Objeción de conciencia en el franquismo

No es muy conocido que en el año 1970, en los años finales de una dictadura militar cruel, al Gobierno de Franco se le ocurrió la idea de hacer una Ley de Objeción de Conciencia para el Servicio Militar. Puede parecernos increíble que un régimen militar con numerosísimos militares en las Cortes franquistas como diputados, tuviera la idea de implantar una Ley de Objeción de Conciencia, pero el 2 de junio de 1970 se publicó dicho proyecto de Ley para luego pasar a las Cortes para su aprobación.

El motivo de aquella Ley es bien distinto al lógico y posterior, o al que existe en otros países. En aquellos años era el Opus Dei y no los falangistas los que copaban el Consejo de Ministros. Tecnócratas enfrentados a los militares. Y el motivo no era reconocer el pacifismo civil como un motivo de objeción de conciencia para no acudir al Servicio Militar obligatorio, sino reconocer a los que por objeciones religiosas, por conciencias y confesiones religiosas creían que tomar las armas y aprender a usarlas, iba en contra de su ideario religioso.

La Ley planteaba cambiar los 18 meses de Servicio Militar obligatorio por 36 meses de Servicios en Unidades Especiales, para aquellos que por sus convicciones religiosas les haga objetar el cumplimiento del Servicio Militar. 


En aquellos momentos había ya un número de personas en la cárcel por estos motivos que iban creciendo año a año. Normalmente eran Testigos de Jehová que eran condenados a cárcel hasta 6 años (en establecimientos militares y de castigo en mucho casos) y que además al salir de ella eran nuevamente convocados al Servicio Militar, al que se volvían a negar y volvían a entrar en la cárcel por el mismo motivo, en una cadena increible de privación de libertad en cadena.

Aquel Proyecto de Ley de 1970 no pasó los trámites en las Cortes franquistas y la Comisión de Defensa Nacional dictaminó que era un atentado contra la seguridad nacional y la conciencia de todos los españoles, que debían ser iguales ante esta obligación.

A finales de 1973 se retiró las condenas en cadena contra los objetores, y hubo que esperar hasta diciembre del año 1976 a que se considerara este asunto, siempre por motivos estrictamente religiosos. Ya con la nueva Constitución del año 1978 se empezó a regular como un tema de conciencia, no sólo por motivos religiosos claros.

Hay que recordar aquí a José Beunza Vázquez, militante del Sindicat Democràtic d'Estudiants, como uno de los impulsores de los cambios necesarios en aquellos primeros años de objeción de conciencia por la no violencia y en los finales del Franquismo. En el año 1971 ya fue juzgado por un Consejo de Guerra por estos motivos, sin declararse ni Testigo de Jehová ni nada parecido, sino por motivos estrictamente no violentos.