29.12.17

Vota con realismo. Subliminal manera de lograrlo

Cuando UCD decidió presentarse a las Elecciones Generales de 1977 con el lema “Vota con realismo” estaba diciendo en esa frase mucho más que tres palabras simples. El mensaje subliminal era mucho más amplio.

Realismo - de Real


Realismo - de no seas tonto y vota lo que importa a España en estos momentos

Realismo - de no te vayas por las ramas, y vota lo que va a ganar


Somos Reales y además también somo reales, de carne y hueso, pues ya nos conoces, no hay que hacer experimentos con nosotros, somos los tuyos, los capaces, los que te van a permitir ser del equipo ganador. Todos prometen, nosotros también, parecían decir en su texto, pero además nosotros cumplimos, como ya sabes bien.

Y efectivamente, ese mensaje que casi no se notaba, caló fuerte y la sociedad española votó a una parte de la continuidad, a esos nuevos políticos que simplemente se habían quitado la camisa. Bueno, si vemos el cartel de Adolfo Suárez, simplemente se la habían aclarado un poco, desteñido más bien para que no apareciera como azul agresivo.


Se muere la hija del dictador y lo publicamos

Una muestra clara de que la Transición no se ha acabado en España aunque estemos en el año 2017 la podemos mostrar en las noticias de hoy. En la televisión privada y pública, han abierto hoy con la muerte de la única hija del Dictador Franco. 

¿Alguien se imagina algo parecido en Italia, Rumania, Alemania, Chile, Argentina o Portugal? ¿Dedicarle incluso reportajes con todo lujo de detalles? ¿Saber de su enfermedad, de su extremaunción, de su fallecimiento, día a día de su marcha enferma?

No hemos superado el franquismo, seguimos viviendo de sus recuerdos, seguimos en esa transición ilógica por los muchos años que nos lleva soportar el no pasar página de verdad, de no hacer en ningún momento un reset mental y social.

Seguimos teniendo a decenas de miles de españoles enterrados y olvidados en las cunetas, asesinados por el Franquismo de forma macabra, y en cambio le dedicamos páginas en los medios decimos que democráticos para hablar de la hija del dictador. Si es la sociedad la que reclama esta información, es que simplemente hay que explicarle algunas cosas que todavía no ha entendido.

28.12.17

Situación Límite: General Fernando de Santiago

El 6 de febrero de 1981 el Rey Juan Carlos I fué cortado en su intervención al ponerse a cantar con el puño en alto, el «Eusko gudariak» por los diputados de Herri Batasuna en la Casa de Juntas de Guernica, en su primera visita oficial al País Vasco.

Era un incidente más de los habituales en esta formación política, pero para los militares —y más en aquellos tiempos donde estaban totalmente crispados por cómo se estaban entrando en unos cambios que no aceptaban—, era un insulto a su máxima autoridad militar, y ello motivó que el general Fernando de Santiago y Díaz de Mendívil escribiera dos días después y en Ia portada del diario El Alcázar su artículo "Situación Límite”, que más abajo dejo para su análisis.

Era la opinión escrita por una de las máximas autoridades militares y en el diario más franquista en aquellos años, de un militar muy respetado en sus estamentos, pues había sido Vicepresidente en el primer gobierno de Juan Carlos I y Adolfo Suárez, y que había sido presidente del Gobierno en funciones entre el 1 y el 3 de julio de 1976.

Es ilógico no pensar que aquel artículo muy comentado en todos los medios de comunicación y publicado el 8 de febrero de 1981, no tuviera un peso decidido en lo que dos semanas después hizo parte del estamento militar, dando un Golpe de Estado con el ataque al Congreso. Os dejo el texto publicado dos semanas antes del 23F.

Situación Límite

El espectáculo de Guernica es la muestra de estado de descomposición en que se encuentra España. Es intolerable y vejatorio todo lo que está pasando. En Guernica se insultó a España y al Rey, que ejerce el mando supremo de las Fuerzas Armadas y, por lo tanto, se ofendió a quienes nos honramos con sus uniformes, el acto de Guernica no se convirtió en una auténtica tragedia gracias a la prudencia, talante y serenidad de Su Majestad.

No podemos continuar impasibles ante tanto caos. Acaban de asesinar al ingeniero Ryan, a pesar de las súplicas de su mujer, compareciendo con sus hijos en Televisión Española en una escena desgarradora y dramática para pedir la Iibertad de su esposo, Pues bien, ni sus súplicas, ni las protestas, ni las manifestaciones populares, ni las llamamiento; hechos a organismos extranjeros, han servido de nada. La ETA y sus cómplices implacables, fría y asesina, ha cumplido sus amenazas y el ingeniero Ryan, ha muerto con el tiro en la nuca.

En nuestra Patria no se respeta a nadie. La larga lista de secuestros y de asesinatos de civiles, miIitares, guardias civiles, policías, etcétera, es la prueba más evidente de que aquí no hay autoridad y por tanto, hay que restablecerla. Los partidos políticos no representan al pueblo en estos momentos.

Cuando se ha preguntado a sus portavoces, en ocasión de la misión del presidente del Gobierno, si la convocatoria anticipada de unas elecciones generales podría resolver la situación en que nos encontrarnos, han contestado claramente que no, por temor a una abstención general, como ha ocurrido recientemente. Es la prueba más evidente de que el pueblo, defraudado, ha vuelto las espaldas a este contubernio político.

Pienso que las cosas han ido demasiado lejos. No podemos encogernos de hombros y desahogarnos con Iamentaciones de palabra o por escrito.

Hay que salvar a España si tenemos conciencia de españoles y de creyentes.

Como soldado que he dedicado toda la vida al servicio de España, creo que ha llegada la hora de que todos los españoles pongamos fin al rompimiento de nuestra unidad y, como consecuencia, la desaparición de nuestra Patria. En nuestra historia hemos vivido momentos tan difíciles como el presente, pero siempre, en situaciones parecidas a ésa, hubo españoles que rescataron y salvaron a España.

En la Transición, si eras diferente, eras peligroso

Si algo marcaba la normalidad en los primeros años de la Transición era la anormalidad. Para el Franquismo, todo lo que sonara a diferente era problemático y había que controlarlo y a ser posible detenerlo. Aunque fuera una diferencia de lo más simple.

En la manifestaciones, como era imposible detener a todo el mundo y no se conocía a los que las organizaban pues aunque tenían a policías infiltrados, los conocíamos a casi todos, el grito para detener a alguien era de lo más simple.

—A eso, al del jersey de rojo

Llevar jersey rojo a las manifestaciones era de novatos o de muy chulos. Lo normal es que acabaran dándote más hostias que a ningún otro, simplemente por llevar un color determinado.


Esta viñeta del genial Quino, también marca la diferencia de esa normalidad.