6.4.18

Nuevos interlocutores en ambos lados, por favor

Señalamos en este blog hace unas semanas que dejar en manos de la justicia, y además justicias repartidas entre España, Alemania, Escocia y Bélgica, los problemas de España con España, por el asunto de Cataluña, era un error mayúsculo.

Ya vamos teniendo encima de la mesa decisiones de la justicia. Y ahora desde la política o las admitimos o hacemos trucos o tratos.
Quien gobierna debe admitir que tiene unas obligaciones, incluso a veces complejas, duras y distintas a sus deseos. Pero para eso se entiende que deberían ser los mejores, aunque el actual desprestigio nos lleve a observar que los mejores no quieran entrar en política.

Tras los primeros pasos de la justicia alemana y belga, cabe admitirlos o retirar la euro orden y hacer más el ridículo, jugando con las justicias. El punto de conflicto se ha convertido en una herida con pus y cada día resulta más complicado intentan hablar entre las partes. Sigo sin entender el motivo de que sigan en la cárcel políticos que dificultan las soluciones.

Es necesario cambiar a los actores principales de este drama; tanto en un lado como en el otro. Quien no entienda esto no es capaz de encontrar soluciones. Los que hay hoy no sirven.

4.4.18

Un concejal nos llama PUMAS pero no entiende de economía

Tontos de baba y soniquete nacen en todos los sitios posibles, incluso en Cambrils, y es posible por selección natural —ahora que ya nadie quiere ser político—, que algunos de estos tontos de moquete y moscas pueden llegar a ser concejales si se apuran en sus ganas de triunfar en sus tonterías.

En mis más de dos décadas compartidas con las gentes de Cambrils, sobre todo en los meses en que no era agosto, nunca me sentí llamado despectivamente PUMA, al contrario tuve muy buenas relaciones de todo tipo. Incluso cuando tuve que acudir a mover políticamente algunos embrollos que querían hacer con el paseo marítimo, cuando a otros tontos se les ocurrió la hermosa idea de expropiar un barrio entero de apartamentos para ordenar lo imposible.

Los tontos si se les deja a mano una máquina como internet suelen tontear, pero no hay que hacerles mucho caso, pues lo hacen sin sentido común, lo proponen porque no dominan los dedos. Les salen solos los insustos sin momento adecuado.

A mi por ejemplo, y mira que también soy tonto de baba y soniquete, nunca se me ocurriría llamar POLACO a un concejal de Cambrils, por muy tonto de mocos como yo que nos pudiera parecer.

Nota.: Se me olvidaba, que estoy tonto. PU - MA viene de putos maños.

¿Qué nos pasa a partir de los 50 ó 55 años? ¿Sabemos defendernos?

Yo pienso que el ser humano, sobre todo los hombres, no fuimos diseñador para durar más de 50 años. Llevamos pues en estos tiempos como 35 años de regalo sin estar diseñados para ellos. 

A partir de los 50 los pelos se nos descontrolan, nos cambian de lugar o se caen sin preguntar, y todo parece estar más cansado y flojo. Excepto el cerebro, que como no nos enseñaron a usarlo bien, nos pasa desapercibido y no notamos tanto sus fallos.

Si pones a 200 personas mayores de 55 años todas seguidas, verás que somos más feos de lo que deberíamos, más gordos de lo que nos recomienda la enfermera, y posiblemente más aburridos (o tristes) de lo que aconseja el sentido común. 


Parecemos cansados porque estamos cansados. Es como si nos miráramos para dentro y no fuéramos capaces de encontrarnos.

Pero todo tiene solución, y esto sí es relativo hasta que se te tuerce el cuerpo del todo. Hay que hacer algo más de movimiento. No deben llamarlo deporte, que eso es otra cosa. Es movimiento. Ser un poco más animal activo.


Andar mucho más y algo más deprisa. Hacer calentamientos o Pilates, hacer bicicleta o nadar. Hay que comer menos. Sobre todo menos y si es posible mejor. Y hay que leer más, escribir algo, hablar y dialogar y ver menos la tele basura, que vosotros ya sabéis lo que es.

A los niños cuando tenían 5 años les decíamos que NO cuando nos pedían muchos vicios. Pues ahora, con 35 años hay que decirles que NO cuando nos piden lo mismo pero en forma de nietos. 


Una cosa es el deber y el gusto, y otra el esclavismo disimulado y familiar. Los mayores de 55 tenemos también que ser libres y a ser posible felices.

¿Qué nos pasa a partir de los 50 ó 55 años?

Yo pienso que el ser humano, sobre todo los hombres, no fuimos diseñados para durar más de 50 años de edad. Llevamos pues en estos tiempos como 35 años teóricos y estadísticos de regalo en nuestra vida sin estar bien diseñados para ello. 


A partir de los 50 años los pelos se nos descontrolan del todo pues se nos cambian de lugar o se caen más rápido y sin preguntar, y todo el cuerpo parece estar más cansado y flojo excepto el cerebro, que como no nos enseñaron a usarlo bien, nos pasa desapercibido y no notamos tanto sus fallos.

Si pones a 200 personas mayores de 55 años todas seguidas, verás que somos más feos de lo que deberíamos, más gordos de lo que nos recomienda la enfermera de familia, y más aburridos de lo que aconseja el sentido común. 


Parecemos cansados porque estamos cansados. Es como si nos miráramos para dentro y no fuéramos capaces de encontrarnos.

Pero todo tiene solución si ponemos algo de nuestra parte, eso si los problemas son relativos y hasta que se te tuerce el cuerpo del todo. 

Hay que hacer algo más de movimiento. No deben llamarlo deporte, que eso es otra cosa. Es movimiento, lograr algo de flexibilidad añadida a nuestro entumecimiento que poco a poco se nos adueña de nosotros. 

Andar mucho más y algo más deprisa. 

Hacer calentamientos o Pilates, hacer bicicleta o nadar. 

Hay que comer menos. Sobre todo menos y si es posible mejor. 

Y hay que leer más, escribir algo, hablar y dialogar y ver menos la tele basura, que vosotros ya sabéis lo que es.

A los niños cuando tenían 5 años les decíamos que NO cuando nos pedían muchos vicios. Pues ahora, con 35 años hay que decirles que NO cuando nos piden lo mismo pero en forma de nietos. 


Una cosa es el deber y el gusto, y otra el esclavismo disimulado y familiar. Los mayores de 55 tenemos también que ser libres y a ser posible felices.

El humor funciona muy bien, aunque no siempre es sencillo conseguirlo, pero hay que intentarlo.