8.7.18

San Fermín de 1978. La policía provocó la ruptura

El 8 de julio de 1978 la vida del joven Germán Rodríguez, pamplonés de 27 años e hijo de un reconocido médico de Pamplona se perdió por un disparo directo a la frente que acabó con su vida en el acto. El disparo era efectuado (presuntamente, para evitar problemas legales) por un miembro de la Policía Nacional, que estaba comandada por un conocido miembro de Fuerza Nueva según se decía en Pamplona, y que no hicieron caso al Gobernador Civil Ignacio Llano que tras unos incidentes en la Plaza de Toros de Pamplona por desplegar una pancarta donde se leía “Amnistía. Presos a la calle. San Fermín sin Presos”, siguieron intentando reprimir los disturbios en las calles de Pamplona con armas de fuego, mientras desde el poder político se les pedía calma y mesura. 

Las fiestas de San Fermín de julio 1978 acabaron aquella noche del día 8, por la violencia arrasando parte de Pamplona y que se contagió al País Vasco en los días posteriores como así era lógico en aquellos años, provocada por los que querían que la Transición no siguiera por el camino de la paz y los acuerdos. 

Emplear a las fuerzas de orden público para provocar, era una herramienta bastante utilizada por los ultraderechistas que todavía tenían poder en algunas instancias. No respetaban a los políticos de la UCD pues los consideraban unos traidores al Franquismo.

Las imágenes de aquella tarde fueron censuradas, se perdieron gran parte de ellas y algunas se recuperaron años después en Francia. No les interesaba ver que la salida de la pancarta por las peñas de Pamplona en la plaza de toros fue una situación que se produjo de forma pacífica al final de la corrida, ni tampoco la actuación posterior con la Policía Armada entrando en la plaza de toros con las armas en la mano. 

En la plaza había unas 18.000 personas que asistieron atónitos a la entrada de unos 50 policías disparando botes de humo y pelotas de goma…, y disparos de pistola como quedó reflejado en las imágenes. En total hubo 130 heridos, seis de ellos de bala, y casi 500 contusionados durante toda aquella tarde y noche. 

Para intentar justificar lo injustificable se dijo que dos policías habían sido acuchillados en la misma plaza de toros. Era parte de las excusas que seguían demostrando la falta de profesionalidad de los que mandaban entrar en un recinto cerrado y disparando, a 50 policías con armas.

Valle de los Caídos a los pocos meses del entierro

Esta imagen del Valle de los Caídos está tomada el 18 de julio de 1976, para celebrar el 40 aniversario del comienzo de la Guerra Civil, y a los pocos meses de haber sido enterrado allí el dictador Franco. Cuando ahora se habla de reorientar el uso de este valle para que sirva para la Paz y no para la confrontación, tenemos que ver este tipo de imágenes para entender el uso que se le hizo desde el Franquismo, apoderándose de incluso los cadáveres de los caídos en el bando republicanos, para intentar demostrar que era un lugar abierto a todo el mundo.

En aquella fecha además de la viuda de Franco asistieron con el saludo fascista de los asistentes, Raimundo Fernández Cuesta (importante falangista varias veces ministro), José Antonio Girón de Velasco (importante falangista y ministro) o Joaquín Gutiérrez Cano (ministro y fundador de la Fundación Francisco Franco).

En la nota de prensa de El País del martes 20 de julio de 1976 (los lunes no había periódico en aquellas fechas) se puede leer una información de aquella jornada. Como se puede comprobar por la nota, floja y vieja celebración donde se empezaba a notar que los españoles ya estaban deseando cambiar hacia nuevas formas sociales y políticas.



Movistar y El día de mañana. La Transición en imágenes

No se ha escrito en ficción lo suficiente de la época de la Transición en España, tal vez por estar excesivamente cerca, tal vez porque no hay seguridad de añadir algo nuevo que atrape a los lectores o espectadores. Pero queda un espacio histórico sin explorar que poco a poco vamos a ir viendo reflejado en nuestros cines y libros.

Movistar ha estrenado la serie de 6 capítulos “El día de mañana” basada en el libro de Ignacio Martínez de Pisón y editada por Seix Barral en el año 2011. Refleja la vida de un aragonés que emigra a Barcelona con su madre, un tipo listo o listillo, complicado de entender, que quiere curar a su madre pero se encuentra con una España violenta, tramposa, desigual, a la que se adapta maravillosamente, con el único hándicap de que se enamora. Su vida gira siempre alrededor de dos mujeres. Su madre y Carme.

Pero la novela y la serie es mucho más que una historia personal, es sobre todo una historia de la España gris y dura
. De esa España de finales de los años 60 y los primeros años 70, que se va transformando aunque los policías asquerosos y duros lo intenten impedir. Es la Transición antes de la Transición, es la dureza del camino lleno de piedras para lograr una España libre a la altura de Europa.

Es sobre todo un retrato de la sociedad de la España de aquellos años, que tanto debemos seguir retratando para entender lo que después vino, todo aquello que fuimos capaces de lograr y lo que nos resultó imposible por estar dentro de una sopa donde los violentos seguían matando. Sin duda el trabajo de los tres actores principales es fabuloso con el añadido de algunos secundarios realmente espléndidos. Karra Elejalde como policía asqueroso al que todos podremos poner nombre y apellidos, es tal vez el personaje un poco más histriónico, para separarlo del conjunto de la obra.




No fueron 25 años de paz, sino de hambre

La periodista y fotógrafa catalana Joana Biarnés supo reflejar esa España de los años 60 y 70 como ninguna con su mirada profunda y particular que sabía buscar en los encuadres más sencillos el mensaje de que dentro de cada imagen, algo había además de lo que podíamos ver.

La España de 1964 era triste como vemos en esta imagen de Madrid. Ya hacía años que se había salido de la Guerra Civil, pero seguía la posguerra entre nuestra sociedad, y con ella el hambre, las enormes desigualdades sociales y sobre todo el miedo. España era un país de supervivencia, de una religión para los pobres y otra para los ricos, de mano dura y de estampas crueles.

Desde aquellos años hubo que construir la democracia, esa que ahora se critica como ambigua, sin darse cuenta los que lo hacen que se partía de un ejército de policías y militares con armas y violencias de callejones, que adoraban las desigualdades sociales, apoyados por una iglesia que miraba hacia otro lado y que era de todo menos seguidora de la filosofía de Cristo.

Esta imagen se tomó en 1964, 25 años después del final de la mal llamada Guerra Civil. Cuando se celebraban con boatos inmensos los que los dictadores llamaron “25 Años de Paz”. Esa paz que se construyó sobre los muertos y las represiones. Una paz fácil pero que no llegço a todos y que a muchos iba acompañada de hambre y desigualdad.