8.10.18

El burnout, estar quemado, quedarnos sin pilas

Todos los trabajadores tenemos tendencia a quemarnos en nuestro oficio, en nuestro puesto de trabajo. Y los que nos dedicamos a los RRHH además de saberlo lo tenemos que evitar. Para ello debemos conocer los motivos de que las personas se quemen en sus puestos de trabajo, y evitar estos problemas con cambios necesarios, a veces importantes. Lo podemos llamar “burnout” que sería una traducción de agotamiento, de quedarnos sin pilas, de perder nuestra energía productiva. La persona se cansa de su trabajo, de la rutina, de su futuro, de sus compañeros.

Muchas veces es más sencillo divorciarse de la esposa o marido que del trabajo o del banco. Hemos llegado a convencernos que la facilidad de un divorcio de personas es simple y que del resto como es más complicado no nos afecta tanto o más que hacerlo de una persona con la que convivimos. Y la realidad es que no siempre es así, y que la unión temporal con una empresa puede fastidiarnos la vida tanto o más que con una persona con la que ya no estamos bien.

Por eso las empresas también deben cuidar el aspecto real del posible divorcio de sus trabajadores, no porque se vayan a ir a otra empresa, sino por algo mucho peor. Porque no se vayan y se queden, peor totalmente quemados, convertidos en columnas.

Normalmente las personas con “burnout” o quemadas son trabajadores muy válidos, pues los que no son válidos se disfrazan de otra cosa y saben disimular muy bien sus problemas de relación en la empresa. Saben que fuera de ella hace frío. Además un colaborador válido suele ser el que más trabajo soporta, el que más responsabilidad tiene y el que más decisiones toma, lo que a veces además de no ser reconocido bien, le reporta ante los errores alguna mala cara desde sus superiores. Es curioso esto, pero es real. El mediocre sabe esconderse y recibe menos broncas que el bueno.

Así que las empresas tiene la obligación de detectar el “burnout” y evitarlo pues tiende a contagiarse. Y sobre todo evitar que no les afecte a las personas en las que deposita la confianza de las decisiones. Si ya tenemos “burnout” y no somos capaces de resolverlo, es mejor actuar con decisión ante unas pocas personas que no afectan a la salud de la empresa y potenciar positivamente a las personas que lo sufran pero representan un activo importante para la misma.

Los ascensos bien organizados, las promociones en formación, detectar las personas “caparras” que joroban a compañeros, conocer las vidas personales y las necesidades para conciliar de cada persona, promocionar las ideas de los colaboradores y escucharlos, aprender a valorar a las personas de la compañía y sobre todo analizar siempre la remuneración de cada persona para no quedar desfasado con la competencia, son datos fundamentales para resolver problemas que se pueden convertir en enfermedades graves.

Empresa en crisis. ¿Paracetamol o antibióticos?

El mundo de las decisiones en tiempos de crisis en las empresas, se mueve a ritmo casi paralelo entre dos clases de necesidades que tienen mucho que ver con la salud. Necesitamos medicaciones (ideas, proyectos, innovaciones) que nos resuelvan nuestros dolores de forma rápida, aunque no sean capaces de curar de verdad. 

Un dolor de cabeza de la empresa lo resolvemos con productos tipo Paracetamol, pero estas soluciones no curan el problema. Simplemente logramos que no se note durante unas horas, hasta la siguiente pastilla. Resuelve los síntomas de forma suficiente para seguir en el ritmo del día al día, pero no cura. 

Y luego tenemos los productos tipo antibióticos que revitalizan el proyecto o lo dotan de defensas reales, pero que no hacen desaparecer los síntomas en el momento y que si no tomamos otra cosa tardaremos unos días en ver resultados satisfactorios.

En el mundo de la empresa es parecido. Cuando hay problemas y fiebres, cuando todo se nota enfermo, tenemos dos opciones y a veces solo podemos actuar con un producto. O le administramos Paracetamol o antibiótico, pues no hay dinero para las dos soluciones. Aunque a veces lo barato salga muy caro.

Decidir qué medicina empleamos es un gran reto, pues tenemos que decidir si actuamos sobre los síntomas o sobre la enfermedad. Si trabajamos para ganar tiempo o si tenemos tiempo para trabajar sobre la base de la enfermedad.

Una ampliación de capital es un antibiótico, un crédito rápido o una letra de peloteo puede ser una aspirina. Devolver una letra de un proveedor o retrasar unos días la nómina de los trabajadores es Paracetamol. Estudiar una fusión, la entrada de nuevos socios, o diversificar los servicios con nuevas inversiones puede ser aplicar antibióticos. 

Pero no siempre podemos hacer ambas cosas, incluso algunas de ellas son negativas en el medio plazo. Y todas ellas requieren una reflexión contundente. ¿Qué futuro esperamos para nuestra empresa, nuestro proyecto?

7.10.18

Conocer la competencia te ayuda a decidir sobre tu negocio

Hoy un amigo me ha llevado (casi) de asesor para ver un gran terreno de montaña con un edificio notable construido a su vera, todo dispuesto para continuar el negocio de Casa Rural con algunos cambios. Quería saber mis puntos de vista sobre el conjunto y sin duda si era un excelente espacio, un paisaje idóneo, con mucho terreno para actividades y con un campo de fútbol privado y otro de baloncesto en regulares condiciones, lo que parecía ser un activo más del negocio. 

Tres plantas, dos comedores de diferente tamaño, una gran cocina, 8/10 habitaciones que necesitaban reformas, tres grandes salas para dormitorios comunales, salas de entrenamiento, de reuniones, de…, todo bien. Era un lugar perfecto para obtener tranquilidad, naturaleza y relajación.

Parecía un negocio correcto y un alquiler anual que habría que intentar negociar a costa de las inversiones necesarias para actualizar
todo el conjunto de cara a ponerle acorde al siglo actual. Lógico también, pues por algo lo habían dejado los anteriores inquilinos.

En mi obligada reflexión sobre lo que me pedía mi amigo, había que saber algo más. Pero llegamos al punto crítico. 


¿Por qué lo ha dejado el anterior inquilino? 

No había constancia clara ni posibilidad de saberlo con exactitud. Sin duda todo estaba más viejo de lo que debería para abrir con garantías. Pero eso en sí mismo no debería ser problema si se sabe negociar un tipo de contrato de largo recorrido y con alguna cadencia inicial.

¿Hay otras casas rurales por aquí cerca? Y este es el punto clave que nos despertó las ideas. La respuesta era: SI.

Pues había que ir a verla con urgencia. Conocer la competencia es fundamental para valorar tu negocio, tus ideas, tus proyectos. Las empresas de la competencia son los que nos marcan los precios a cobrar por nuestros servicios, los que nos exigen las calidades y los servicios. Ellos ya tienen clientes, y nosotros con nuestras ideas y proyectos tenemos que restarles algunos para poner en marcha nuestro negocio. 



¿Esto es fácil, posible, a qué coste?

Y nos encontramos con una Casa Rural (la competencia) a unos 3 kilómetros, mucho más pequeña (bien) sin terrenos deportivos alrededor de su propiedad (bien) sin salas grandes para reuniones de huéspedes (bien) pero dentro de un núcleo urbano de un pequeño pueblo (mal pues el otro era en el campo) con dos bares en el pueblo dando servicio de ocio (mal) y una pequeña tienda pero suficiente (mal) con dos plantas y una docena de habitaciones (según, pche pcha) pero decoradas muy modernas (mal) y a unos precios ya muy ajustados lo que impide competir por precio (mal).

Es decir, que todo lo que mi amigo quería saber de mí, se lo brindaba en bandeja la competencia más cercana. Ya sabíamos la inversión necesaria para modernizar y competir, sabíamos precio que cobraba la competencia, puntos imposibles de lograr por mi amigo y puntos fuertes de la inversión de mi colega. La competencia nos había enseñado casi todo lo necesario para tomar mi amigo su decisión. 


¿Estaba dispuesto mi amigo a luchar en buena lid contra esos elementos positivos de la competencia? 

 ¿Qué tipo de cliente le puede sisar mi amigo a su inevitable competencia ya instalada? 

 ¿Cuánto tardará tardará este nuevo negocio de mi amigo en amortizar las inversiones imprescindibles según lo que hemos visto que ya ofrece la competencia para poder defender su proyecto? 

 ¿A qué tipo de cliente se puede dirigir mi amigo para no competir directamente con la competencia? 

 ¿Qué valor añadido tiene la Casa Rural de mi amigo en comparación con la de su competidor? 

 ¿Qué servicios debe añadir a su casa rural para minimizar los servicios que obtienen los clientes de la competencia por estar dentro del pueblo?

Todas estas preguntas sirven para cualquier tipo de negocio. Es la competencia, lo que ya existe, los servicios que ya se ofrecen, los que nos marcan los caminos de cualquier negocio nuevo. Por eso conocer las empresas de la competencia es imprescindible.

Conocer la competencia te ayuda a decidir sobre tu negocio

Hoy un amigo me ha llevado de asesor para ver un gran terreno de montaña con un edificio notable construido a su vera, todo dispuesto para continuar el negocio de Casa Rural con algunos cambios. Quería saber mis puntos de vista sobre el conjunto y sin duda era un excelente espacio, un paisaje idóneo, con mucho terreno para actividades y con un campo de fútbol privado y otro de baloncesto en regulares condiciones, lo que era un activo más del negocio. Tres plantas, dos comedores de diferente tamaño, una gran cocina, 8/10 habitaciones que necesitaban reformas, tres grandes salas para dormitorios comunales, salas de entrenamiento, de reuniones, de…, todo bien. Era un lugar perfecto para obtener tranquilidad, naturaleza y relajación.

Parecía un negocio correcto y un alquiler anual que habría que intentar negociar a costa de las inversiones necesarias par actualizar
todo el conjunto, de cara a ponerle acorde al siglo actual. Lógico también, pues por algo lo habían dejado los anteriores inquilinos.

En mi obligada reflexión sobre lo que me pedía mi amigo, había que saber algo más. Pero llegamos al punto crítico. ¿Por qué lo ha dejado el anterior inquilino? No había constancia clara ni posibilidad de saberlo con exactitud. Sin duda todo estaba más viejo de lo que debería para abrir con garantías. Pero eso en sí mismo no debería ser problema si se sabe negociar un tipo de contrato de largo recorrido y con alguna cadencia inicial.

¿Hay otras casas rurales por aquí cerca? Y este es el punto clave que nos despertó las ideas. SI.

Pues había que ir a verla con urgencia. Conocer la competencia es fundamental para valorar tu negocio, tus ideas, tus proyectos. Las empresas de la competencia son los que nos marcan los precios a cobrar por nuestros servicios, los que nos exigen las calidades y los servicios. Ellos ya tienen clientes, y nosotros con nuestras ideas y proyectos tenemos que restarles algunos para poner en marcha nuestro negocio. ¿Eso es fácil, posible, a qué coste?

Y nos encontramos con una Casa Rural a unos 3 kilómetros, mucho más pequeña (bien) sin terrenos deportivos alrededor de su propiedad (bien) sin salas grandes para reuniones de huéspedes (bien) pero dentro de un núcleo urbano de un pequeño pueblo (mal pues el otro era en el campo) con dos bares en el pueblo (mal) y una pequeña tienda (mal) con dos plantas y una docena de habitaciones (según, pche pcha) pero decoradas muy modernas (mal) y a unos precios muy ajustados (mal).

Es decir, que todo lo que mi amigo quería saber de mí, se lo brindaba en bandeja la competencia más cercana. Ya sabíamos inversión necesaria para modernizar, sabíamos precio, puntos imposibles de lograr y puntos fuertes de la inversión de mi amigo. La competencia nos había enseñado casi todo lo necesario para tomar mi amigo su decisión. 

¿Estaba dispuesto mi amigo a luchar en buena lid contra esos elementos positivos de la competencia? 

¿Qué tipo de cliente le puede sisar mi amigo a su inevitable competencia ya instalada? 

¿Cuánto tardará este nuevo negocio en amortizar las inversiones imprescindibles según lo que hemos visto que ya ofrece la competencia para poder defender este proyecto? 

¿A qué tipo de cliente se puede dirigir mi amigo para no competir directamente con la competencia? 

¿Qué valor añadido tiene la Casa Rural de mi amigo en comparación con la de su competidor? 

¿Qué servicios debe añadir a su casa rural para minimizar los servicios que obtienen los clientes de la competencia por estar dentro del pueblo?

Todas estas preguntas sirven para cualquier tipo de negocio. Es la competencia, lo que ya existe, los servicios que ya se ofrecen, los que nos marcan los caminos de cualquier negocio nuevo. Por eso conocer las empresas de la competencia es imprescindible.