Ayer me ofrecieron en una reunión multilateral los servicios de una empresa que se dedica a buscar perfiles de personas que pueden resultar interesantes para sus clientes a través de las redes sociales de cualquier posible candidato, y realizar un informe sobre sus contenidos y personalidad.
Lo ofrecen a muy diversas empresas que se dedican a la Selección de Personal y me lo comentaron como responsable social del análisis de Zaragoza y su entorno metropolitano, como advertencia hacia los jóvenes que deben tener más cuidado, pues están siendo vigiladas sin que ellas lo sepan.
Y sé que lo saben, pero no saben bien hasta donde. Suena a autocensura, y lo es. pero son tiempos raros, raros.
Porque en realidad esto es mucho más peligroso. Da igual el nick que cada persona se ponga. A esta empresa se le entrega el nombre real, y con eso ya es suficiente para saber con qué nombres están publicando estas personas en las redes. Y con la información obtenida elaboran un perfil y unas conclusiones.
No hace falta ser tipos como yo que sale cientos de veces en Google, les sirven personas que se creen anónimas y que tan solo escriben en Facebook o en Instagram.
Es decir, esa empresa adjetiva a las personas, las empaqueta y las vende. No sirve la entrevista de trabajo o la prueba de tus habilidades. No sirve tu experiencia o tus estudios. Sirve ese diagnóstico de alguien que ni te mira a la cara ni te conocerá nunca.
En su diagnóstico señala tus grados de empatía, de trabajo en equipo, de violencia, de aficiones, del tipo de amigos, de las lecturas que haces, de tus respuestas ante problemas personales, de tus compras y tus ingresos, de tu capacidad para seguir aprendiendo o para aceptar de buen o mal grado las órdenes de terceras personas.
Sí, sí. Lo sé. Esto está prohibido. Ya. Lo sé. ¿Y?
¿Quién puede demostrar que una información que existe y está flotando de forma pública, alguien que no conoces ni te conoce la ha reunido y tras eso la ha analizado para emitir una sentencia que vende a alguien que tú no sabes que la compra?
Si alguien roba (o recoge y empaqueta) pero nadie se entera de que ha analizado y diagnosticado ¿dónde queda la figura del ladrón?
28.11.18
Redes sociales y Selección de Personal. Cuidado
Ayer me ofrecieron en una reunión multilateral los servicios de una empresa que se dedica a buscar perfiles por las redes sociales de cualquier persona, y realizar un informe sobre sus contenidos y personalidad laboral, sobre su capacidad de innovar, de trabajar en equipo, de adaptarse, de crecer.
Esos perfiles los ofrecen a muy diversas empresas que se dedican a la Selección de Personal y me lo comentaron como responsable social del análisis de Zaragoza y su entorno metropolitano, como advertencia que debería yo tener y transmitir hacia los jóvenes que deben tener más cuidado, pues están siendo vigilados sin que ellos lo sepan.
Y sé que lo saben o lo intuyen, pero no saben bien hasta donde. Suena a autocensura, y lo es. Pero son tiempos raros, raros.
Porque en realidad esto es mucho más peligroso. Da igual el nick que cada persona se ponga. A esta empresa cliente se le entrega también el nombre real, y con eso ya es suficiente para saber con qué nombres están publicando estas personas en las redes. Y con la información obtenida elaboran un perfil y unas conclusiones.
No hace falta ser tipos como yo que sale cientos de veces en Google, para ellos sirven también personas que se creen anónimas y que tan solo escriben en Facebook o en Instagram.
Es decir, esa empresa adjetiva a las personas, las empaqueta y las vende. No sirve la entrevista de trabajo o la prueba de tus habilidades. No sirve tu experiencia o tus estudios. Sirve ese diagnóstico de alguien que ni te mira a la cara.
En su diagnóstico señala tus grados de empatía, de trabajo en equipo, de violencia, de aficiones, del tipo de amigos, de las lecturas que haces, de tus respuestas ante problemas personales, de tus compras y tus ingresos, de tu capacidad para seguir aprendiendo o para aceptar de buen o mal grado las órdenes de terceras personas.
Sí, sí. Lo sé. Esto está prohibido. Ya. Lo sé. ¿Y? ¿Quién puede demostrar que una información que existe y está flotando, alguien que no conoces ni te conoce la ha reunido y tras eso la ha analizado para emitir una sentencia que vende a alguien que tú no sabes que la compra? Si alguien roba pero nadie se entera de que ha robado ¿dónde queda la figura del ladrón?
Esos perfiles los ofrecen a muy diversas empresas que se dedican a la Selección de Personal y me lo comentaron como responsable social del análisis de Zaragoza y su entorno metropolitano, como advertencia que debería yo tener y transmitir hacia los jóvenes que deben tener más cuidado, pues están siendo vigilados sin que ellos lo sepan.
Y sé que lo saben o lo intuyen, pero no saben bien hasta donde. Suena a autocensura, y lo es. Pero son tiempos raros, raros.
Porque en realidad esto es mucho más peligroso. Da igual el nick que cada persona se ponga. A esta empresa cliente se le entrega también el nombre real, y con eso ya es suficiente para saber con qué nombres están publicando estas personas en las redes. Y con la información obtenida elaboran un perfil y unas conclusiones.
No hace falta ser tipos como yo que sale cientos de veces en Google, para ellos sirven también personas que se creen anónimas y que tan solo escriben en Facebook o en Instagram.
Es decir, esa empresa adjetiva a las personas, las empaqueta y las vende. No sirve la entrevista de trabajo o la prueba de tus habilidades. No sirve tu experiencia o tus estudios. Sirve ese diagnóstico de alguien que ni te mira a la cara.
En su diagnóstico señala tus grados de empatía, de trabajo en equipo, de violencia, de aficiones, del tipo de amigos, de las lecturas que haces, de tus respuestas ante problemas personales, de tus compras y tus ingresos, de tu capacidad para seguir aprendiendo o para aceptar de buen o mal grado las órdenes de terceras personas.
Sí, sí. Lo sé. Esto está prohibido. Ya. Lo sé. ¿Y? ¿Quién puede demostrar que una información que existe y está flotando, alguien que no conoces ni te conoce la ha reunido y tras eso la ha analizado para emitir una sentencia que vende a alguien que tú no sabes que la compra? Si alguien roba pero nadie se entera de que ha robado ¿dónde queda la figura del ladrón?
26.11.18
Hay que empezar a gritar mucho más. El silencio mata
Hoy en el diario Nueva Tribuna aparece este grito, esta viñeta que no es de humor sino de mala hostia.¡Ya vale de minutos de silencio!, ¡ya vale de educación en las quejas! Tenemos que gritar para que se nos oiga. Pero gritar tranquilamente, con esa calma de quien tiene razón., de quien exige un cambio de mundo, de paradigma, de Sistema.
Hablaba yo el otro día de que en España teníamos que hacer un reset. Incluso explicaba el método. Se sacaba —por quien le tocara hacer esta cabronada— a toda España, a todos los españoles al mar, daría igual si Mediterráneo o Atlántico, y luego esos mismos gerentes del cambio se dedicaban a ir metiendo lo que vale en las posiciones que valen. ¿Y quien hacia esto? En cualquier tertulia de Bar nos daría la solución, seguro.
Lo curioso es que salvadores de la Patria estamos a millones, gestores del sentido común ya hay muchos menos. Si somos capaces de resetear un ordenador que es el paradigma de modernidad e incluso de utilidad básica, una sociedad también deberíamos de poder.
La productividad es una mierda, seamos sinceros. Si hay duda, estropea el contador del gas de tu casa y atiende o apunta a las dificultades. Si hay duda espera sentado a que te operen de algo y verás. O a que te llame el especialista de esa otra enfermedad que creías importante. Joder, si tenemos estropeado hasta el Real Madrid, que eso es ya lo máximo que se puede estropear en España.
Se siguen matando mujeres, crece VOX, se asusta el PP —que esto también tiene bemoles— y se complica la vida un Podemos raro, raro. Nos gobierna un cadáver resucitado, tenemos a Cataluña aumentando en número los ciudadanos que quieren dejar de ser españoles y a otra crisis económica llamando al infierno. Hemos dejado de creer hasta en la televisión ¡uff!
Hablaba yo el otro día de que en España teníamos que hacer un reset. Incluso explicaba el método. Se sacaba —por quien le tocara hacer esta cabronada— a toda España, a todos los españoles al mar, daría igual si Mediterráneo o Atlántico, y luego esos mismos gerentes del cambio se dedicaban a ir metiendo lo que vale en las posiciones que valen. ¿Y quien hacia esto? En cualquier tertulia de Bar nos daría la solución, seguro.
Lo curioso es que salvadores de la Patria estamos a millones, gestores del sentido común ya hay muchos menos. Si somos capaces de resetear un ordenador que es el paradigma de modernidad e incluso de utilidad básica, una sociedad también deberíamos de poder.
La productividad es una mierda, seamos sinceros. Si hay duda, estropea el contador del gas de tu casa y atiende o apunta a las dificultades. Si hay duda espera sentado a que te operen de algo y verás. O a que te llame el especialista de esa otra enfermedad que creías importante. Joder, si tenemos estropeado hasta el Real Madrid, que eso es ya lo máximo que se puede estropear en España.
Se siguen matando mujeres, crece VOX, se asusta el PP —que esto también tiene bemoles— y se complica la vida un Podemos raro, raro. Nos gobierna un cadáver resucitado, tenemos a Cataluña aumentando en número los ciudadanos que quieren dejar de ser españoles y a otra crisis económica llamando al infierno. Hemos dejado de creer hasta en la televisión ¡uff!
Antonio Mingote y su duda sobre la izquierda y la derecha
El muy reconocido en todo el mundo, dibujante, escritor, guionista de cine y televisión y periodista Antonio Mingote es posible que fuera de derechas, aunque sin duda era también muy crítico contra todos los intentos de que la sociedad más necesitada no tuviera sus soluciones lógicas. Y lo dejó muy claro en sus miles de viñetas, sobre todo para el diario conservador ABC, o en sus innumerables tertulias radiofónicas.
Esta viñeta indica un poco de esa filosofía que nos lleva a todos el defender el sentido común y la lógica de los posicionamientos ideológicos. ¿De dónde debería ser un obrero que se levanta a las 5 de la mañana para trabajar en una fábrica de un grupo de presión extranjero?
Esta viñeta indica un poco de esa filosofía que nos lleva a todos el defender el sentido común y la lógica de los posicionamientos ideológicos. ¿De dónde debería ser un obrero que se levanta a las 5 de la mañana para trabajar en una fábrica de un grupo de presión extranjero?
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