No tienes que estar aburrido, excepto que quieras estar aburrido. Siempre hay muchas cosas para hacer…, si quieres no aburrirte. Por ejemplo irte a caminar de forma lenta o bien de manera muy rápida haciendo ejercicio. Pero si ves que te gusta hacer ejercicio te puedes apuntar a un gimnasio que no te exija estar atado mucho tiempo, para que puedes decidir si sigues o no.
Sin duda la música es un ejercicio maravilloso para hacer algo. Escucharla y más practicar o aprender. Leer es otro de los clásicos ejercicios sencillos y que funcionan muy bien para escaparte o evadirte. Hoy la televisión tiende decenas de posibilidades, de cine o series que sin duda te van a llenar tiempos vacíos. Busca.
Escribe. Así de simple. Escribe unas notas, una carta, un diario, un libro, unos poemas, unas reflexiones. Aunque no lo hayas hecho nunca. Escribir es muy sencillo y no se trata de escribir muy bien, sino simplemente de escribir, de dejar que tus pensamientos salgan y los recojas.
¿Has probado a dibujar con tinta china, con bolígrafo, con lápiz, con colores? Dibujar y pintar es un vicio a poco que empieces. Una libretita o cuaderno pueden ser suficientes. Unas hojas en blanco. Incluso el ordenador. Todo sirve. Y si no quieres dibujar, siempre tienes la fotografía como ejercicio de experimentación a tu gusto.
¿Y viajar? No, no, no te hablo de irte a New York antes de cenar. ¿Cuánto hace que no vas al barrio ese de tu ciudad al que ibas antes? ¿Y a ver esa exposición de la que te han hablado tan bien? Sal por tu propio barrio, pero no te vayas por las calles de siempre, busca las bocacalles, las zonas por las que nunca pasas, y mira al cielo. Igual te sorprende algo.
Mira, de verdad, cocinar es un ejercicio maravilloso. Un método de relajación mucho mejor que ir de compras. Y además te lo puedes comer a poco que sepas algo de cocina. Mi consejo es que un plato regular mejora mucho con un buen vino reconocido. Pero eso tú mismo.
¿Puedes hacer el amor con alguien? Si es contigo pues la verdad, dura poco, pero bueno, algo es algo. Hacer el amor es muy positivo. Tontear también. Hablar con tus amigos puede ser un sucedáneo, y ahora con las redes sociales, ni molestas casi.
Por último te diré que si tienes un balcón, una terraza pequeña, ya puedes si quieres empezar a tener un jardín diminuto. Un huerto incluso de plantas muy sencillas como ajos o aromáticas. Pero si las plantas te parecen una tontería puedes terminar teniendo un animal de compañía. Desde un pez a una tortuga, desde un perro (cuidado, que son maravillosos pero requieren compañía y atención durante 14 años) a un elefante. En este caso de cerámica, claro.
12.12.18
11.12.18
No voy a decirles la verdad. Lo siento
En la vida hay que tomar la actitud correcta y no mentir es una de ellas. Así que si para decir la verdad hay que mentir, lo mejor es no decir la verdad, o incluso no decir nada de nada.
¿Hemos hecho lo necesario para sentirnos bien con nosotros?
Creo que no siempre sabemos medir y pesar la vida, incluso no nos importa mucho lo que supone para cada uno de nosotros tenerla y disfrutarla o como poco vivirla. La banalizamos y consumimos como si fuera algo que no tuviera tamaño, que no fuera necesario saber ponerla en ningún momento en la balanza, para saber de qué va esto tan maravilloso que tenemos.
Nosotros tenemos que ser los más feroces jueces de nosotros mismos, pues somos los únicos capaces de cambiar nuestras formas y modos.
Es posible que nuestro cristianismo tan ferozmente metido en la sangre, muchas veces sin darnos cuenta, nos haya convencido de que al final será San Miguel quien nos pesará y medirá y quien por ello nos juzgue como si hasta entonces todo no hubiera tenido importancia. Lo malo es si al final descubrimos que San Miguel ni está ni se le espera.
¿Hemos hecho lo necesario para sentirnos bien con nosotros mismos? Pues eso es. Sólo eso.
Es posible que nuestro cristianismo tan ferozmente metido en la sangre, muchas veces sin darnos cuenta, nos haya convencido de que al final será San Miguel quien nos pesará y medirá y quien por ello nos juzgue como si hasta entonces todo no hubiera tenido importancia. Lo malo es si al final descubrimos que San Miguel ni está ni se le espera.
¿Hemos hecho lo necesario para sentirnos bien con nosotros mismos? Pues eso es. Sólo eso.
La ciencia ficción y su poder para resolver problemas
Nos recordaba CaixaForum el poder de la ciencia ficción para imaginarnos malos paisajes urbanos, sociales, de convivencia, como vacuna para que estos no se produzcan. Somos seres vivos que al imaginarnos lo negativo, estamos ya trabajando para evitarlo. Nos influye lo que se publica sobre el futuro, pues nos imaginamos que es posible, pero en realidad no hemos sido capaces de imaginarnos los grandes cambios de la sociedad, hasta que ya estaban entrando en nuestras vidas.
Ahora estamos convencidos de que las máquinas se apoderarán de nosotros, primero de nuestros trabajos y luego de nuestras decisiones. Es verdad que las máquinas con su inteligencia artifical tienen algunas ventajas sobre nosotros, pero sobre todo tienen enormes debilidades.
Las máquinas no olvidan aquello que adquieren o aprenden, siempre sigue dentro de ellas. Los humanos tendemos a olvidar nuestras experiencias, o a quedar relegadas si van llegando otras nuevas. Para una máquina todo está en el mismo nivel de sus decisiones, sin que nunca olvide nada de sus posibilidades programadas. Pero aunque ya sean capaces de aprender de sus errores o de aprender por sí mismas, pues hemos aprendido a programarlas para que se autoformen con sus propias experiencias o por las experiencias de lo que las rodea, sólo son capaces de hacer aquello para las que las fabricamos.
Un robot hecho para poner tornillos no puede darnos un discurso sobre física o pintar un cuadro o hacer una tortilla. Al menos de momento. Y su gran debilidad es que depende de una energía que de momento no es capaz de auto fabricarse para seguir alimentada sin que su dueño humano la encienda o apague.
Ahora estamos convencidos de que las máquinas se apoderarán de nosotros, primero de nuestros trabajos y luego de nuestras decisiones. Es verdad que las máquinas con su inteligencia artifical tienen algunas ventajas sobre nosotros, pero sobre todo tienen enormes debilidades.
Las máquinas no olvidan aquello que adquieren o aprenden, siempre sigue dentro de ellas. Los humanos tendemos a olvidar nuestras experiencias, o a quedar relegadas si van llegando otras nuevas. Para una máquina todo está en el mismo nivel de sus decisiones, sin que nunca olvide nada de sus posibilidades programadas. Pero aunque ya sean capaces de aprender de sus errores o de aprender por sí mismas, pues hemos aprendido a programarlas para que se autoformen con sus propias experiencias o por las experiencias de lo que las rodea, sólo son capaces de hacer aquello para las que las fabricamos.
Un robot hecho para poner tornillos no puede darnos un discurso sobre física o pintar un cuadro o hacer una tortilla. Al menos de momento. Y su gran debilidad es que depende de una energía que de momento no es capaz de auto fabricarse para seguir alimentada sin que su dueño humano la encienda o apague.
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