24.4.21

Hablemos de sueldos en España ¿Te interesa saber lo que se cobra?


Pocas cosas tenemos en nuestra sociedad actual tan en secreto como los sueldos que cada uno de nosotros ganamos en nuestro trabajo. En vez de hablar desde algunas posiciones politicas de lucha de clases, deberían hablar de luchas por la claridad, por la informacion, por escapar de las trampas que nos ponen desde dentro del sistema. Es mucho más eficaz y fácil. Pero parece imposible. Tampoco los sindicatos están por la labor, pues ya no quieren ser Sindicatos de Clase, sino Sindicatos de Gremio.

No sabemos lo que gana el vecino, nuestro amigo, el compañero de trabajo o el hermano. Nos lo imaginamos, es un más o menos, pero no lo decimos como si mantener el secreto fuera bueno. 

Y en realidad a los únicos que beneficia es a los que mantiene el sistema de desigualdades. Decía Platón en su "República" que los sueldos no deberían ser más de 5 veces distintos entre el más bajo y el más alto. En algunas cooperativas (como en Mondragón) el tope está puesto en 6 veces. Pero en las grandes corporaciones en donde los sueldos se cobran de muy distinta forma, y estoy hablando de empresas de EEUU, los sueldos van desde los 40 a los 400 escalones. 

¿Que para qué sirve saber lo que cada uno gana? Pues para mucho más que saber todos los cotilleos que nos machacan directamente en los medios sobre la vida privada de muchas personas. Tu tienes un oficio y dentro de él un puesto en el organigrama. Y no puedes saber lo que cobra una persona igual que tú en otra empresa de tu ciudad que tenga la misma responsabilidad. 

Mucho menos puedes comparar ese sueldo con el de otra ciudad de tu país y ni te cuento saber si el sueldo es ligeramente comparable a lo que se cobra en otros países. Los sindicatos no son capaces de valorar el arma de la información como una excelente posibilidad de igualar categorías. Por arriba, claro. 

El sistema juega ahora con el techo de los mileuristas, consiguiendo con ello varios objetivos. Uno, que todos cuando empiezan tengan una meta baja y asequible. Los 1.000 euros. 

Dos: sirve para que todos los que ganen más de 1.000 euros sepan que ganan más de lo que se considera una meta y que por ello no se atrevan a fijarse una meta mucho más alta. 

No dicen nunca —el sistema se lo calla— cuánto ganan los directores de área o los gerentes, que sería lo lógico para que cada uno de nosotros aspirara a una meta superior y por ende a mejorar la sociedad en una lucha por alcanzarla. No. Esos puestos los dejan para la elección directa. 

La lucha del currito la enmarcan entre los mil euros. Una trampa que nadie rompe. ¿Para qué queremos la formación continua si no tenemos una meta atrayente? ¿porque no es capaz todo el sistema de ofrecer el máximo como meta, y de esa forma intentar que cada uno mejore todo lo que pueda en busca de ese escalón? Y si no es posible ganar más de 1.000 euros netos al mes por la propia economía y sus problemas, al menos que no suban los sueldos de los de más poder económico, para repartir los problemas.

Pues porque los que dan las cifras y manejan los hilos están en esos escalones y no quieren visitas que quieran saber, no desean extraños. Bien, vamos a dar unos datos para finalizar. 

Un mando intermedio puede salir con un sueldo medio de entre 2.000 y 3.000 euros netos al mes. Depende de puestos y ciudades. Un buen oficial en un puesto con responsabilidad limitada pero responsabilidad, puede salir entre 1.500 y 2.200 euros netos ya limpios de impuestos. Un gerente se moverá entre los 3.000 y los 6.000 euros mensuales limpios mas incentivos y sueldos en especie. Y luego están los "especiales" que esos dependen de muchos factores.

Cuando hablo de sueldos limpios se debe pensar que los impuestos son porcentualmente mayores cuanto más altos son los sueldos, por eso si se analizaran en bruto las diferencias serían mayores. Y que a partir de ciertos escalones van acudiendo en su ayuda los sueldos en especie, desde seguros de vida o enfermedad a dietas, coche, acciones, colegio para niños, regalos, viajes o las últimas modas consistentes en trabajo y sueldo para familiares, imposibles de calcular.

Sobre bibliotecas y otros menesteres descatalogados


En un edificio privado zaragozano de cuyo nombre no quiero dar pistas me enseñaron la biblioteca que tienen en un sótano inmenso lleno de salas de gran tamaño. Calculo que entre 100.000 y 200.000 libros se escondían a oscuras entre sus estanterías guardando datos de varios siglos de trabajo escribiente, pues las encuadernaciones delataban muchos libros con siglos en sus encuadernaciones. 

Parte de ellos ya estaban catalogados desde hace años pero de forma analógica, con fichas en papel hasta que el bibliotecario particular falleció. 

Pero después han seguido llegando miles de libros desde los mecanismos que había puestos para que no se perdieran en el limbo los que dejaban de tener dueños conocidos, y esos a falta de archivero han llegado con sus tejuelos propios o totalmente en vacío lo que complica aun mas cualquier modelo de archivo que actualice lo que llega de nuevo. 

Tener 2.000 libros en una biblioteca particular es sencillo para su dueño pues la propia memoria funciona hasta más o menos esa cantidad. Pero a partir de este tamaño de biblioteca es imposible controlarla si no hay un método válido, hoy ya un sistema digitalizado. 

Pero en este caso no hay nadie que lo pueda realizar lo que nos llevó a tener ante mis ojos una inmensa biblioteca casi muerta, muy bien conservada pero en cierta medida inútil pues no es nada fácil sacarle jugo. 

Como además de ser privada hay constancia de que es valiosa, las personas que puede acceder a las consultas para hacer investigación son muy pocas. Tal vez en algún siglo alguien descubra este tesoro.

23.4.21

Seguir jugando a ser violentos es peligroso y está escrito el final


Que la política entre en España a los enfrentamientos directos entre personas e ideas es un gran error que pagaremos sin duda y caro. La culpa es de nosotros, no de ellos que simplemente juegan a "…y tú, más…" pero todos nosotros parecemos incapaces de parar estos tumultos de violencia cultivada, regada y recogida de momento de poco en poco, a modo de pellizcos. Podemos seguir jugando a esto, sin saber parar a los violentos verbales, y a los violentos de gestos. A mi me la sopla por edad, pero os recomendaría leer uno de los cientos de libros que hablan de estos temas y todos llegan a la misma conclusión. Mucho cuidado con las tonterías, pues las carga el Diablo.

Lo mejor es llegar a saber los motivos de esta violencia. Nada se hace sin motivos, todo se planifica. 

Hemos dejado abierta la puerta de los bichos y ahora encima los vamos alimentando. No sirve de nada ni la censura, ni las exabruptos contra los tontos de la palabra, contra los violentos viejos de cabeza y jóvenes de edad. 

Simplemente hay que ser más inteligentes que ellos.

Y aquí, entre los que debemos cambiar de táctica (si queremos) están en primera línea los medios de comunicación, que se han equivocado de límite, de ajuste entre lo que es libertad y lo que es inteligencia social. Pero hay que dejarles hacer, y rezar aunque no seamos religiosos para que en algún momento se den cuenta, y para que ese momento no sea ya demasiado tarde.

A mi no me gustan todos los políticos, incluso diría que muchos de los que creía que me gustaban los veo torpes y lelos. Pero nunca jugaría a joder a mi territorio, a mi sociedad, pues sé qué consecuencias trae eso. Os voy a poner un ejemplo sencillo y de fuera de España, para que se entienda mejor, pues aquí entre nosotros ya no queda nada donde fijarse.

Iros una semana a Alemania, un viaje organizado (que los hay) para mostraros los residuos de la Historia de Alemania de los años 30 a los años 80 con guías especializados en contar la historia de forma neutral. 

Un periodo amplio en donde se pueden ver todavía los destrozos de la guerra, los edificios reconstruidos, los enormes espacios que el ejército de Hitler empleaba para sus desfiles, las campos de concentración, algunos museos, algunos barrios muy distintos entre las dos zonas de la Alemania partida, los edificios históricos de los juicios, de los gobiernos, de los errores. Y luego volveros con más responsabilidad para intentar evitar que entre unos y otros, entre todos nosotros seamos tan tontos como para no ver los peligros.

Un enorme periodo que para ser completo debe ir desde 1923 a 1989. Son 66 años como en España fueron casi 40 años. Las sociedades muchas veces avanzamos dando pasos atrás, y casi siempre sin darnos cuenta, de la forma más tonta y leve que nos podemos imaginar. Por bobas casualidades que nadie es capaz de imaginar ante la historia. 

Un clima social que nadie detecta, un intento de Golpe para hacerse con el poder en el año 1923, y una sociedad cansada y efervescente en constante aceptación de la violencia, pues no iba contra nadie en concreto, contra el YO como si no existiera en la historia el NOSOTROS. El final en 1989 lo conocemos. Pero entre medio hay mucho dolor, hambre, destrucción e injusticias.

Mientras nos recuerden, seguimos vivos


Ayer estuve de misa de funeral por Laura, la madre de un amigo. Una capilla diminuta, unos 12 metros cuadrados, un sacerdote conocido y ocho personas. Una relación mística con la vida y la muerte, con la religión que llevamos a medias entre mis dos YO, y la realidad de que seguimos viviendo mientras alguien nos recuerda. 

La memoria de los humanos es maravillosa, sabe seleccionar y nos deja solo recuerdos de lo bueno. Eso nos permite vivir algo mejor. 

Pero necesitamos tiempo para convertir y seleccionar de entre la memoria lo que debe conservarse y lo que hay que tirar. Me acordaba de Laura por sus empanadicos, y el sacerdote nos obligó a recordar en voz alta algunos semblantes que se habían quedado en nuestra memoria. Todos eran positivos. Ya hace unos años de su fallecimiento y habíamos superado el trabajo de borrar lo que no es ya necesario. 

Somos diminutos gigantes con memoria selectiva, y sobre todo somos grandes animales con capacidad de amar y de repartir. 

No sé si hay Dios, yo ya lo hablé una vez con Él y le dije que no lo iba a molestar mucho, que dejaría de creer en Él pero que no le iba a impedir que Dios creyera en mi. 

Y nos hemos entendido bien estos años. Él hace su vida y yo me preparo para la muerte, que es al final el camino que hay cuando dejas de creer en posteriores vidas imposibles. He cambiado el Cielo por el recuerdo y por sentirme bien con lo que hago. 

Pero como decía ayer el sacerdote, sí, creo que ayer entre nosotros estaba Laura. No es que estuviera viva ni en espíritu. Estaba de verdad, la llevábamos nosotros mismos en el recuerdo. Todos nosotros ayer por la tarde éramos un poco Laura. Y ella se conformó con eso. Creo.