4.8.23

¿La Inteligencia Artificial es artificial?


Avanzado ya el año 2023 hemos entrada ya de lleno en la llamada IA, esa Inteligencia Artificial que no sabemos qué significa pues ya estaba entre nosotros desde hace bastantes años, hasta que ahora parece que ha aprendido a ir haciendo más cosas tontas para demostrarnos que le tenemos que empezar a tener un cierto cuidado. 

Sobre todo por que empieza a realizar cosas que ya no son tan tontas. Ya es capaz de escribir artículos temáticos sobre cualquier asunto ante una orden verbal nuestra. Y aunque de momento también hemos inventado máquinas o programas que son capaces de detectar esos usos, hay ciertas maneras para saltarse esos controles.

Es capaz también de diseñar logos, campañas publicitarias con objetivos concretos y definidos, crear imágenes o cambiar imágenes, corregir artículos sin intervención nuestra, empezar a tomar decisiones por nosotros como consumidores de esa IA, pues la hemos programado para que vaya haciendo trabajos por nosotros de muy diverso tipo, sin valorar muy bien, todavía, hasta dónde pueden llegar esas opciones para las que la hemos programado. 

Incluso he visto opciones para que un texto tuyo, propio, te lo corrija con arreglo a la forma de expresión de cualquier otro escritor famoso. Yo escribo un relato mío y le digo a la máquina que me lo corrija y cambie como si lo hubiera escrito Francisco Umbral, Camilo José Cela o Gloria Fuertes. 

En realidad todo el miedo que empieza a surgir se basa en intentar adivinar hasta dónde nos irá quitando nuestro trabajo, o lo que es muy parecido: ¿Qué haremos nosotros cuando ya no haya trabajo para repartir, pues gran parte de él lo harán máquinas creadas por nosotros?

Es curioso que hayamos creado procesos artificiales para crear Arte, para hacer de periodistas, para cocinar, pero en cambio no hemos logrado crear máquinas que sean capaces de ponerse a construir un edificio de 14 plantas simplemente tras entregarle un terreno vacío y unos planos digitalizados. Allí seguimos necesitando encofradores, albañiles, fontaneros y electricistas. 

O no, pues ya se hacen casas de una planta en materiales sintéticos y por impresión en 3D.

Enseguida la duda viene a nuestra ayuda. Los trabajos que quedarán por necesitar manos de obra humana serán mucho más valorados. 

Si seguimos necesitando a una persona para que venga a meter la mano en nuestro WC para limpiarnos la mierda atascada, el sueldo de esa persona será brutal. O lo desearán hacer todos, pues podría ser el único trabajo real que quedara. Se acumulan las dudas.

No es cierto que en la medida en que vayamos sustituyendo nuestro trabajo real y de esfuerzo por trabajos realizados por IA vayamos a disponer de más ocio, de más tiempo libre. 

Serán un tipo de trabajo los que poco a poco irán desapareciendo, como ya estamos viendo, mientras que otros se mantendrán y se tendrán que cotizar de otra manera.

Pero con todo, nos queda sin responder la gran duda. Si hacemos crecer el pelotón de los desempleados, aunque les intentemos pagar subsidios para que sobrevivan, dispondrán de excesivo tiempo libre y si no se sabe gestionar esto bien…, ¿podrían terminar creando disfunciones violencias? 

Millones de personas sin trabajo y cobrando lo justo, son un peligro social. Estar sin trabajar y vagos no siempre compensa a nivel de comportamiento social.

Por otra parte nos queda la duda de adivinar en donde vivirán todos estos millones de personas que sin empleo puedan sobrevivir de trabajos esporádicos y ayudas públicas, si las hay.

¿En grandes ciudades cada vez más deformes? 

¿Volverán al mundo más despoblado, al mundo rural para compensar la falta de trabajo industrial y rellenar sus ingresos públicos con el autoconsumo? 

¿Organizarán nuevos tipos de sociedades más cerradas y vigilantes de su auto cuidado? 

¿Cómo serán los núcleos familiares en esos nuevos modelos de sociedad en donde el tiempo del día a día sea tan diferente al de estar atado a un horario fijo de 40 a 50 horas semanales de ocupación obligatoria?

Tampoco sabemos hacia donde caminamos, no nos cabe hoy el empezar a pensar que todo será peor, nos tendríamos que conformar de momento con admitir que será diferente. 

Como siempre lo ha sido si lo analizamos por bloques de un siglo hacia otro siglo. Con la salvedad que en este siglo XX e inicio de este siglo XXI, como todo se está acelerando brutalmente —o eso nos parece al menos— somos capaces de admitir y absorber muchos más cambios por década. 

Posiblemente seamos en estos momentos (seguro), las gentes de unos 60 a 70 años de edad, la que más cambios hayamos visto en toda la historia de la humanidad en nuestras pocas décadas de vida.

3.8.23

El acoso vital crea sociedades tontas


Una de las dudas más grandes y duras que le asaltan a un adolescente es: ¿Para qué valgo? ¿De qué me podré ganar la vida? Todas las personas crecemos hasta lograr unos espacios propios, pero hay que llenarlos de opciones en todos los aspectos, incluido el fundamental de saber para qué soy válido, soy bueno, podré con esas actividades montar mi propia vida.

Estas preguntas no siempre se hacen a viva voz. Pero sí en silencio, y a veces no siempre con una respuesta que logre avanzar al joven, le quite los miedos y le afiance.

En la medida en que le vamos poniendo más complicado el encontrar respuestas estamos creando una sociedad más débil. Y eso sí es ya un problema para todos nosotros. Todas las personas necesitan lo mismo. Crecer, tener libertad vital, tener una ocupación para darle sentido a su vida, poderse relacionar con sus fuentes y afluentes, sentirse seguro, creer que se puede emancipar.

Los patos lo tienen muy fácil, los humanos no. Los padres pato empujan a sus polluelos al agua, para que aprendan a nadar por inmersión, por error, por empuje violento. Pero entre los humanos jugamos más a poner zancadillas.

El acoso escolar a cualquier edad, el acoso laboral incluso en edad adulta, es un drama no resuelto. Hablamos mucho de libertad, de empoderamiento, de respeto, pero en verdad estos problemas sin resolver los tenemos muy carca, tapados, escondidos y en silencio. 

¿Tú tienes la suerte de que en tu trabajo no tengas a nadie al que se le hace de menos, no se le acompaña, se le deja solo, se le critica a la cara? ¿Seguro? Pues tiene suerte, O está muy bien escondido.


2.8.23

Contra la Violencia Machista, ¿se puede hacer algo diferente?


Llevo años, más de una década, advirtiendo en donde puedo y se me escucha, que la Violencia Machista o Violencia de Género o violencia en general, es sobre todo un tema al que hay que tratar desde la Educación y la Formación, asumiendo de lo lento que supone ese trabajo. Sobre todo si no se sientan las bases para comenzarlo desde otras ópticas.

Hay que crear nuevos proyectos urgentes de educación social y humana, reflexionados, novedosos en algunos casos, escuchando a los miles de ciudadanos que desde programas educativos ya existentes saben que hay que trabajar mucho más y mejor en estos apartados.

Cambiar las leyes no sirve para el núcleo del problema. Hay que modificar hábitos de ciertos consumos. La familia tiene un papel fundamental. 

El acoso escolar hay que remediarlo como primera piedra del machismo violento que se va construyendo desde la violencia de niños. Y hay que educar a niños, a jóvenes, pero… cuidado… también a los padres, a los adultos como padres y como esposos. 

Y como sé que no sirve de nada hacer charlas en los colegios, pues siempre acuden los que menos las necesitan, hay que cambiar modelos educativos hacia la sociedad, y ese es otro tema, pues haberlos haylos. 

Y tenemos ejemplos constantes de consumos provocados… que funcionan muy bien y dan muchos beneficios a las empresas que nos los meten por los ojos al cerebro, sin darnos cuenta.

Y ahora me voy a centrar solo en la Violencia Machista. 

El machismo es sobre todo fruto del patriarcado cerebralmente interno. Del machismo educacional de siglos, de aceptar que somos animales inmaduros que hay que educar constantemente para ser más racionales cada día. 

No creo que haya crecido en las últimas décadas, sino al contrario ha disminuido pues se está realizando un buen e intenso trabajo para mitigarlo. Pero debe desaparecer sobre todo del miedo de las mujeres, pues eso supone una sociedad débil.

Al asesino, al violento, cuando desde dentro de sus entrañas podridas le sale la vena violenta que le nubla la mirada, le importa tres pitos el tipo de leyes contra las que se enfrentará. 

Incluso en muchos casos él mismo cree en la máxima pena… y se mata sentenciándose él mismo. Siempre después de cometer el terrible delito.

Hay que cambiar las leyes, sí, pero no como objetivo para erradicar la violencia, sino como herramienta para organizar mejor y gestionar de manera más lógica, la sociedad actual.

Sabemos que hay una decisión en las mujeres que "provoca" (sí, estoy admitiendo qué sé el verbo que utilizo) gran parte de las violencias de los hombres, sobre todo las más violentas. Luego…, es inevitable trabajar sobre esa decisión mucho mejor, más eficazmente. 

Hablo del momento en el que la mujer decida acabar con una relación, momento tremendo para la mujer y la familia, sobre todo si tienen hijos, pues el miedo y la debilidad salen de decisión en toda su brutalidad.

La mujer no es que necesite asesoramiento para esa decisión, que la necesita, sino que sobre todo es necesario un acompañamiento activo y en primera línea, y una opción de empezar a construir su futuro sin miedo a lo que no podrá hacer o tener. 

Irse nunca debe ser una decisión comunicada en frío, ella sola. Ni tampoco algo que el marido violento vaya intuyendo con el paso de los días. 

Los especialistas en estos temas deben establecer las normas para resolver este punto de ruptura sin violencia, buscando alternativas de mediación, de salidas pactadas del lugar con el apoyo institucional. 

A veces se hace, pero hay que hacerlo más y mejor. Si se intuye una violencia larvada, hay que prevenirla antes, con modelos de intervención que sean novedosos, y a veces costosos. Pero una vida no tiene precio.

Decía antes lo de utilizar PROVOCAR como verbo, y lo deseo aclarar. Provocar es también ocasionar, causar, originar, producir, estimular una respuesta. Sin ninguna duda es también motivar una reacción, incitar a que quien se sienta actor principal o incluso único dentro de su patriarcado enfermo se alborote, se sienta agredido. 

Por eso hay que asumir primero la importancia de la palabra y la acción de PROVOCAR para antes buscar y encontrar respuestas válidas a lo que ya sabemos que se va a producir.

Resumo. 

Educación en las escuelas e institutos como modelos muy lento de actuación. Cambio de leyes no tanto para agravarlas en años como para convertirlas en estigmas temporales a quien comete violencia, con la imposición de pulseras telemáticas gruesas. Hay que crear sistemas de ayudas activas de intervención en los procesos de ruptura antes de que esta se produzca. Siempre con las garantías judiciales democráticas.

Técnicamente es posible la colocación de pulseras o tobilleras de alarma a las personas condenadas por violencia, para que no salgan de una determinada ciudad sentenciada por un juzgado. El extrañamiento puede ser una opción legalmente modificable en una subida de grado, de lo que actualmente es la Orden de Alejamiento. 

El acoso familiar violento con pruebas suficientes, debe ser un delito que lleva al extrañamiento con sus consecuencias de pérdida del domicilio y de incluso el trabajo.

Y asumir que en estos tiempos de tensiones contantes, es imposible llegar a consensos sobre cambios, sobre ideas y reflexiones. Hay que calmar a la sociedad, y a partir de ese punto, ponerse a trabajar y mucho.

Ajovín

1.8.23

El Movimiento SUMAR debe reflexionar


El Movimiento Sumar, o SUMAR como partido político
tiene ante sí un gran reto que debe encarar en las próximas semanas, sin prisa pero sin pausa, en una Asamblea Constituyente tras el verano, que decidirá qué quiere ser de mayor. Imprescindible esta reflexión general y de muchas aristas.

Es hoy la izquierda al PSOE, y de eso no hay duda aunque a ciertos políticos que tuvieron las riendas de Podemos esto no les gusta nada por lo que representa de enterramiento. Pero las ocasiones las pintan calvas, y eso vale para todos, incluido SUMAR.

Hay que diseñar y abrazar un espacio ideológico claro, moderno, propio, abierto y a su vez delimitado. 

La sociedad castiga a los que no saben bien dónde están o a los que un día están en un lugar y otro día en otro parecido. Las similitudes en política se pagan caras. 

SUMAR debe ser un partido político, nacido de un Movimiento Político, que debe tener un conglomerado de Fundaciones Políticas NO AL USO, abierto al diálogo inteligente y muy conocedor de la sociedad a la que representa, o quiere representar.

La gran ventaja de SUMAR y de los al menos ocho Grupos importantes que configuran el Movimiento Sumar es que ya saben en donde se suelen producir los errores, las debilidades, las desconfianzas, las pérdidas de valor

Y si lo saben, sería de una torpeza suma no aplicarlo en la construcción de una nueva oportunidad.

En cualquier construcción válida de una empresa, es decir de un proyecto, se requieren siempre unos elementos básicos. Un liderazgo, una idea o ideología, unas bases que hagan de suelo común y una capacidad clara de formar equipos

Y todo eso mezclado con una capacidad de diálogo casi infinita, con unos deseos de saber explicar, de querer comunicar en fases y en diversos escalones, de no tener miedo a ser claro y abierto.

SUMAR ya tiene bastante de lo que en teoría se necesita. Es cierto que no será sencillo levantarlo, asentarlo y ponerlo a funcionar hacia los objetivos que se necesitan, no para ellos sino para la sociedad española.

No tienen que existir cuotas de poder que vengan del pasado, sino cuotas de poder que aspiren a tener el futuro, a construir espacios de reflexión y convivencia no entre unos pocos sino entre toda la sociedad que desee escuchar. 

Los equilibrios internos para no romper nada serán grandes, inevitables. Pero posiblemente será la última ocasión de formar una Izquierda a la Izquierda, respetada, necesaria, capaz de trabajar y gestionar para todos.

Julio Puente Mateo (Ajovín)