El decrecimiento parecía inevitable para encarar la salida de la actual crisis global de estas décadas de inicio del sigo XXI, crisis compleja además de completa y globalizada, pues cuando ya parecía algo domesticada nos llegó la pandemia para volvernos a marear.
31.5.24
Podemos vivir mejor si queremos. Depende de nosotros
El decrecimiento parecía inevitable para encarar la salida de la actual crisis global de estas décadas de inicio del sigo XXI, crisis compleja además de completa y globalizada, pues cuando ya parecía algo domesticada nos llegó la pandemia para volvernos a marear.
¿Ley de Amnistía, sí o no? ¿Amnistía para casos futuros? ¿Amnistía o Indulto?
No son buenos tiempos para analizar con calma casi nada. Ni en España ni en Europa. Pero tenemos que seguir pensando, reflexionando, trabajando por las opciones sobre las que creemos.
Ayer se aprobó la Ley de Amnistía en España para los sucesos en Cataluña buscando su Independencia. Personalmente creo que es una equivocación hacerlo así, pero lo comento sin acritud, algo que parece imposible de lograr en estos tiempo.
Lo curioso es que a la inmensa mayoría de españoles todo esto se la trae al pairo, y al resto se obcecan en dividirse entre partidarios y contrarios, pero de forma acérrima y casi violenta.
La amnistía me parece una mala solución para una mala situación, y que nunca se debería haber producido en estos términos, incluso ni admitiendo de entrada que los votos de los independentistas catalanes eran fundamentales para que gobernara el PSOE.
La Ley de Amnistía no trae la calma ni la concordia en este momento, por mucho que nos empeñemos en decirlo o en escucharlo. El juego real de Cataluña con o contra España… se juega desde otros parámetros.
Es cierto que hoy hay más calma independentista en Cataluña, aunque yo no creo que sea por cuestiones del momento, de amnistía o indultos. Las sociedades cambian, se incorporan nuevas personas a votar, salen otras por ley de vida, y se modifican las mayorías o minorías.
Incluso se cambian egoístamente las opiniones de las personas, que deciden qué es mejor o peor según cada momento histórico.
De lo único que no hay duda es de que los partidos independentistas catalanes no nos mienten, no nos engañan. Llevan diciendo muchos años que quieren la independencia de España, que todo lo demás es simplemente caminos, pasitos hacia su meta.
Y a partir de esta verdad suya, es desde donde se debería analizar las decisiones. Y construir qué se quiere lograr políticamente, y de qué manera se avanza o se retrocede. ¿Haremos otra Ley de Amnistía si lo vuelven a intentar dentro de unos pocos años?
Estoy totalmente a favor de un Indulto, que no es lo mismo que una Amnistía.
Y estoy, con calma, fundamentalmente convencido de que esto hay que explicarlo bien a todos. Las diferencias son fundamental para la convivencia, para el futuro de cualquier otra fuerza que quiera violentar la Constitución.
Entendamos que violentar la Constitución se puede hacer desde muy diversos espacios y movimientos ideológicos. E insisto entonces en poner en valor la tremenda diferencia entre Indulto y Amnistía.
¿Amnistiaremos a quien intente dar un Golpe de Estado en el futuro o a quien quiera cambiar la Constitución sin los parámetros de reforma previstos en ella?
Cataluña tiene que tener un encaja en España más histórico, pero a su vez también lo tienen que tener el País Vasco, Galicia, Andalucía y/o Aragón. Podemos fijarnos en Suiza, en Alemania, en los EEUU por poner tres ejemplos diferentes. Dese Europa se podría añadir alguno más y funcionan de distinta manera.
El Estado de las Autonomías está ya agotado, aunque a una inmensa mayoría de españoles esto les suene a chino mandarín. Pero los problemas hay que resolverlos antes de que se hayan enquistado. Y sin crear otros nuevos problemas.
Efectivamente la tremenda diferencia entre Indulto y Amnistía es que el primero se concede una vez que ya se ha juzgado y se ha dado sentencia. Y la segunda se concede sin poder demostrar inocencia o culpabilidad, sin juzgar los hechos y por ello sin saber todo el alcance de los mismos.
29.5.24
Somos libres para equivocarnos. Europa nos necesita
Europa se la juega el 9 de junio de 2024, con una elecciones que moverán el Mapa político, mucho más que en otras ocasiones pues la tensión contra esa Europa Unida es también mucho mayor que en otras ocasiones.
Hay dos elementos nuevos, gravísimos ambos para la UE. Y será lo que deseemos entre todos que sea.
Por una parte el tremendo crecimiento de la ultraderecha en toda la Europa Unida. Creará un claro punto de fricción, de nacionalismo muy conservador y por ello un debilitamiento de esa Europa Unida, que sin saber bien qué torpeza histórica somos capaces de construir y permitir, incluso entre gran parte de europeos ajenos a la política, ya odian sin motivo.
Hay un buen porcentaje de europeos que piensan sobre la UE que es negativa para sus intereses particulares y personales.Las manipulaciones calan muy bien si no se defiende lo contrario con explicaciones y medios acorde a una buena defensa.
Por otra parte y como Europa escuece, mucho más la UE, hay países exteriores que desean una debilidad de esa UE capaz, bien sea desde Rusia, o desde otros países más alejados. No es fácil el aceptar por terceros las fronteras de una Europa Unida no solo en lo económico.
Y el ejemplo de eso lo tenemos en los dos conflictos armados que tenemos en la actualidad, ambos en las fronteras de Europa.
Dos guerras muy sangrientas, que además afectan directamente en los posicionamientos que la UE toma y tendrá que seguir tomando. Y que pueden afectar a más territorio, a una Europa que sabe lo cerca que está de los contagios.
Pero seremos todos nosotros los que decidamos qué Europa queremos para los próximos años, o incluso para las próximas décadas, pues algunos cambios, de producirse, no tienen vuelta atrás.
La Europa Unida fue incluso criticada hace no tantos años por la izquierda que suponía equivocadamente que todos los males y crisis que se iniciaron en la primera década del siglo XXI venían de un mal diseño del Euro y de ese Capitalismo Unido, como se intentaba llamar a la Unión Europea. Hoy estos mismos partidos saben que no era cierto, aunque algunos sigan sin querer reconocer.
Somos libres. Incluso somos libres para equivocarnos. Pero Europa nos necesita. Será lo que la suma de todos queramos que sea.
27.5.24
Rumanía y su papel estratégico en el futuro de la Unión Europea
Rumanía forma parte de la Unión Europea, no de la moneda única, sí de la OTAN, y todo esto forma parte clara de este territorio fundamental, para analizar el futuro histórico de la Unión Europea e incluso de Europa en general. No hablo del largo plazo, incluso me atrevo a señalar levemente el medio plazo… e incluso en el corto plazo de una década.
Su posición estratégica, geográfica, económica incluso, es fundamental para entender el futuro que podríamos tener en Europa si nos seguimos equivocando con Rumanía, como hicimos en algunas negociaciones con Rusia sobre Ucrania.
Tenemos que entender que en estos momentos Rumanía es el punto más al Suroeste de la Unión Europea (excepto Chipre). Sus fronteras son Hungría y Serbia al oeste, Ucrania y Moldavia al noreste y al este, y Bulgaria al sur. Y con el Mar Negro al Este para tener una salida al mar. Un espacio vital para la Europa que desea seguir existiendo unida.
Su posición estratégica es clara, representa el punto de la UE más al Este y por ello más proclive a necesitar ser cuidado en sus relaciones exteriores con todos sus territorios vecinos.
En realidad, Rumanía es una unión de países históricos que se han ido moviendo en sus fronteras con guerras, historias y siglos. Y además para entender mejor a Rumanía, no debemos olvidarnos que es un país con una religión ortodoxa cristiana muy respetada, pero con claro signo ruso.
Tras la II Guerra Mundial perdió Rumanía un trozo de su territorio hacia Bulgaria y otro hacia la URSS que luego formó la actual Moldavia independiente. Si a eso le unimos las grandes minorías húngaras de la zona de Transilvania o de los gitanos repartidos por casi todo el país, incluso los deseos de algunas zonas rurales de volver la vista hacia Rusia o de otras zonas más el Oeste que quieren mirar de lejos a Alemania, nos encontramos con un puzzle que debemos cuidar y mucho de la Europa Unida.
Los enemigos de la UE no siempre son los que todos conocemos. Tenemos más, y están escondidos por algunas zonas muy alejadas de Europa. No interesa en el actual mundo globalizado y globalizador que existe una UE fuerte. El debilitamiento puede venir de muchas maneras y desde muchos espacios.
En su momento, tanto la OTAN como la UE entendieron que España era un espacio geográfico e histórico que debía pertenecer a Europa con todas las consecuencias. Había que cerrar Europa por el Sudoeste. Con Rumanía sucede lo mismo, pero por el Sudeste. Si lo supieron hacer con España, hay que hacerlo con Rumanía y de forma inteligente.
Es cierto —sin ninguna duda— que parte del futuro de Europa se juega actualmente en Ucrania. Si se perdiera el compromiso de una Ucrania europea, dejaríamos a Rumanía como puerta de entrada… y de salida. Más crítica para la UE que Polonia, Bulgaria… o Letonia y Estonia.
Rusia si se quisiera reconstruirse otra vez como una URSS del siglo XXI, ya tiene a Bielorrusia en su cajón, también muy posiblemente a la Moldavia independiente que duda constantemente entre la UE y Rusia.
Es imposible hablar de la PAZ en la zona sin contemplar el papel muy activo de Rumania en todo ese territorio europeo, totalmente apegado como país a una UE que todavía debe ratificar la entrada en la Moneda Única, algo complejo y todos sabemos el motivo, tiene un papel fundamental para evitar ciertos contagios peligrosísimos en la totalidad del Mar Negro. Zona especialmente vulnerable para ciertos deseos déspotas de más de un país.
Julio Puente



