7.10.24
Diez ideas para intentar ser más feliz esta misma tarde
El mundo tiene un vacío de poder y de gobierno
Un vacío de poder no es que no haya nadie mandando, gestionando o gobernando, es que quien hay para esos menesteres no está a la altura de lo que se espera, por muy diversos motivos.
Un vacío de poder no se da solo cuando quien gobierna no está a la altura de lo que e necesita, sino cuando no hay alternativa, ni nadie está a la altura responsable que se necesita.
Responsables somos muchos, torpes en silencio hay excesivos, bobos que solo saben insultar estamos casi todos, en ese vacío incluso mundial que no puede llevar a donde nadie quiere.
El vacío de poder se produce cuando no existen modelos de líderes respetados que emanan ideas novedosas, posibles, válidas, pacíficas y que sirvan para que cada vez más personas se sientan mejor que sin sus gestiones.
España, Europa, pero también el mundo tiene en la actualidad un claro vacío de poder. Se ve sin duda en las pobres gestiones que es capaz de hacer la ONU para mediar incluso en procesos que frenen matar civiles inocentes.
El 7 de octubre de 2023 unos 2.000 palestinos de Hamás casi todos, entraron en Israel para matar a 1.195 personas y secuestran a 251 israelitas casi todos civiles. Desde entonces ya irán más de 50.000 muertos por efectos de la guerra, y se cree que unos 20.000 desaparecidos, contándose por cientos de miles los que han perdido todo. En Gaza vivían unos 2.300.000 palestinos. Cerca de dos millones se han visto desplazados de sus viviendas.
El vacío de poder es no haber detectado lo que se estaba produciendo.
El vacío de poder es alentar a que aquello se multiplicara.
El vacío de poder es no ser capaz en ningún lugar del mundo, a parar estas masacres de civiles inocentes.
Sí, es verdad, hubo unos 2.000 palestinos entre 2.300.000 ciudadanos que salieron a matar y a secuestrar. ¿Y el resto? ¿Nadie quiere acordarse del resto de palestinos de Gaza?
4.10.24
Un emérito con pocos méritos históricos
Un emérito es alguien que sin perder los méritos se ha retirado pero sigue conservando esos previsibles méritos anteriores. Y no, no es el caso del anterior Rey de España que pasará a la historia por sus cositas sin explicar. Es Ley de Vida.
Estos días ha explotado lo que ya todos intuíamos y muchos sabían con todos los detalles. Posiblemente todavía sea más lo que se callan que lo que nos van diciendo como en un serial televisivo.
Así que asistiremos a un destape de informaciones, o a un freno informativo por miedo. Ya iremos viendo.
A mi lo que hiciera una vedette me la trae al pairo. Pero lo que hizo un Rey me preocupa. Sobre todo sabiendo que era el que más mandaba en España, incluidas sus Fuerzas Armadas.
Y también me preocupa los silencios orquestados de excesivos altos mandatarios de España, que han demostrando saber mentirnos. Y que todavía quieren justificarse añadiendo silencios sobre sus silencios.
Somos lo que entre todos los que mandan en los poderes del Estado quieren que seamos. Y también incluyo aquí a muchos periodistas.
Los silencios cuando explotan dejan a muchas personas fuera de sitio, sí, y también sin méritos.
Hablamos de 600 millones como si no fuera nada. Pero tampoco son los que a mi más me importan. Nunca es posible saber lo que realmente cuesta tener a un torpe al mando de las empresas, en vez de tener a una persona válida.
Alguien que premia más comer arroz con cosas y chupar las cabezas de las gambas que cuidar su propia institución, puede cometer errores de gran valor que no se pueden cuantificar.
Su esposa y sus hijos tienen que estar asombrados. No porque se estén enterando ahora de nada que no supieran, sino por lo que representan estas paellas para la historia y el futuro.
¿Y a partir de ahora todavía queda alguien que crea en las verdades que nos cuentan, en los que aparentan mandar y gobernar?
3.10.24
El Mundo guarda silencio ante presiones bélicas muy peligrosas
Muchos ciudadanos del mundo nos estamos planteando la duda, de si estamos entrando en una III Guerra Mundial —por la locura de unos pocos dirigentes de gran peso bélico o terrorista— o si esto que vemos en estas semanas son simplemente pasos inevitables de un conflicto bélico local, con un siglo a sus espaldas.
En realidad lo grave no es lo que hace Israel, Hamás, Hezbolá, Yemen o Irán. Lo más grave es lo que NO es capaz de hacer el resto del mundo. Ese silencio cómplice, ese silencio que se esconde en su propia incapacidad, es lo que nos debería preocupar.
Fuimos —como sociedad política y como Europa— muy torpes a la hora de valorar el conflicto que se estaba fraguando en Ucrania con Rusia. No fuimos capaces de evitarlo. Y ahora sucede algo similar con Oriente Medio.
Si nos fijamos en la zona en conflicto en Oriente Medio, tenemos a un Israel muy crecido, a una Palestina troceada y ya casi destrozada totalmente en su zona de Gaza, a un Líbano que no es un Estado, ni libre ni ocupado pero en donde viven casi los mismos habitantes que en Cataluña. ¿Quien manda en Líbano?
Pero además tenemos ya dentro del conflicto a Yemen con 34 millones de habitantes y a Irán con casi 90 millones de personas. Siria con 22 millones o Irak con otros 45 millones podrían ser los próximos contagiosos conflictos por vecindad. Hablamos ya de más de 200 millones de personas en una zona muy caliente y en guerra o preguerra.
Y ante tal tamaño de conflicto la ONU o el resto de países potentes del mundo, no es capaz de articular nada que sea respetado.
El conflicto puede quedar en nada o puede explotar tremendamente, no se sabe. pero el resto del mundo no es capaz de articular un proceso de enfriamiento, de freno, de presión para poder parar estas barbaries en donde mueren miles de ciudadanos sin poderse contar.
En esta guerra de Oriente Medio ni puede perder Israel ni puede perder Irán. Y esto es peligrosísimo. No tenemos a ninguna de las dos cabezas del conflicto con capacidad real de soportar la pérdida de la guerra. Antes de perder, optarían por el suicidio.



