9.12.24

Veinte consejos para todas las campañas electorales


Veamos algunos puntos que todos los partidos políticos deberían tener en cuenta —según mi particular manera de entender la comunicación en política, que es un poco rara, todo hay que decirlo— a la hora de encarar una campaña electoral de este siglo XXI tan competitivo.

 Las campañas electorales en política tienen cada día menos sentido para cambiar el voto pero suponen un gasto inmenso. Los votantes decididos nunca cambian su sentido de voto tras ninguna campaña electoral realizada en las dos últimas décadas. Aunque esto podría cambiar en las próximas, donde se presentan alternativas menos conocidas. Otra cosa es el voto de lo indecisos, que no sabemos sumarlos bien. ¿Quien es un indeciso y en qué momento deja de ser un indeciso?

 Muchos votantes suelen traer de casa su papeleta metida en un sobre, recibido en su buzón. Pero el coste de este envío masivo de propaganda electoral a los hogares es tremendo. Hay que regular esta forma de acceso al sobre y papeleta, pues solo unos pocos partidos pueden y se atreven a realizarla. Aunque es una forma de financiación política posterior, para los grandes partidos que logran muchos votos.

 En las campañas electorales, más que ganar se pierden votantes. Más que hacerlo bien, hay que intentar no hacerlo mal. Y desear que el contrincante, el adversario, se equivoque de manera importante. El votante no está esperando que el político simpático le diga lo maravilloso que es votarle. Ya viene sabido de casa. Excepto el indeciso por naturaleza, que normalmente NO acude a votar nunca. Una buena campaña electoral es la que se hace durante los cuatro años, trabajando y demostrándolo bien. Tan importante es hacer, como saber trasmitir qué se ha hecho.

 La política para la inmensa mayoría de las personas es una actividad que le viene al pairo (quieto, pero atento), cuando no es algo que aborrece. Por eso no escucha los mensajes, pues no le importan más que lo justo. Otra cosa es que los medios de comunicación insistan sobre algo, ofrezcan constantemente una idea, una persona, unas siglas. Inevitablemente entonces se presta atención para saber qué está sucediendo. Toda la sociedad quiere estar informada de lo “nuevo” antes que de los "viejo".

 La opción política que va ganando antes de una campaña, desearía que nunca se celebrara la campaña. Por el contrario quien va perdiendo desearía que esa campaña electoral durara seis meses. Los que nunca van a ganar desean no perder posiciones, mientras que los nuevos desean hacer ruido, mucho ruido, para ser conocidos.

 Pero durante las campañas, que a veces duran un año (incluso 4 años), se producen movimientos. Unos crecen y otros pierden posición. Por eso existe el juego de estar atentos y cambiar los ritmos, los temas a tratar, las durezas, los planteamientos y asuntos a discutir. Según como funcionan los tempos algunos activos se convierten en debilidades y asuntos nimios en armas arrojadizas. Es un ajedrez de ideas.

 Todos los partidos disponen de un suelo y un techo. Nadie sabe cual es su suelo, aunque todos dicen conocerlo. A veces el suelo se mueve no porque sus votantes cambien de partido sino porque se quedan en casa antes de ir a votar. El techo depende de “los otros” así como su crecimiento o caída, y también depende de la abstención final. En los últimos tiempos se juega con la abstención como una herramienta más de las que se deben (joroba con el uso de la misma) emplear en la campaña. A veces interesa que sea mucha abstención y otras que sea menor. Juegan con el votante, aunque el último que decide es él mismo.

 Hay que acertar en la campaña electoral con los pocos temas que hay que sacar de la chistera de las ideas. Van a ser muy pocos los temas que de cada partido queden como programáticos identitarios, dentro de una campaña. Hay que elegirlos bien y no cambiarlos en plena carrera, excepto que detectes un grave error en ellos o un cambio importante entre los adversarios. Por eso es fundamental que estas “ideas fuerza” sean fáciles de recordar, afecten a todo el mundo, sean posibles y nunca parezcan engaños electorales, se repitan mil veces mil, se puedan visibilizar de todos los modos posibles con textos, imágenes y palabras.

 Tan importante es lograr nuevos votantes como conseguir que otros votantes decidan NO VOTAR a los contrincantes, ofreciéndoles dudas razonables. Nunca engañándolos. NUNCA. Pero si ofreciendo alternativas a su forma de entender la sociedad que les haga dudar de su elección. Convertir en indeciso a un votante del contrincante es lograr medio voto. Que cambien de voto es lograr dos votos.

 Los políticos deben ser personas. Trasmitir como personas parecidas al que escucha. Ser amables pero enérgicos, inteligentes pero no muy “listos”, agradables pero no maniquís de cartón. Hay que ser diferente a los demás, y curiosamente llamarse de otra forma. Tendrá más éxito un candidato llamado Marta Ajovín que uno que se llama María García, simplemente por recuerdo mental en el principio de su lanzamiento. No es un producto, pero lo parece.

 Si el político es conservador debe ser enérgico como un padre o un jefe de éxito. Si el político es progresista debe ser como un maestro que sabe explicar todo y tomar decisiones para todos los alumnos sabiendo que son muy diferentes. El conservador debe ser el padre. El progresista el amigo.

 Las formas de hablar ayudan mucho. Pero también las formas de vestir, la altura, el tipo de sonrisa, el cambio de ritmo, los gestos con las manos, el tipo de personas con las que se reúne, su equipo, su equipaje. Ayudan o estropean. La imagen en los últimos años va teniendo menos importancia.

 Mejor parecer un profesor de 60 tacos aunque tengamos 30 años de edad, que intentar mostrar una juventud que no se tiene cuando las canas se pintan de negro. Somos lo que somos, no engañemos nunca, y somos lo que quieren nuestros espectadores (votantes) que seamos. Adivinemos antes qué ven en el político para potenciar o pulir los aspectos que interesan remarcar. Tampoco es laboratorio de imagen, es utilizar los mismos mecanismos que emplean todos.

 Prohibido cabrearse, ponerse nervioso, no responder, perder la alegría, dejar de ofrecer soluciones, aparecer prepotente, ser un descuidado, poner malas caras. Es mucho mejor decir: —Me he equivocado— que responder con un improperio.

 En las campañas electorales hay que planificar todo lo que se hará cada día, incluidos los tiempos de descanso, de estar con la familia, de recargar pilas, de procesos inesperados. Hay que estar preparado para todo tipo de preguntas y para ello nada como elegir un buen equipo que cada día someta al líder durante 20 minutos al menos a un turno de preguntas duras, como si fueran los peores contrincantes posibles. La mejor manera de estar preparado es estar preparado…, por que antes ya te has visto sometido a la presión.

 Nada hay que improvisarse. Ni la improvisación. Los chistes se cuentan antes a ese grupo de trabajo duro para que te insulten y NO se rían contigo. Las emociones que esperas levantar deben haber levantado antes emociones entre tu equipo. Los gestos de las manos deben haber sido revisados antes por este equipo.

 Estamos en un mundo de imágenes, las personas tienes muy pocos segundos para recordar una frase. Debe ser corta y contundente. Muy corta. Un titular de una sola línea. Nunca entregues a unos periodistas una información con varios titulares pues siempre elegirán el que ellos quieran. Es mejor una sola idea repetida mil veces. Una sola idea que se pueda trasmitir con imágenes, recordar como una imagen. No es lo mismo hablar de los capitalistas y los banqueros que hablar de la “casta” o “los de arriba”. Un Jefe de Producción no es capitalista pero puede ser “casta”.

 Tu primer objetivo, siempre, es tu propio votante de ocasiones anteriores. Hay que cuidar a tu votante que es quien alimenta tus propias ideas, quien te marca el camino sin hablarte, al hacerte crecer o menguar. Tras el primer objetivo viene el segundo, el tercero y el cuarto.

 Un político actual debe saber emplear (bien) las redes sociales. Nunca para discutir sino para explicar. Nunca para entrar en polémicas sino para trasmitir ideas. Nunca para vender su partido político sino para darse a conocer. Incluso queda muy feo que un líder político solicite el voto a quien le lee.

 Un político debe trasmitir, comunicar, hacer pedagogía de sus planteamientos, pero nunca solicitar la compra venta, el voto. Al revés, ayudar a entender que cada persona es dueña de su decisión y que con ella se hará funcionar una sociedad de una forma o de otra. El político solo está para ponerse a trabajar por los demás, si ellos quieren. Y si no, a otra cosa.

El uso de la imagen en la política



Esta imagen de Reuters circuló en su momento por todas las publicaciones del mundo, enseñando a un auténtico McCain en un gesto nervioso, congelado, que aparente lo que realmente no es, pero da igual, pues la imagen sirve perfectamente para retratar a un personaje. Era 2008 pero la fecha es lo de menos. No existía la IA, capaz de crear esto mismo de forma artificial, pero los deseos eran los mismos.

Es el gran peligro del exceso de medios de comunicación "mirando" por centenares de ojos. Y los deseos de comunicar de forma asquerosa para influir.

Todos los políticos deben saber que están siendo observados constantemente, y que cualquier error será utilizado por los contrarios.

Ante una imagen como esta, no sirve además ninguna defensa. Es real, es nerviosa, es incontrolable, refleja además a un McCain que va detrás como perrito faldero de un Obama que pasa de su contrario y que no desea enterarse de lo que sucede.

No es una muesca de insulto, es un gesto de una persona muy mayor y así lo han vendido desde los medios contrarios.

Pero a su vez es una imagen falsa pues el personaje no es como se representa en esta imagen. Se muestra o se venden unos gestos sacados de contexto. Y eso sigue sucediendo ahora como excesivas cosas. Queremos tener razón incluso a costa de teatralizar las realidades.

7.12.24

Los políticos idiotas se han apoderado de la calle


Algunos políticos españoles se comportan como niños a la puerta de la escuela, si les ponen un micrófono en la boca a modo de caramelo. Sienten odio al político adverso, y lo tienen que vomitar todas las veces posibles, como un mantra, como si estuvieran constantemente en la fabricación de un marco mental para todos, sin darse cuenta que los demás, incluso sus amigos, ya están cansados.

De un político se exige una calidad intelectual algo alto, eso como poco. Y tener varios discursos, varias velocidades, saben en cada momento en dónde se encuentra presente, salir de las preguntan que les hacen los que los dominan, buscando una respuesta rápida.

Si un político de primer nivel, de esos a los que les ponen el micrófono en la boca, no es capaz de entender que en el Día de la Constitución hay que hablar de otros temas diferentes a la ebullición judicial, que no sea repetir que todos los demás son el infierno, no merecen recibir la oportunidad de hablar.

Sabemos que no tenemos los mejores políticos posibles al mando de todas las instituciones, incluidas las de la Oposición. Pero no deberían demostrarlo todos los días varias veces.

La sociedad está tan cansada y asqueada, que aplaude los silencios de algunas figuras de la extrema derecha, que sí han aprendido que a veces los silencios funcionan muy bien. 

Tristemente, muy tristemente, las idioteces de algunos respondedores con odios, son para decirles que por favor, ya no toca ahora seguir hablando de lo mismo, sin que eso suponga silenciar los problemas.

27.11.24

¿Por qué fracasan algunos países?


A veces nos preguntamos todos por qué fracasan los países o por qué triunfan otros países que son vecinos de las tierras triunfadoras. Lo hablé hace muy poco señalando levemente algunas opciones. La realidad es que son la salud de las instituciones las que marcan las distancias reales.

Me vengo a España, a la triste Valencia con su DANA, para sacar el tema encima de la mesa, un mes después de su drama. Con sus dolores y sus escasas soluciones.

Seguimos señalándonos con el dedo acusador. "Y tú…, más".

¿Y para qué sirve eso? Jugamos a jugar (jodernos) con la política, como si realmente fuera un juego macabro. 

¿Cuánto ha perdido España por el efecto de la DANA en Valencia? Esa cuenta no la sacará nadie. Hablo y me pregunto de TODA  España.

Son las instituciones, las leyes y su cintura para ser válidas en amplias situaciones, las que hacen a los países ricos o pobres. A sus sociedades mejores o peores que las de sus vecinos.

Pero en realidad los países no existen, solo existen las personas que configuran los países. Somos lo que queremos ser. El país como concepto es algo abstracto, que depende de cada uno de nosotros.

No estoy hablando de caos, ni de movilizarnos, ni tampoco de esa frase de moda absurda de: "Solo el pueblo salva al pueblo". 

Seamos sinceros. ¿Qué es el pueblo? ¿A qué queremos llamar pueblo? Es algo tan abstracto, tan divergente, que como concepto no me sirve de nada. Queda la frase bonita como eslogan, pero poco más.

"Solo los mejores pueden salvarnos de los problemas".

Esta última frase tendría más sentido. No necesitamos tantos voluntarios, sino más maquinaria y más técnicos válidos en todas las materias, desde RRHH y alcantarillado, desde excavadoras o mecánicos o médicos y psicólogos. Ingenieros en reconstrucción y no tenientes generales con amplias referencias de Afganistán.

Yo me pregunto de forma torpe sobre qué habrán sentido los que han perdido casi todo, les queda la vida, cuando hayan leído que los nuevos salvadores de sus problemas son unos militares que lo primero que hacen es actualizarse el sueldo. 

Yo no creo que fuera sensato hablar de los sueldos de los nuevos responsables antes de tomar juramento en sus cargos, nadie les ordenaba hacerlo entonces. La torpeza se contagia de forma muy rápida.

Sí, es que en ese momento al menos… no tocaba hablar de eso. Pero lo hicieron y eso supone desafección social y dolor, a continuación violencia contenida y ganas de vomitar. Y a medio plazo empobrecimiento del país. 

Si en Valencia ciudad y alrededores hay 800.000 personas viviendo, unas 400.000 son válidas para reconstruir desde sus fuerzas dispares. Pero necesitan maquinaria, gestión de recursos, órdenes organizadas, intendencia y sobre todo moral de trabajar en equipo por todos. 

Y para ello tal vez fuera buena noticia mandar a 50.000 profesionales. Son números absurdos para jugar a posibilidades. Lo cierto es que siguen existiendo garajes inundados, comercios sin abrir, miles de personas muy cabreadas. Y se intenta ayudar desde toda España con dinericos. Estamos tontos. Y pobres e incapaces.