10.10.10

La política ficción imposible para la España del 2012

Los sondeos aseguran una derrota amplia del PSOE frente al PP en las próximas Elecciones Generales de 2012, pero no necesariamente una inmensa derrota de Zapatero frente a Rajoy. Según el sondeo del CIS de julio, Zapatero suspende en la valoración de la opinión pública, pero sus 3,48 puntos aún quedan por encima de los 3,14 que obtiene Rajoy y esto ocurre en los peores momentos del presidente del Gobierno. Más del 55% de los ciudadanos cree que el Ejecutivo de Zapatero lo hace mal o muy mal, pero casi el 61%, que desaprueban la gestión del PP en la oposición. Y, por último y seguramente más importante, de Zapatero desconfía casi el 79%, pero de Rajoy desconfía el 85%. La confianza en Zapatero se limita al 19%, pero la de Rajoy apenas llega al 14%.

Leamos con calma los datos anteriores. Son tremendo pues no deja lugar al cambio, a la esperanza general, a la motivación de la sociedad. ¿Pero qué pasaría si uno de los dos grandes partidos o incluso los dos cambiaran de caballo ganador en mitad del proceso que resta hasta las próximas elecciones generales?
Puede parecer imposible, pero no olvidemos que todo depende de cuestiones sencillas y a la vez imposibles de pronosticar. La moral es un asunto complejo de dominar. Si el PP hiciera un cambio de equipo podría destrozar la travesía del desierto del PSOE por más de una década. Pero si el PSOE tuviera un líder de recambio capaz —hoy no lo tiene— podría dar la vuelta a la confianza de gran parte de españoles.
Vamos a jugar a la política ficción. ¿Qué pasaría si el PP presentara de candidato a José María Aznar?, ¿cómo se modificarían los resultados si contra Rajoy se presentara en el cartel electoral un Felipe González con ganas? Es tremendo que tengamos que recurrir a los dinosaurios, pero no hay recambio conocido. ¿Y si Felipe se rodeara de un equipo nuevo pero conocido? ¿Y si Aznar se afianzara de gente de su equipo anterior?, ¿Y si las elecciones generales fueran a la vez que las municipales?, ¿y si junto al PSOE sin Zapatero se agruparan diversas fuerzas de izquierdas nuevas o viejas, como intentó Almunia, para rejuvenecer la sabia pero con rostros viejos de cabecera?, ¿y si el PP lograra y supiera mezclar en sus carteles políticos de raza y técnicos reconocidos?