6.6.10

Lo que le queda por hacer a Zapatero antes de cerrar

Me dicen que no será complicado formar un nuevo gobierno fuerte en julio, pues hay muchos pesos pesados que saben que tras Zapatero viene el caos (para el PSOE), a menos que surja un milagro o un líder escondido que en pocos meses sea capaz de levantar la moral y la economía.
Así que algunos de los que saben ya, que es o esta ocasión o ninguna, se están preparando para recibir la llamada. Sin duda la idea es buena, podría surgir un mirlo banco ya conocido pero por profundizar, que en pocos meses arreara con brío el corcel y además se beneficiara de la dinámica de una Europa que no puede seguir sufriendo más trimestres recesivos.
En su contra están los que opinan que esta crisis es sistémica y que no se arregla con paños —ni fríos ni calientes— y que los cambios tiene que ser muy duros y profundos. Unos puñeteros, os lo juro.
El PSOE tiene la santa suerte de tener a un Mariano de contrincante, que es más bien poca cosa para las debacles, aunque no hay que fiarse de los megos, que sorprenden a última hora. Y tiene también la suerte de que Zapatero será lo que sea, incluso puede que parte de lo que le están llamando ahora los que hace poco le aplaudían, pero es honrado y serio, y está herido. Así que las decisiones pueden ser gordas y atrevidas. El día 16 de junio tiene la primera de ellas. La reforma laboral.
Yo si fuera de los sindicatos no aceptaría los chantajes de la patronal, sabedora ella —se cree— que Zapatero empleará el bisturí hasta el fondo. Sobre todo porque si hay que joderse, que se moje el Presidente. Pero además porque cabe la posibilidad de que salga una reforma laboral curiosa, aceptable, asumible en periodos de crisis. Lo que no es asumible es la actual situación de trabajadores de primera, de segunda y de tercera, según el tipo de contrato que tengan con la empresa. Zapatero tendrá que demostrar que es socialista con una ley necesaria, y estoy seguro de que esta vez no le cogerá el teléfono a Merkel cuando le llame para decirle cómo debe ser la reforma laboral. Si en algo ha triunfado Zapatero en estos 6 años, es en demostrar que otra forma de hacer política social es posible, aunque a veces se equivoque tanto que asuste incluso a Felipe González. Perdón. Cuando he escrito social me refería a la sociedad y su forma de organizarse, no a las necesidades sociales de las capas menos fuertes. Zapatero ha hecho reformas que son ejemplo y guía para otros países. Aunque luego ha manchado todo su expediente con dos patadas en los riñones a los que menos pueden defenderse. Todavía le queda aire para respirar y dar un puñetazo encima de la mesa. Lo que no queda claro es si se romperá la mano o si servirá para algo.

De pisos en poder de los bancos y de Zapatero

Que en las últimas encuestas Rajoy gane a Zapatero por goleada es de premio para ambos. Uno por dejarse ante tamaño contrincante, otro por sobrevivir sin hacer nada por nada. No sé qué es peor.
Suenan como recambios Solana, Rubalcaba o Blanco. No suena Chaves lo que resulta curioso, ni ninguna de las ministras tan dadas a salir sonrientes.
Pero si importante es el candidato socialista que se deje ganar, más lo es el próximo ministro de economía para julio. No es sencillo encontrar voluntarios. Es posible que Obama le llame unos días antes y le indique qué ministro será el bueno, y tendrá que claudicar. No es entendible que a Barak no le responda que para ahorrar euros nada mejor que abandonar Afganistán en manos de los EEUU que son los ricos. Pero ya se sabe, cuando uno pierde el respeto, lo más complicado es volverlo a recuperar. Hemos pasado en pocos meses de ser los más chulos de clase, los que ya éramos la quinta potencia del mundo, a ser unos parias que además estorbamos en un sistema que se quiere reformar para seguir siendo igual.
En Sitges están reunidos los “jefes” del tinglado para decidir cómo seguir siendo los más guapos de la clase y los que tienen más poder. Zapatero como anfitrión de la reunión tiene que ir a venderles la moto de que España está guay y que porfa, no se metan tanto con España, que bien podrían hacer las pruebas de laboratorio económico con otros países. Pero creo que le van a contestar que es tanto el problema del ladrillo, escondido ahora en las contabilidades de los bancos, que la cosa está muy malita. Los bancos y sobre todo las cajas de ahorro no saben cómo contabilizar los pisos embargados y los créditos complicados que dieron a inmobiliarias heridas de muerte. Si bajan el precio de sus activos para poderlos vender, mal. Si los mantienen peor. Yo de momento ya he recibido un SMS de una caja de ahorros con ofertas de pisos a precios de ganga. Pronto los ofertarán en los clasificados con nombres interpuestos. ¿O lo están haciendo ya?