8.3.11

Incapaces de hacer algo positivo por la sociedad que nos rodea

Hoy también he asistido a esa tontería colectiva de quejarnos de todo lo que se menea sin hacer nada a cambio. Todos son culpables de todo, menos nosotros. ¿Qué estamos haciendo por mejorar esto?, o aun más fácil ¿qué hacemos para que no empeore el país?
Estamos convirtiendo esta sociedad en un atado de imbecilidades en donde todos parecemos estar de acuerdo en trabajar menos y no tomar responsabilidades. Nadie quiere dar un paso adelante, y además estamos muy dispuestos a quejarnos de todo lo que nos rodea. Como solicitaba Kennedy ¿qué estamos haciendo por nuestro país?
Como nada es gratis en la sociedad, todo lo pagaremos algún día y puede que con intereses altos. No se trata de falta de líderes sociales, que también, se trata de la falta de ganas colectivas de empujar aunque sea en direcciones contrarias. El caso es hacer algo por algo, un poquito por los demás, no poner zancadillas contra la sociedad ya asentada. No sé, algo de empatía social con lo que ya teníamos cuando nacimos.

Por los caminos de la vida vas abandonando a buenas gentes. Aprende de ellas

A veces te puedes encontrar por los caminos a gentes maravillosas pero también a viejos conocidos que curiosamente no logras reconocer. O lo que casi es peor, no saben identificarse bien y no los colocas en su posición respetable. La vida es un cúmulo de caminos abandonados, de la apertura y exploración de nuevas sendas, de equivocarte y rectificar, de volver sobre lo andado para retomar viejos caminos, de soñar y volar.
En la larga vida que se hace corta, uno cuando elije abandona lo que no elije a la suerte de la nada, perdiendo la posibilidad de saber cómo sería la vida si hubiera decidido por otro camino, pero eso es lo maravilloso de todo proceso de decisión, que permite equivocarte y acertar, que te permite seguir avanzando desde diferentes posiciones.
En todo proceso de selección hay personas, gentes que debes abandonar y cambiar de lado, de sensación, de camino. Personas con sus vidas y sus temores, con sus propias decisiones que quedan afectadas y que también te afectan a ti. Nada es fácil, nada es superfluo, nada es “gratis” porque en toda decisión hay un componente de coste humano. A quien dejas por el camino, lo puedes dejar henchido de gozo o herido, y muchas veces no eres capaz de notarlo, por mucho que creas que eres de los que lo notan todo. Los renglones se escriben con muchas diversas tintas y a veces con distintos componentes que hacen imposible detectar todos los recovecos de las vidas que nos acompañan junto a la nuestra.
Pero hay que seguir decidiendo, hay que intentar no equivocarte mucho, no dejar a muchos heridos por los caminos y que no resultes tú mismo excesivamente dañado. Si crees que obras bien, al menos lo estás haciendo lo mejor que sabes.