25.12.15

El Rey se equivocó con su mensaje de padre espiritual

Todos destacan hoy el mensaje suave, integrador, prudente, de padre espiritual casi, que nos lanzó ayer el Rey a todos los españoles en el mensaje navideño. Yo no comporta este análisis. El excesivo tiempo dedicado a hablar de la integridad territorial indica claramente que quería sin nombrarlo casi, hablar de Cataluña y de sus deseos de independencia, pero sin añadir ni una simple palabra de solución, de cambio en las relaciones, de idea nueva que sirviera para dar luz. Si el Rey no está para dar ideas, tampoco debería estar para opinar de lo humano o lo divino. Lo uno debe estar unido a lo otro.

Efectivamente no se salió ni un ápice de su papel institucional, y no tiró de las orejas a nadie, faltaría más. Ese si que no es su papel, y sabe que de hacerlo las cosas se le complicarían mucho más. Pero si dedicas 8 minutos de 13 para hablar de España en todas sus posibilidades como unidad, que está bien que conozcamos nuestro potencial, sin duda, no hubiera estado demás, que hubiera lanzado una línea de esperanza dentro de las soluciones. No le pido que nombrar ni el derecho a la autodeterminación ni situaciones parecidas, mi tontería no va tan lejos, pero un pequeño grito al diálogo entre la partes hubiera estado bien.

Tratar a los españoles como a súbditos está mal. Tratarlos como buenas personas que con un simple mensaje aceptarán cambiar, es un error. Lo importante no es lo que yo piense de su discurso, sino lo que piensen en Cataluña. Pues si convence a los españoles de que lo que quiere hacer Cataluña es muy malo, y en cambio no logra convencer en nada a los catalanes, lo que se logra es más separación, más distancia, más enfrentamiento.

24.12.15

Se nos vuelven somardas los periodistas y los políticos

Entre las finuras de esta política nueva de costura fina y de momento hilvanada solo, nos vamos a encontrar —os lo aseguro, que de esto entiendo— con intoxicaciones un día sí, y al siguiente también. Son cosas del ajedrez o del guiñote, que es parecido pero con cartas. Hoy he leído al pequeño Pablo Iglesias —el otro fundador de partidos ya murió— y como crítica fina, que felicitaba a IU por su buen resultado. Es finura dialéctica, somardismo aragonés lo cual está bien, pues se nos copia y eso es bueno.

Vamos a leer tontadas y melonadas, lo uno y lo contrario, dando como verdadero todo. Veremos caras de morro y sonrisas forzadas, pero la verdad se esconde en comidas secretas en casas de expresidentes, en reuniones de a pocos, en llamadas telefónicas o incluso en WhatsApp escondidos, aunque me dicen que emplean más el Telegram que es más secreto.

Todo está abierto, incluso la posibilidad de que al final gobierno Santamaría. Suena Javier Solana, con lo que nos pueden decir de todo. La clase política se está esforzando en decirnos que los actuales políticos no nos sirven, y por eso quieren recurrir a los escondidos. Mejor y más fácil es manipular a esos que ya no quieren nada, que con los que aspiran a pasar a la historia de verdad.

Los periodistas de por libre se apresuran a escribir artículos dirigidos como los misiles teledirigidos a la línea de flotación de algo. Son tantos los objetivos que entretiene adivinar a favor de quien está este tipo, contra quien quiere joder esta otra plumilla. Eso sí, han logrado en sus confidenciales poner nombres de despiste, para que nunca sepas quien es de derechas, republicado de república de verdad, travestido según el negocio, o amigo de joder a quien manda. Os lo juro, muy entretenido está todo esto.