No es nada complicado asegurar que vamos hacia el caos, y que incluso sabiéndolo…, como somos incapaces de resolver situaciones…, observamos y nos callamos. La inmensa mayoría de la sociedad no piensa esto mismo, cree que somos unos pocos agoreros los que insistimos sobre ello. Que en realidad nada ha cambiado ni piensa cambiar, que a lo sumo serán detalles que se adapten al Sistema, a lo mismo de siempre.
Lo cierto es que los grandes cambios son lentos siempre. No podemos pensar que un cambio de paradigma se produzca de forma rápida, excepto que se introduzca el factor de la violencia dentro de él. Y eso nadie lo quiere, tampoco los que lo están provocando el caos. De forma lenta ofrece más garantías de éxito y perdurabilidad. Un caos lento y que entra poco a poco, sin dolor, es más duradero.
La pregunta es clave: ¿Y qué podemos hacer para evitar el caos? Y la respuesta es imposible. Yo diría que: —Dejar que venga—, pero no es nada positiva.
¿Y qué es ese caos? Pues por ejemplo que no hayamos aprendido nada de la crisis económica de 2008 a 2018. Que no hayamos sabido leerla y tomar medidas de carácter público pero sobre todo privado. Que nos sigamos dejando engañar por el conjunto y no seamos egoístas pensando en nosotros mismos. O por ejemplo que todos aseguremos siempre que los que gobiernan nuestras cuevas son ladrones e incapaces, lo cual a veces es cierto, y miremos hacia otro lado.
Sí, sí, he dicho antes egoístas. La Ley del Mercado. Y lo digo desde la izquierda. ¿Estoy tonto? Pues puede que sí.
Nos dejamos llevar por lo que nos dicen los “listos” del sistema, y no nos ponemos a pensar en nuestras propias posibilidades de defensa y de acción. ¿Queremos lo que tenemos? ¿Queremos mejorarlo o modificarlo? Pues no dejemos que nos lo hagan otros, porque como es lógico, esos “otros” lo harán como les convenga a ellos. Seamos egoistas y pensemos en intervenir por nuestro propio beneficio. Si se lo dejamos a otros, ellos ya han demostrado qué quieren lograr.
1.12.18
30.11.18
Vigo y su iluminación de Navidad, un éxito urbano
Es posible que desde las Olimpiadas de Barcelona no haya otro evento que haya reclamado más atención mediática por las simples y a veces humorísticas intervenciones de un Alcalde, como con el encendido navideño de Vigo.
Millones de luces de Navidad han llevado a la ciudad de Vigo a la atención de medio mundo español…, y efectivamente, el resultado ha merecido la pena, la espera y el gasto también pues el resultado es muy bueno.
La ciudad de Vigo ha estado a la altura de lo anunciado y ha presentado una iluminación navideña a la altura de las grandes capitales europeas o incluso americanas. Y debemos advertir desde aquí, que sin saber de qué manera se han sufragado estos costes en el caso de Vigo, en todas las ciudades son gastos que casi siempre los aportan los comercios de las zonas donde se realizan, para potenciar el consumo y las visitas de personas.
La ciudad de Vigo ha estado a la altura de lo anunciado y ha presentado una iluminación navideña a la altura de las grandes capitales europeas o incluso americanas. Y debemos advertir desde aquí, que sin saber de qué manera se han sufragado estos costes en el caso de Vigo, en todas las ciudades son gastos que casi siempre los aportan los comercios de las zonas donde se realizan, para potenciar el consumo y las visitas de personas.
Podría ser que poner a Vigo en el calendario de Navidad haya salido muy barato a la propia ciudad, todo es cuestión de enterarse.
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