30.6.25

En breve volvemos a 1975. O a 1933


Es imposible (o casi) soportar la entrada en la cárcel de la persona que habías elegido para ser el Número 2 de tu partido (no cuento el cargo de Presidencia del partido por ser más honorífico que ejecutivo), sin que te tiemblen las canillas. 

Escuchar a María Jesús Montero decir que la entrada en la cárcel de Santos Cerdán no tiene nada que ver con el PSOE…, es reconocer que nos está tratando de imbéciles. O que está mareada. ¿Alguien le puede decir que el trabajo de Santos Cerdán era un encargo personal del propio Gobierno?

Así que sí, a Pedro Sánchez le tiemblan las ideas interiores y aunque sabe qué debe hacer, no quiere hacerlo. En su momento yo ya comenté qué debería hacer para no perderse ante la historia. Y entiendo que algunas decisiones llevan su tiempo personal, pues no son nada sencillas. 

Antes de mi opinión anterior ya había apuntado las dos únicas opciones que tenía Pedro Sánchez, las lógicas y de libro de apuntes. Y efectivamente, ambas tienen sus riesgos, pero no me sirve el de admitir que gobernar la derecha sea un drama pues eso, es ya inevitable, tras los errores cometidos por muchos.

Cuando España y sus bichos decidieron ir a por Podemos, desde muchos lugares por activa o por pasiva, nadie sospechó que aquello podía volverse contra cualquiera. 

Es lo mismo que le sucederá al PP dentro de no mucho tiempo. Tampoco tendremos calma cuando gobierne mano a mano el PP con VOX, pues la calle saldrá a defenderse, y el Gobierno saldrá a pegar fuerte. Volveremos a 1975.

No están funcionando en España los sistemas de defensa democrática, si es que en algún momento fuimos capaces de entender que había que construirlos y que eso no iba a ser nada sencillo. Muchos creyeron que todo estaba ya asentado, y se equivocaron de largo.

Europa vive asustada, lamiendo el trasero de quien tiene las armas o quien es el matón de la clase de Primaria. La vida social son también ciclos, que se van repitiendo, recambiando, y ahora estamos entrando en uno puede que largo de los considerados malos por los que menos tienen y más lo necesitan. 

La izquierda se tendrá que reconstruir (yo ya no, por edad) reformular sus ideas y planteamientos y volver a surgir desde otros espacios, con otras cañas y fuelles. Ya lo vimos en Francia, en Italia o Gracia, en Portugal, y ahora le tocará a España. No aprendimos de las barbas de nuestros vecinos.


25.6.25

Pedro Sánchez gana votos por Donald Trump


Es muy complicado tratar o negociar con Donald Trump, ha convertido a los EEUU en un país incómodo incluso para los países amigos. Y esas no son formas de comportamiento de adultos, de profesionales de la gestión, de políticos de alto nivel.

Donald Trump está haciendo bueno a Pedro Sánchez, en realidad le está haciendo un gran favor entre sus votantes, pues es el único dirigente europeo que le ha dicho a Trump que lo que pide es imposible y además ilógico.

No todos los países deben pagar lo mismo sobre su PIB, como no paga lo mismo en un Seguro Médico cada paciente que pide presupuesto. Cada país tiene sus necesidades, sus realidades, y además no se hacen bien las cuentas.

El Gasto Militar es algo intangible si se quiere ver de verdad. Hay varias varas de medir. La posición geográfica es un valor en alza. Las Bases Americanas son un valor que tiene un precio. Invertir en empresas que desarrollen tecnología es algo que no se contempla como activo. 

Tener posibilidades geográficas de abrirse a energías limpias, o a tener que admitir problemas que vienen desde otros paises, es un precio alto que hay que gestionar bien.

¿Qué nos cuesta en PIB ser uno de los países punteros en formación militar, o en destacamentos militares en donde hay conflictos? 

Es verdad, no somos los únicos, pero allí estamos en cuanto se nos dice. El papel histórico de España con el mundo global tiene un precio intangible que hay que contemplar también.

Pero Donald Trump y sus amigos en la sombra piensan de otra manera. Es un error táctico que si no hay nadie que lo sepa valorar como tal se puede convertir en un error grave de cara el futuro. 

Sin querer, le está dando la razón a Pedro Sánchez, de que cada vez más españoles lo consideran necesario, como el Robin Hood o Lucio Urtubia del siglo XXI.