13.9.25
Qué es la libertad, en realidad?
Es estar preso de ti mismo.
La idea de Libertad Negativa del filósofo Isaiah Berlin nos habla de la libertad como el espacio en donde un individuo puede actuar sin ser obstaculizado por otros. La falta de libertad, por tanto, es la reducción o anulación de ese espacio. Y ese espacio en donde estás preso sin estarlo, es la Libertad Negativa.
La tiranía, la esclavitud, la censura, las leyes opresivas, la vigilancia constante.
Eres menos libre cuantas más puertas te cierran otros.
Para John Stuart Mill, la falta de libertad ocurre cuando la sociedad o el gobierno se entrometen en la esfera personal del individuo más allá de lo necesario para prevenir el daño a terceros.
La falta de libertad es una jaula construida por otros.
La libertad no es solo que te dejen en paz, sino tener la capacidad y los recursos para autogobernarte y realizar tu potencial.
El miedo, las adicciones, las fobias, los traumas o las pasiones incontrolables te han restado tu libertad.
Un adicto no es libre, pues su voluntad está secuestrada por su deseo que se ha apoderado de ti.
La ignorancia, el adoctrinamiento, los prejuicios o la ideología absoluta te cierran tu libertad. No puedes elegir libremente si no eres consciente de las opciones reales o si tu mente está colonizada por ideas que no has examinado críticamente.
La libertad no es solo una cuestión de derechos legales o de voluntad, sino de poder personal real.
La pobreza extrema, la marginación, la falta de acceso a la educación, a la sanidad o un trabajo digno, es falta de libertad.
La falta de libertad no es un estado sólido y palpable, sino un espectro que va desde la opresión política hasta las cadenas invisibles de la propia mente y las barreras invisibles de la sociedad. Es la condición de aquel, cuyo ser y hacer no están determinados por su propia voluntad y razón, sino por fuerzas externas, pasiones internas o circunstancias que lo superan.
10.9.25
Israel bombardea países neutrales
Queridos pacientes (de paciencia), la historia no la escriben las casualidad, ni tan siquiera las causalidades, la escribe las personas, la interpretan las personas, la destruyen las personas.
Ahora en que está de moda tener un dron en el dormitorio, todos tenemos drones aunque sean en forma de Redes Sociales, y todos cargados con dosis de como poco, huele mierdas de esos que explotan en cuanto caen al suelo.
Y a base de esto, vamos escribiendo y describiendo las historias de la historia. Sin saber bien qué viene detrás de las barbaridades que hacemos o decimos.
Hay decisiones de tontos inútiles que asustan, y asustan mucho. Si no fuera por los sensatos y a veces por los cobardes que no se dejan amedrentar y se aguantan el dedo de dar órdenes, ya habríamos explotado. Estamos a un tris de irnos a la mierda.
Mejor dicho, a las mierdas, en plural. Podemos tener una mierda próxima en España, en esa España que se le piden Golpes de Estado en algunas Redes Sociales, o se juega a joder con la justicia, siempre presuntamente y en ningún momento en serio, solo como entretenimiento.
¿Qué pensaría el mundo, Europa, si cuando los miembros de ETA se refugiaban en el sur de Francia hace año, se le hubiera ocurrido a España bombardear alguna localidad francesa para matarlos? Pues eso es Qatar hoy, o eso es Polonia hoy.
Si mañana a Israel se le informa de que un miembro de Hamas está durmiendo en tu barrio de Soria o de Tarazona por poner dos ejemplos falsos, ¡jódete! te pueden volar el edificio porque les da la real gana. Bueno, en este caso no hay Rey de por medio.
Decía al principio que esto es cuestión de personas. De personas que pasarán a la historia y que les importa tres huevos pasar al futuro de una forma o de otra. Pero eso no es cierto. Están convencidos, como le sucedió a Hitler, que pasarán a la historia como los ejemplos a seguir, como los triunfadores de la historia que intentaron escribir.
El número de imbéciles e inhumanos, es increíble. Curiosamente, muchos de ellos hacen plegarias a sus Dioses.