5.9.25

Pepa Bueno no estuvo a la altura de lo que yo esperaba


Espero amigos lectores, que seáis benevolentes con mi opinión sobre esto que voy a comentar. No estamos en tiempos calmados como para hablar o escribir de ciertas personas, sin buscarme amigos o enemigos. Y no, precisamente no quiero ni lo uno ni lo oro, simplemente que se entienda que estamos en malos tiempos.

He visto cuatro días después de producirse la entrevista, que en RTVE ha realizado Pepa Bueno al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ya había escuchado críticas a la entrevista y es lo que más me ha motivado para verla en diferido, al no poderla ver en directo.

Me ha defraudado Pepa Bueno, María José Bueno por si acaso, que he tenido que buscar el nombre aunque ya la conocía por su trayectoria profesional. Esperaba mucho más de ella. 

No es la primera periodista que se enfrenta directamente contra un Presidente del Gobierno, lo hizo Iñaki Gabilondo el primero, y la diferencia es terrible a favor de este último en su acorralamiento a Felipe González. No sirve ser duro para sacar lo que se necesita lograr de una entrevista.

La entrevista ha contado con el tiempo suficiente, en donde han salido los temas más o menos necesarios y candentes, y ha discurrido aceptablemente entretenida. Per eso no es nada.

No ha existido un TITULAR y eso es complejo de admitir en una periodista de esta calidad, no hemos escuchado nada que no supiéramos antes de sentarse ante la entrevista.

Y sus constantes cortes a Pedro Sánchez no son de recibo en alguien con muchos años de periodismo, que conoce perfectamente a quien entrevista y a su forma de responder. Ese idioma no verbal de estar constantemente tapándose la boca con el dedo, denota lo que denota y lo sabe ella si se ha visto con calma en su despacho. Eso es de principiantes y hay que evitarlo.

Claro que un Presidente como Pedro Sánchez te intenta llevar a su terreno para venderte sus ideas y logros, pero eso ya es lógico de suponer antes de la entrevista.

Periodista capaces de sacar otro punto de vista, otra calidez humana y por ello, otros puntos de vista más útiles en estos momento, los tenemos. No los quiero nombrar. Pero convertir una entrevista muy importante tras un año sin dar ninguna, en una simple retahíla de textos aprendidos como si respondiera ante el Congreso, es culpa de la periodista.

Insultar es un defecto tremendo que nos conduce a una violencia que se multiplica. Si es eso lo que todos queremos, vamos bien y lo hacemos en la dirección correcta. Pero eso tiene un precio. E insultar se logra desde muchas ópticas, depende muchas veces del grado intelectual de quien se expresa. No es necesario decir insultos reconocidos, para insultar.


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