13.6.08

Consejos para hacer huelga con éxito

Hacer huelgas en el siglo XXI con la mentalidad del siglo XIX es complicado, y aspirar al éxito imposible.
Los modelos de producción y organización económica han cambiado mucho, el poder ya no está tanto en la mano de obra pura ni en el paro violento, y es imposible conseguir éxito en una huelga de muy pocos días de duración.
Pero plantear una huelga para un mes, esperando tener resultados a tan largo plazo, cuando los trabajadores no tienen un fondo para aguantar ni los sindicatos son aquellos modelos americanos o europeos, con economías propias que ayudaban a los huelguistas con problemas económicos serios, es imposible.
Por eso se crean los piquetes coercitivos, que aspiran a que en el menor tiempo posible se haga presión lo más alta posible.
Ante esto la única solución del gobierno es acudir a la fuerza pública, con resultados desalentadores para todos y que queman tanto a sindicatos como a los trabajadores.
Queda un modelo de huelga que no se emplea, y que pienso es el que hay que explorar con más profundidad, porque puede hacer a medio plazo resultados suficientes, sin coste alto para los trabajadores.
Es la huelga de celo.
En todas las variantes más extensas, con control y estudio muy exhaustivo por parte de los sindicatos convocantes, para no caer en faltas graves que lleven a despidos.
Aquí dejo la idea.

Hoy no tengo ganas de escribir

Hay días que no tengo ganas de escribir, y me siento extraño, porque me he jurado que siempre me gustaría plasmar con letras lo que me viniera en gana y en cambio hoy, no me llama el cuerpo.
Creo que es normal tener días vacíos, periodos en los que el cuerpo solo te pide descansar y no hacer nada, dejar la mente apagada y dejarte llevar o lo que es más sencillo, ponerte a leer o a que programas de televisión te llenen el tiempo vacío.
Hoy no quiero escribir pero me obligo, es la única forma que conozco de no perder la costumbre, la gana, el oficio.
No hay que ser oficial de primera para hacer trabajos, se puede ser peón o aprendiz y ser útil el trabajo. Hoy he decidido abandonarme.

Zaragoza Expo 2008 ha explotado de júbilo

Zaragoza ha explotado de la mano de un sueño, Zaragoza se ha hecho grande sin dejar de ser humana y se ha abierto al mundo desde el rincón escondido y lleno de hierbas hasta hace poco en donde el Ebro se quiere esconder para tomar impulso antes de atravesar SU ciudad.
Zaragoza EXPOne a todo el mundo su color, su cierzo, su amabilidad, su espíritu, sus gentes, sus carencias, sus deseos, su ARTE, su ganas de ser reconocida.
Zaragoza espera recoger aplausos, algo que no sabe hacer porque su carácter no es nada asertivo, desde el silencio, agazapada pensando que tal vez todo esto sólo sea un sueño de unas pocas semanas, cuando todos sabemos que la EXPO ha venido aquí, para quedarse.
La EXPO de Zaragoza no es efímera, es permanente porque los aragoneses somos gentes acostumbrados a conservar, a guardar, a recoger los pocos frutos que nos da el campo y la historia por mucho que esta sea mucha y muy antigua.
Esta EXPO nos pertenece aunque no lo digamos, porque nosotros somos así, callados y algo tímidos, pero nos la hemos ganado con las décadas de callado viaje, acompañando a todos los demás mientras nosotros sólo mirábamos.
Esta vez nos toca.
Zaragoza ha explotado, pero en silencio, como nosotros hacemos casi todo.

El sentido de la vida

Por un tipo de lógica que no recuerdo si ya he expuesto, pude concluir que no hay un sentido estricto para la vida (en sentido de superioridad delegada). Pero ayer mismo pude concluir otra consideración totalmente diferente.
Para esta consideración debemos preguntarnos, ¿Y si realmente la vida tuviera un sentido?
Para ello, mi visión anterior (sin sentido), no se aplicaría a la vida si no a la existencia, con lo que quizás pueda complementar ambas visiones.

Como introducción debo decir, como remarco siempre, que todas las visiones filosóficas son únicas de cada persona. Que no existen verdades puras (en el rango de la metafísica y el pensamiento filosófico), y que lo que se expone aquí no es más que la opinión de un escritor con mucho tiempo libre. Dicho esto:

El sentido de la vida.
Cuando nos disponemos a intentar entender el sentido de la vida nos perdemos la otra cara de la moneda como si pensáramos que es su adverso, o su enemigo. La muerte es tanto parte de la vida, como la vida misma, y el sentido de la vida, si es buen sentido, debe explicar también el sentido de la muerte, ya que es, simplemente, el fin de la vida.
(Aquí me abstengo de religiosidad. Si creen en el alma, todo se volvería más a largo plazo, en cuanto a la existencia del alma, su creación y no existencia, pero para el caso vale más la vida y la muerte, ya que son más cotidianos).

Imaginemos por un momento que no morimos. Que somos inmortales. Quizás el problema de base es que nos hemos adecuado a nuestra forma de vida, pero creo, realmente creo, que no soportaríamos ser eternos.
Quizás los primeros dos mil años serían algo ameno. Al tercer milenio yo creo que empezaríamos a aburrirnos. Es imposible que se inventen tantos chistes, tantos temas de conversación, tantos libros o películas sin caer en la repetición. Es imposible que el agrado que compartimos aquí en la tierra se pueda repetir hasta el infinito. No sé si existirá algún nombre para el rasgo psicológico, pero creo que todos sabemos que cuando queremos algo lo queremos con todas nuestras fuerzas, y una vez que lo tenemos, pasamos de el. Que pasara cuando en 10.000 años, en miles de millones, tuviéramos todo. En el sentido más infantil del termino, nos aburriríamos.

La muerte nos solventa ese problema. El único problema real que le veo a la inmortalidad. Por favor, ahora baso todo en esto. Si alguien tiene o cree, que existe, alguna pega más de la inmortalidad, o cree que hay una razón para la muerte (metafísica, no biológica como puede ser la regeneración de las especies), que la diga, que no se quede callado mientras piensa que no escribo más que idioteces.

Continuando, la muerte es la razón de que no quememos toda la “originalidad” que nos puede brindar la vida. La vida es por tanto, la capacidad de “originalidad”.
Aunque así dicho no lo parezca, esto es una tautología. La originalidad en la vida puede ser expresado meramente como un “vivir” la vida. Pero el sentido otorga un valor especial a la creación, a lo nuevo, en dos palabras, al cambio y a la progresión.
Si fuéramos inmortales no habría cambio (en el infinito), ni habría progresión (después de millones y millones de años).
La vida nos impulsa a cambiar, y a progresar. A ver cada día con una mirada nueva la vida. A ser originales únicos (como ya somos), a atraer un futuro determinado, a sentir, a saber y conocer cada vez más sobre todo, etc.
Como es una tautología, que el sentido de la vida sea vivir y experimentar con la vida, y progresar con la misma, como filosofía queda un poco coja. Pero al menos he creado algo.