4.2.11

Sobre periódicos y libros en papel u otros temores del futuro

El periódico Público ha dado entrada a sendas cartas que se irán repitiendo de Joaquín Sabina y de Luis García Montero, que se enfrentarán cara a cara, línea a línea sobre temas de interés para todos (creo).
En el periodismo hay mucho por descubrir e intentar. Mucho camino que explorar para ofrecer a los lectores entretenimiento y luz, ganas de comprar y respeto para los medios. Así que todos los intentos por ampliar la base de los consumidores de opinión con sabor y sustancia, bien venidos sean.
Ahora está de moda intentar por parte de medios de EEUU que se consuma periodismo para el IPad. Insistimos en el factor precio para intentar tener éxito, aunque sabemos que ese factor es muy distinto en EEUU que en España con muchos menos habitantes y menos dinero en el bolsillo. Pero también es algo que deberemos explorar con cuidado y mimo, para intentarlo al menos.
Ayer estuve en una gran Librería General. Estaba vacía. Bueno estaban como siempre sus vendedores deseosos de atender, pero de clientes nada de nada. La cosa está mal para el papel, y toca adaptarse o fallecer, bueno no, sufrir más bien. Pero es cierto que si restamos al libro como objeto de regalo, lo pasará muy mal. Estaremos atentos pues algunos hablan de cinco años (yo creo que algunos más) para ver transformarse el papel en un artículo casi de lujo.

La crisis de Egipto se juega —con perdón— fuera de Egipto

No sabemos qué está sucediendo en Egipto. No sabemos nada aunque los medios de comunicación se llenan de titulares que representan ya en sí mismos una gran historia. Pero es falso todo lo que conocemos por que nos falta acompañarlo de la verdad. De esa verdad escondida de centenares de reuniones que no conocemos, de decenas y decenas de llamadas entre dirigentes del mundo a dirigentes
del mundo incluido Egipto.
Nos estamos creyendo que la red, que Internet y los medios nuevos son capaces de mover los países y esto es falso totalmente. Si acaso es capaz de mover a personas, que puede parecer mucho, pero mueve a determinados segmentos sociales, nada más. El resto, los que realmente mandan, los que pueden cambiar la historia, esos no se mueven por y con Internet. Y no sabemos nada de ellos, no sabemos qué están haciendo ahora. Por que algo estarán haciendo.
Enquistarse la actual situación es imposible, luego en alguna dirección se moverá y ya se ven intentos de dominar esos desplazamientos. Que no se nos olvide que al final quien tienen la única fuerza de mover la situación es el ejército. Y quien tiene capacidad de influir en el ejército es: o bien los grupos radicales de musulmanes, o bien los grupos afines a Mubarak, o bien los grupos de presión de EEUU. La gran batalla se está jugando entre estos parámetros. Utilizan a la gente de bien con ansias de libertad que se agolpan en la Plaza de la Liberación, para moverlos como peones de ajedrez hacia un lado o hacia otro.
No podemos intuir se esto acabará como un azucarillo o en un gran baño de sangre; si Mubarak cederá y de hacerlo qué vendrá después. No sabemos quien habrá ganado dentro de un año, no pasado mañana. Intuimos cómo influirán las distintas opciones que hoy tiene Egipto en las políticas de sus países vecinos, pero no sabemos cómo interesa más a cada uno de los grupos de presión las posibles opciones de solución. Cada grupo tiene su favorita solución, pero las soluciones en procesos violentos nunca son puras del todo, son el resultado de mezclas difíciles de predecir; por eso tan importante es parecer que se gana en el corto plazo, como sentar las bases para intentar ganar en el medio plazo.
Recordemos que estamos hablando del Mediterráneo, de un vecino de Israel, del petróleo, de una zona muy castigada por guerras, del Canal de Suez, de un país rodeado por Italia, Grecia y Turquía. Muy complicado como para asumir con benevolencia que todo es tan simple como que unos hombres y mujeres de buena fe, reunidos en una plaza, pueden cambiar la política en esta zona tan conflictiva.

Merkel viene, nos examina y carga las pilas de Zapatero

Merkel, Angelines para los amigos, ha venido hasta España a ponernos nota, a examinarnos y darnos el abrazo del oso. Y Zapatero se ha quedado muy contento con el cinco raspado que nos ha dado en el examen, como si que te aplaudieran los conservadores alemanas fuera algo muy importante para un socialista español. ¿Sigue siendo el PSOE socialista y obrero? Aunque la pregunta buena sería
si todavía sigue siendo español.
Ahora ya sabemos con toda seguridad quien es el que nos examina, aunque ya lo intuíamos sin duda. Y lo malo de estos exámenes es que sabemos también qué tipo de políticas hay que hacer para aprobar o suspender. Yo no me imagino a los socialistas franceses examinando a José María Aznar en sus buenos tiempo, pues enseguida hubiera llamado a Bush para que les pegara dos cosques. Son tiempos en los que hemos estropeado la idea de una Europa con sentido a costa de perder independencia sin lograr la unidad. Seguimos en España cobrando mucho menos de sueldo que en Alemania, seguimos teniendo un sueldo mínimo de risa comparado con Europa, pero en cambio quieren que nuestros pocos hechos diferenciales que resultan mejores para defender a los trabajadores, pocos repito, se nos quiten. Yo desearía el sueldo mínimo alemán y la jubilación a los 62 años de Francia. Pero en cambio quieren que perdamos las ganas de ser españoles a costa de que nos parezcamos a los más pobres países de Europa.
No veo el sentido común por ninguna parte. Igual es que soy tonto.

Hay dos Colombias, dos inmensamente diferentes Colombias

He estado viendo un reportaje sobre Colombia, donde unos aragoneses vivían de misioneros en un barrio sin asfaltar de Bogotá y con casas realizadas a mano por sus habitantes sin las más mínimas condiciones de luz o aguas sucias. En el mismo reportaje y en la misma ciudad, Bogotá, otra familia aragoneses vivía en un barrio residencial con seguridad privada y visitaban un centro comercial con unos servicios que ni
en España son todavía conocidos. El colegio de la niña preescolar costaba al cambio mil euros al mes mientras las familias que no disponían ni para comer vivían con unos pocos euros. La diferencia es tan tremenda entre los que se catalogan de clase media según relatan y lo que no saben clasificarse pues desconocen las divisiones sociales, que resulta bastardo cualquier entendimiento de la situación.
Cuando se habla de violencia hay que conocer todos los posibles factores que inciden en que una sociedad se comporte de una forma o de otra. Que se permitan estas diferencias es asqueroso, que no se contemple la solución de estos problemas es de una falta de respeto e inteligencia social que les llevará al caos, si no están ya asentados en él.
Los niños son incluso educados para ser capaces de defenderse ante un mundo capitalista, y desde muy pequeños se les coloca en pequeños centros de juegos con moneda propia, tarjetas de crédito, oficios diversos desde los que pueden gastar o ganar, jugar a invertir o a trabajar, en un ejercicio que toman como un juego mientras los padres acuden dentro del mismo centro de juego y comercial a recibir masajes, escuchar música, bailar, relajarse en un spa o jugar a comprar en el centro comercial. Todos juegan a ser consumistas y a manejar el dinero que otros muchos vecinos de su país no han visto nunca ni de lejos. Es Colombia, parecía Colombia. Es la selva pero con mucho color y luz artificial.