15.4.12

Anuncio de Mercedes Benz con clase e inversión alta

En la publicidad de vehículos, de coches, y más si son de alta gama, el presupuestos siempre es alto, lo que permite a las agencias de renombre unos trabajos muy serios, bien estudiados, con escenarios muy bien elegidos, para poder contar una mini historia en una simple imagen y algunos textos. 

Este anuncio de un coche Mercedes Benz del año 2012 es un ejemplo más de lo que comento. 

Un coche dirigido a las empresas con un equipamiento muy alto, con matrícula alemana para dejar claro que es un coche alemán y por ello potente y fiable —se juega con los marcos mentales ya asumidos— y colocado en un paisaje moderno, de empresa industrial, de garaje de alta gama. 

El tratamiento del color ofrece seriedad y luz, enfatizando el logotipo de la marca, y empleando un texto de llamada que realmente no dice gran cosa, excepto que si, es un acierto comprarse este coche. 

Por cierto, me sobra (creo) el punto que va detrás del número 15, no lo entiendo. 

Como es un vehículo dirigido a las empresas, dejan muy claro el modo de financiación pero sin necesidad de enfatizarlo mucho. Un buen ejemplo de diseño con “clase”.

Sobre el oficio de escribir, opinar, pensar, comunicar

Las personas que escribimos sobre algo nos planteamos antes de empezar donde está el límite de nuestras opiniones, algo que como muy bien explica Iñaki Gabilondo en su último libro, “El fin de una época”, es ilógico, pues por ejemplo los médicos no se plantean antes de operar ni en cambiar los métodos ni en ponerse límites en su trabajo. Un médico siempre empieza lavándose las manos y tiene como meta prioritaria salvar vidas. 

Las personas que escribimos nos autocensuramos sobre temas o sobre límites o sobre formas. Pero nos autocensuramos o en cambio amplificamos nuestros datos y opiniones para llevarlos hacia un lugar determinado. Cocinamos la opinión para enfatizarla o para frenarla, para llevarla hacia nuestro punto de vista y eso es malo además de una manipulación, por pequeña que sea.

Somos también humanos y por ello con ganas de modificar nuestro entorno con arreglo a nuestros planteamientos identitarios. Puede ser lógico y una gran manera de avanzar y de construir sociedades e ideas. Tal vez el error provenga de ponernos los límites antes de empezar y no según como vayan avanzando los proyectos.

Elegimos temáticas, las conformamos según nuestra propia idea, buscamos un punto de vista que nos sirva para nuestro proyecto informativo, modulamos todo su contenido para que forme algo que nos resulte agradable y válido. Y la soltamos al aire en espera de que vuele. Es inevitable en una actividad que no se puede normalizar en exceso, pero la responsabilidad de cada persona que la ejerce es también alta para intentan no auto engañarse él mismo.

Mirar, ver, observar, leer, retener, reflexionar. Cartelería política

En la publicidad política, en la cartelería básica de convocatorias varias, de grupos que no pueden disponer de grandes asesores de imagen, la calidad deja mucho que desear y los resultados son muy pobres. Es curioso esto, pues entre los militantes de todos los partidos siempre hay mucho profesional de la imagen y la comunicación, de las artes gráficas y del diseño. Pero tal vez por no disponer de economías en las organizaciones que puedan emplear en pagar aunque sea parte de los costes de los diseños o incluso por creer cualquier militante que es capaz de realizar una cartelería básica con éxito, lo cierto es que los resultado son muy flojos.

Curiosamente tras el 15M y en los carteles hechos a mano en estas semanas de acampada en diversas ciudades de España, e podían observar textos muy simpáticos. Ácidos e incisivos, que con un diseño acorde con el mensaje hubieran sido mejores que algunas galeradas de texto sobre fondos naranjas o negros, que resultas la mayoría de la veces ilegibles e incapaces de llamar la atención para ser leídos. Comunicar no es tan fácil como muchos creen, o al menos que la comunicación sea algo más que un intento fallido por mandar mensajes que deben lograr el interés y la reflexión tras lograr retener unos segundos la atención de los que la observan al pasar frente de ella. 

Ver, mirar, observar, leer, retener, reflexionar.

14.4.12

Publicidad política o marcos explicativos del mensaje social

La publicidad es comunicación, es disfrazar los discursos, los mensajes, para hacerlos más fáciles de digerir. Suena a manipulación, pero es más o menos lo mismos que hacemos a un pollo comprado en la tienda, entre ese momento y el de servirlo a la mesa. Le reforzamos el sabor y lo cocinamos, para poder digerirlo bien.

No es lo mismo decir que “los últimos datos macroeconómicos indican un cambio de tendencia” a difundir que “ya se ven broten verdes en la economía”. No resulta igual decir “que estamos inmersos en una crisis económica del carajo” que avisar “hay una suave desaceleración en el consumo”. No resulta igual de duro afirmar que “se van a realizar unos recortes que nos van a temblar las canillas” a proclamar que “se van a realizar unos ahorros en el gasto público tras el despilfarro de estos años”. Es cuestión de cocinar, poner sal, algo de pimienta y echar la culpa del precio del pollo a los comerciantes que nos lo venden.

Si tenemos que “subir los impuestos” hablamos de “redistribución de las cargas impositivas” para entenderlo mucho menos y así no producir dolor. Cuando hablamos de la diferentes fórmulas según territorios avisamos que “es un impacto asimétrico en la solidaridad”. Como vemos a veces se emplea la fórmula de aclarar el mensaje y otras de complicarlo hasta no entenderlo. Es como cuando compras unas gambas pequeñas y las sirves con una salsa tailandesa para darles boato. En cambio los langostinos gordos y frescos con una pasada por la plancha con un golpe de sal es suficiente.

Todo es publicidad, incluso la manera de servir nuestros langostinos en la mesa de los invitados. Así que mucho cuidado con creernos lo que nos sirven, sin antes limpiarlo de salsa y de tropezones.