30.10.14

Por favor, enseñarles a los políticos viejos a comunicar mejor

Hay pocas sensaciones más corrosivas, menos explicables, más tontas, que la incapacidad para comunicar de los políticos españoles en las dos últimas décadas. Increíblemente siguen y se acrecientan, sin saber bien cual es el motivo. Hay periodistas, buenos periodistas, profesionales de la comunicación, que deberían haber sido capaces de convencer a los políticos que así vamos muy mal.

Si Podemos está subiendo como el merengue es precisamente por la mala comunicación de los políticos actuales. Ellos ahora ya, están simplemente sonriendo, no se tienen ni que mojar en busca de su equivocación, les están haciendo todo el trabajo. Suben con aire, pero se endurecerán al contacto con el calor del horno de la sociedad. Que nadie piense que se desinflarán, aunque tampoco que se convertirán en acero a las primeras de cambio.

Hoy mismo veo que Rajoy, con la ayuda del PP ha decidido no explicar en el Congreso y en un Pleno extraordinario los últimos coletazos de la corrupción. Tremenda equivocación, aunque la verdad, llegaría muy tarde el cambio, son excesivos años de separación entre los políticos y la sociedad.

Hoy los políticos estamos en un campo de juego y la sociedad está en otro campo de juego. Pero entre un campo y el otro no nos separa una línea blanca sino el pasado.

No vale con pedir perdón, estamos en el siglo XXI, necesitamos información real, decisiones, explicaciones inmensas y extensas, seriedad y ganas de rectificar, y capacidad para interactuar con la sociedad y con otros políticos. En estos momentos los políticos viejos están asustados, no entienden casi nada, siguen creyendo que esto es un bluf, que a la gente no la entiende nadie. Piensan que van a perder su puesto de trabajo, lo que le alivia en muchos casos, pero no quieren hacerlo desde el empuje social hacia el vacío. Desearían irse ellos cerrando la puerta tras limpiar los cajones.

Pero lo cierto es que sobre los cajones vendrán otros a revisarlos, a rascar sobre las maderas podridas y eso acojona. La España actual no se regenerará en el 2015 sino a partir del 2016. Así que como sociedad un consejo: aprendamos a tener paciencia. Sí, más.

La imagen es de Andrea Comas.

Aprender repitiendo y tras las equivocaciones - Preescolar 03

Los niños pequeños no se equivocan cuando al ver un pollo en su corral le dicen ¡pájaro!; o cuando al ver unas ovejas pastando dice: ¡perros!

Los niños aprenden edificando sobre lo que ya han aprendido antes. Crecen sobre lo que ya saben. Por eso es fundamental que vayan aprendiendo constantemente pues eso les facilita aprender más rápido y mejor de una manera sencilla y más rápida.

Para que los niños sepan diferenciar entre una paloma, un pollo (vivo por supuesto) y un canario, tienen que ir paso a paso. Según el tipo de sociedad donde vivan conocerán antes una cosa u otra; pues sobre lo bien que conozcan una, edificarán la siguiente. Sean palabras, objetos, decisiones, reacciones.

Para aprender a hablar o a leer, ellos ya empiezan siempre por lo más sencillo. Y sin esa base no lograrían entender nunca qué quieren decir palabras mucho más complejas. Si las primeras las entienden mal, las siguientes las asentarán sobre esos errores.

Las ayudas de la familia, de los padres, repitiendo constantemente todo, hablando con ellos de todo, dirigiéndose a ellos para que los niños atiendan, es fundamental. Pongamos un ejemplo duro, extremo para entender el camino más amplio de la vida.

Para que aprendan que tocar el fuego produce dolor deben practicar con el fuego y con el dolor. Así que nada mejor que guiarles ante los peligros y de forma leve, efectivamente, para que sepan conocer los límites de todo tipo. La mejor manera de que entiendan que el fuego duele es acercarlos levemente al fuego y demostrarles que aquello es malo. Pero la última forma de aprender que el fuego duele es que sean ellos mismos y cuando ellos quieran los que acerquen la mano y los que decidan en qué momento deben retirarla. Eso no quiere decir que no estemos cerca, por si acaso y sin que sepan que estamos.

Pocos ricos son tanto como muchos españoles. Pero no debemos mentir

Leo hoy un documento que nos informa sobre las 20 personas más ricas de España que suman tanto dinero como el 30% de los españoles que son los más pobres. Son 20 personas que suman lo mismo que 13.500.000 de españoles. Dicen también que esos 20 afortunados tienen en total 115.400.000.000 de dólares.

Este dato supone que esos españoles del 30% más pobre tienen cada uno de media unos 7.000 euros de patrimonio según nos ofrece la ONG Oxfam Intermón, dato que por error mío había confundido en esta entreda.

Estamos hablando que de media entre los 20 primeros ricos españoles tienen 5.000.000.000 de euros cada uno de patrimonio, mientras que el 30% de los españoles más pobres tienen de media uno 7.000 euros de propiedades. Y aquí entra todo: ropa, ahorros y calderilla. Si en vez del 30% hubiérsmoa elegido el 20% más pobre los datos serían todavia peores. Solo los 3 primeros tienen más que los 9.000.000 de españoles más pobres.

Las desigualdades en España son tremendas con tendencia al alza, con independencia de que estos datos anteriores estén equivocados. Que tengamos en España a personas con tantos miles de millones mientras hay tantas millones de personas con muy poco, es una vergüenza que no entiendo por qué consentimos.

Los políticos durante muchos años han mirado hacia otro lado, pues son los responsables de modificar las leyes y no se han atrevido por su ideología. Pero todos nosotros también somos culpables por seguir votando a los que admitían y ampliaban estas desigualdades. 

Nota.: Por equivocación habia interpretado mal unas cifras, y en la entrada original hyabía unas críticas a los datos que han visto la luz pues me parecían equivocados. Efectivamente había un error. Era mío.

Más vigilancia que el Guernica, pero el suelo sin asfaltar

Me pareció un caos reunido, nada más ver esta pared. Un caso donde todo se mezclaba hasta formar como una papilla contra la pared para disfrute de nadie. No era un grafiti, no era una pared sin sentido, tampoco una pequeña obra de arte. Era una mezcolanza compleja.

Pero sobre todos sus elementos sobresalían dos maravillosos para un español dejado de la mano de dios. Son de esas cosas que en España todavía no hay muchas, y eso que nos han dado para el pelo más que al que más. Pero aquí somos muy de La Mancha y tenemos caballo. Aquellas dos cámaras de vídeo tan bellamente blancas no me sorprendieron pues venía de un autobús urbanos donde habían puesto cuatro, dos en el pasillo, una en la zona que sube al segundo piso y otra junto al conductor. ¿Quién controla a los que controlan las miles de cámaras que controlan?