6.2.15

Ideas para los responsables de los Recursos Humanos en las empresas

En el trabajo, cada día más la tecnología sustituyen la labor e incluso decisiones de los operarios, de las personas. Podríamos pensar pues que la importancia de las personas es cada vez menor en todo proceso productivo. 

Y siendo cierto en algunos aspectos, no lo es en su global, pues los caminos para convertir los equipos humanos en excelentes tocan muchos aspectos además del meramente funcional.

No todos los integrantes de los equipos humanos tienen la misma importancia a la hora de tener que valorar su capacidad para tomar decisiones. Por eso es fundamental diseñar qué tipo de decisiones operativas deben y tienen que realizar cada integrante del equipo y distribuir las tareas con arreglo a las capacidades de cada integrante del equipo. Paree básico, pero se nos olvida en muchas ocasiones.

Debemos como responsables de los equipos productivos, que saber qué tipo de ideas, conocimientos, capacidad de reflexión y análisis, inteligencia y flexibilidad, capacidad de decisión y de plasmar organizadas sus ideas, tienen cada uno de los integrantes de nuestro equipo de trabajo.

¿Cuál es la capacidad de cada persona? ¿Son integrantes del equipo con cambio de velocidad física y mental? ¿que admiten diferentes cargas de trabajo según el momento? ¿saben asumir los errores y modificar hábitos con facilidad? ¿tienen capacidad de aprendizaje y de trasmitir sus conocimientos al resto de integrantes del equipo?

Es posible que en estos momentos de grave crisis económica y laboral, y por ello también productiva en muchos casos, nos estemos planteando excesivas solicitudes cuando a cambio les racaneamos todos sus derechos. En todo proceso de intercambio de conocimientos, hay que valorar y muy bien la calidad de la relación laboral, lo que se ofrece a cambio de la excelencia.

¿Qué primeros pasos debemos tomar si queremos emprender una nueva empresa?

La gran pregunta y duda que tenemos a la hora de decidirnos por emprender una nueva actividad, un negocio o una microempresasuele ser adivinar cuanto capital inicial es necesario para poder iniciar la actividad y el nuevo proyecto que pretendemos convertir en un negocio. Cuanto necesitamos y de donde lo podemos lograr.

Cuando realizamos el Plan de Viabilidad o un Plan de Negocio, creemos tener muy claro el capital que vamos a necesitar para poderlo poner en práctica, pero tenemos mucho menos cuidado en saber cómo conseguir clientes para rentabilizar el negocio, y grandes dudas sobre donde lograr la cantidad real de capital ajeno para sumarlo al propio hasta lograr el necesario para poder emprender el total de la idea.  Normalmente si hacemos el Plan de Viabilidad —que es imprescindible como consejo— nos sorprendemos de las cantidades que se nos proponen como inversión, pues pensábamos que iban a ser muchas menos.

Tras decidir el tipo de negocio que se intenta poner en práctica, en las Cámaras de Comercio nos pueden asesorar sobre los problemas que ellos ven en nuestro proyecto y sobre la cantidad mínima que se va a necesitar para poderla poner en funcionamiento.

Desde tres a cinco mil euros si vas a crear una pequeña asesoría en una habitación de tu casa, unos siete o diez mil euros si quieren montar una empresa tecnológica de servicios sin local al exterior, creciendo hasta unos veinte o treinta mil euros si quieren montar un taller, tienda o comercio pequeño, para ir aumentando hasta los millones de euros si deseas montar un gran laboratorio o una estructura productiva de varias líneas y con diversos operarios. Por eso hay que tener muy claro qué tamaño de empresa o servicio quieres crear, y sobre todo no engañarse uno mismo a la hora de planificar la información que trasmitimos a quien nos asesora.

Pero que no se nos olvide nunca que lo importante no es el capital inicial, que todavía es posible conseguir aunque sea cada vez más complicado hacerlo a través de los bancos, sino las tres preguntas clave que nos tenemos que hacer en los primeros pasos del análisis básico de la idea emprendedora. 

¿Qué vamos a vender al mercado que ya existe y cómo lo vamos a producir y con qué garantías de calidad? 

¿A quien va dirigido nuestro servicio y cómo se lo vamos a vender a nuestros nuevos clientes que ya consumen lo que nosotros pretendemos venderles? 

¿Por qué nos van a elegir a nosotros como sus proveedores y qué valor añadido les vamos a dar, si realmente ya están consumiendo esto mismo en otros sitios?

5.2.15

¿A qué partidos políticos se odia más y en qué segmento de edad?

En el sondeo del CIS de enero 2015 se nos ofrecen datos (iguales a otros muchos CIS, todo hay que decirlo) sobre lo que votarían los españoles y si votarían o no a ciertos partidos. En todos ellos hay una constante. En todos y en todas las edades de forma parecida.

Cuando se les solicita a los encuestados que digan la probabilidad de que en algún momento voten o no voten a cada uno de los partidos políticos, y se les entrega las opciones que van entre el 0 que es NUNCA hasta el 10 que es SIEMPRE pasando por todos los dígitos, en TODAS las ocasiones el número de 0 tremendamente superior a cualquier otra opción.

Siempre y entre un 35% y un 60% hay personas que dicen 0, es decir NUNCA votarían a una opción en concreto. Da igual si es un partido conservador, progresista o nacionalista. Pero en cambio no superan el 10% la opción de votar SIEMPRE a una opción. Se vota más pues contra alguien que a favor de una opción o de una ideología. ¿Y hay diferencias entre edades?

Pues un 65,9% de los jóvenes NUNCA votarían al PP, como nunca lo harían los adultos entre los 55 y los 64 años en un 63,3%. Mejora esta cifra para el PP entre los mayores de 65 años pues solo es del 47,5%

Un 40,4% de los jóvenes NUNCA votarían al PSOE, cifra que se mantienen bastante parecida en todas las franjas de edades entre un 45% y un 38%.

Curiosamente las cifras entre IU y PODEMOS son muy parecidas en todos los datos, por edades o por números. Es realmente un mismo segmento social el que opina exactamente igual. Se pelean por la misma sociedad y se nota en todos los datos.

¿Y qué partido y a qué edad genera más odios un partido político y cual menos? Veámoslo para aprender de ellos a no generar tantos odios.

Pues el que más odios genera es el PP entre los jóvenes con un 65,9% Posiblemente le sigan los nuevos partidos políticos Podemos, UPyD y Ciudadanos entre los mayores de 65 años, que no admiten las nuevas incorporaciones moviéndose en más del 55% del nunca jamás. ¿Y en plan positivo hay ejemplos? Pues si, los hay. Solo un 6,7% de los adultos entre los 55 y 64 años NUNCA votarían al PNV en una diferencia enorme con todos los demás. Solo se acercan como menos odiados el BNG con solo un 11,1% entre los jóvenes.

¿Hay diferencias entre los jóvenes y los adultos sobre el paro y la corrupción?

Es importante mirar dentro del Barómetro del CIS (en este caso es de 2015 pero se mantiene similar en años psoteriores) algunas variables realmente curiosas, que nos indican de qué manera se ha logrado manipular a la sociedad hasta lograr que se cambien los valores según la edad. Veamos algunos ejemplos curiosos.

Primer problema que tiene España en respuesta espontánea.

El Paro:          Un 31,2% para los jóvenes entre 18 y 24 años
                       Un 59,8% para los adultos entre 55 a 64 años
                       Un 58,5% para los adultos mayores de 65 años

La corrupción:           Un 26,9% para los jóvenes entre 18 y 24 años
                                   Un 18,8% para los adultos entre 55 a 64 años

Esta diferencia de datos se mantienen muy parecidos cuando se pregunta por el segundo o tercer problema de España. 

Los jóvenes creen que el desempleo no es tan grave problema como lo entienden los ciudadanos que menos les afecta pues su vida laboral o se ha acabado o está a punto de acabarse. 

Pero en cambio estos números se cambian totalmente cuando se les pregunta por el primer problema que más les afecta a ellos.

El Paro:          Un 37,5 para los jóvenes entre 18 y 24 años
                       Un 36,1% para los adultos entre 55 a 64 años
                       Un 18,7% para los adultos mayores de 65 años

La corrupción:           Un 1,4% para los jóvenes entre 18 y 24 años
                                   Un 2,6% para los adultos entre 55 a 64 años

Es curioso también que pensemos que la corrupción SI afecta y mucho a España, pero que en cambio digamos que no nos afecta a nosotros. 

¿En serio algo que afecta tanto a España y así lo reconocemos, no nos afecta a cada uno de los españoles?