9.1.18

Los Chiripitifláuticos también educaban

Podría parecer una conclusión absurda, pero los jóvenes de los años 70 que iniciamos en la calle los gritos contra la dictadura y a favor de una libertad que no teníamos, éramos los mismos que unos años antes habíamos visto el programa infantil de la televisión Los Chiripitifláuticos.

Era un programa muy infantil que se le escapó a la dictadura como herramienta educativa que hablaba sin querer del trabajo en equipo, de los buenos y los malos, de los adultos que parecían simpáticos y amigos, de la alegría por vivir y por lograr objetivos, sis e sabía trabajar todos en la misma dirección.

Para nosotros era en blanco y negro aunque luego se convirtió en color. Y era comandado por Locomotoro y Valentina, que éramos nosotros pero ya adultos, por el Capitán Tan que era la sensatez, y por el Tío Aquiles que era nuestro abuelo. En el año 1970 desapareció Locomotoro y entró el color, dejándonos vacíos del ejemplo de nuestro propio trabajo, pues aunque quedaba Valentina, era chica y en aquellos años los chicos y las chicas todavía íbamos a diferentes clases. ERan los últimos años de aquella aberrante decisión.

Al quitar a Locomotoro que repito éramos nosotros mismos, pusieron a un niño que no encajaba nada en las tramas de niños adultos, y a un payaso para disimular y quitarle realismo a las acciones de verdad. Ya no éramos un equipo “de verdad” sino un grupo con niños pequeños y payasos, Malasombras descafeinados, un abuelo cada vez más mayor y más cortapisas y una chica excesivamente sabelotodo.

Por si no nos creemos la importancia de la televisión de entonces en la educación de los niños de “luego”, pensemos en la importancia de Félix Rodríguez de la Fuente, de La Bruja Avería o de La Cuadra Salcedo. Por cierto, Félix empezó en aquellos muy viejos años con una serie de programa que se daban por las mañanas laborables, que imitaban a un colegio en la calle y moderno, con clases de naturaleza y de otras materias que daban otros profesores, para niños que no podían acudir a clase por enfermedad o por problemas de climatología. Duraron poco.



Los Chiripitifláuticos también educaban

Podría parecer una conclusión absurda, pero los jóvenes de los años 70 que iniciamos en la calle los gritos contra la dictadura y a favor de una libertad que no teníamos, éramos los mismos que unos años antes habíamos visto el programa infantil de la televisión Los Chiripitifláuticos.

Era un programa muy infantil que se le escapó a la dictadura como herramienta educativa que hablaba sin querer del trabajo en equipo, de los buenos y los malos, de los adultos que parecían simpáticos y amigos, de la alegría por vivir y por lograr objetivos, sis e sabía trabajar todos en la misma dirección.

Para nosotros era en blanco y negro aunque luego se convirtió en color. Y era comandado por Locomotoro y Valentina, que éramos nosotros pero ya adultos, por el Capitán Tan que era la sensatez, y por el Tío Aquiles que era nuestro abuelo. En el año 1970 desapareció Locomotoro y entró el color, dejándonos vacíos del ejemplo de nuestro propio trabajo, pues aunque quedaba Valentina, era chica y en aquellos años los chicos y las chicas todavía íbamos a diferentes clases. ERan los últimos años de aquella aberrante decisión.

Al quitar a Locomotoro que repito éramos nosotros mismos, pusieron a un niño que no encajaba nada en las tramas de niños adultos, y a un payaso para disimular y quitarle realismo a las acciones de verdad. Ya no éramos un equipo “de verdad” sino un grupo con niños pequeños y payasos, Malasombras descafeinados, un abuelo cada vez más mayor y más cortapisas y una chica excesivamente sabelotodo.

Por si no nos creemos la importancia de la televisión de entonces en la educación de los niños de “luego”, pensemos en la importancia de Félix Rodríguez de la Fuente, de La Bruja Avería o de La Cuadra Salcedo. Por cierto, Félix empezó en aquellos muy viejos años con una serie de programa que se daban por las mañanas laborables, que imitaban a un colegio en la calle y moderno, con clases de naturaleza y de otras materias que daban otros profesores, para niños que no podían acudir a clase por enfermedad o por problemas de climatología. Duraron poco.



Nos interesa la cultura o es aburrida? Por ingresos y formación

Este gráfico basado en uno elaborado por Obra Social la Caixa nos muestra el diferente acceso a la cultura entretenida, de los españoles según sus ingresos y su formación o educación.

Se han elegido para el análisis tres tipos de actos culturales:

Ir al cine

Ir a espectáculos en directo (teatro, festivales, etc)

Visitar lugares de interés cultural (museos, conferencias, etc)

La gran diferencia de asistencia se da con arreglo al diferente tipo de educación finalizada. Mucho más distinto el resultado que por la diferencia de ingresos.

Las líneas verdes las he puesto para diferenciar dos cortes por ingresos. Sobre los 1.000 euros netos al mes (14 pagas) y sobre 1.500 netos al mes. Netos, y no brutos. A partir de estos datos, que cada uno de nosotros saque las conclusiones que crea oportunas. Que pueden ser varias e interesantes.

Los grandes pocos de los ingresos más altos se deben al tener menos datos de análisis de cada bloque de ingresos, pues hay menos personas con ingresos tan altos.

Roncar te puede salvar la vida. No lo olvides

Durante muchos años escuchábamos noticias de niños atrapados en tuberías estrechas o de asnos que caían al barranco y quedaban patas arriba…, pero sucedían muy lejos de nosotros, siempre en Siberia o China. 

Esta semana un español se despierta cuando le iban a realizar la autopsia, y esto nos sucede cerca de casa. Para un chino será una noticia de Galicia que le sonará a una parte de Zambia o de Senegal, cerca de Chile. Como nos sucedía a nosotros con Guangxi que no sabíamos nunca donde estaba.

No sé si es la globalización o los efectos de la Unión Europea, pero ya van sucediendo en casa cosas que antes solo sucedía muy lejos. Y tampoco sé si eso es bueno o malo. Yo creo que es para despistar. Mientras pensamos en la suerte del cataléptico gallego, no pensamos en que estamos sin gobierno eficaz.

Pero hay que ir más allá. Hay que pensar en el médico que con su bisturí iba a perforar el pecho del muerto que roncaba. Jodo, por muy preparado que estuviera. Sobre todo porque si leemos la noticia veremos que la certificación de su muerte la habían realizado tres médicos distintos en diferentes lugares. Algunos con 30 años certificando muertes. A veces roncar sirve para seguir vivo.