14.1.20

¿Qué es un DAFO, cómo se construye y para qué sirve?

Habrás escuchado muchas veces hablar de DAFO (en inglés SWOT. Strengths, Weaknesses, Opportunities y Threats), como una técnica habitual de análisis o de auditorías de organizaciones o empresas, para detectar, analizar y diagnosticar problemas y a su vez planificar sus posibles soluciones, dentro de cualquier organización. Una empresa no puede ir al médico, así que hay que buscar herramientas que hablen por ella.

Un DAFO no es más que eso: Lograr que la empresa u organización hable y se exprese. Escucharla, tomar nota de todo lo que nos dice y actuar con esos datos.

DAFO son las iniciales de: Debilidades. Amenazas. Fortalezas. Oportunidades.

Se trata pues de enumerar, detectar, esas fortalezas, sus debilidades, las amenazas que tiene y las oportunidades de que dispone para afrontar el futuro. 


Con todo ello y una vez identificadas las DAFO  hay que tomar medidas, pues de entrada solo nos hace una radiografía, si sabemos hacer bien el DAFO.

Se empieza por un trabajo de campo que sea capaz de identificar todo lo que afecta a nuestra empresa, sea interno o externo. Hay que preguntar, revisar, mirar, escuchar, identificar y apuntar todos los datos genéricos de la empresa para después ir distribuyéndolos en los cuatro apartados del DAFO. Algunos de los ítem logrados como información relevante pueden ir a más de un espacio del DAFO.

Todos estos item fotográficos de la empresa se dividen a su vez en dos bloques claramente distintos. 


Los INTERNOS y los EXTERNOS.

A los INTERNOS irán lo que después identificamos como FORTALEZAS o DEBILIDADES.

Y a los EXTERNOS los que serán OPORTUNIDADES o AMENAZAS.

Las DEBILIDADES son aquellas zonas o puntos de actuación que nos reducen las soluciones, nuestra capacidad de crecer o incluso de mantenernos, los que impiden algún tipo de estrategia de cambio, los que en fin nos debilitan en nuestras posibilidades de mejora.

Las FORTALEZAS son todas nuestras capacidades de trabajo, de actuación, de posición en los mercados, de recursos ante la competencia. Es esa parte de nuestra personalidad que nos diferencia del resto.

Las AMENAZAS son las fuerzas exteriores que en teoría podrían impedir nuestro afianzamiento, nuestro crecimiento, nuestras soluciones y estrategias. Las AMENAZAS son riesgos, son debilidades pero que nos vienen desde el exterior.

Las OPORTUNIDADES son todas aquellas fuerzas exteriores que están cerca de nosotros y de las que debemos aprender a recoger para aprovecharnos de su fuerza. Nuevas ideas, debilidades internas de la competencia, posibilidades propias de crecimiento, nuevas iniciativas aprovechando mejor nuestra inteligencia de equipo, etc.

Hay que unir las FORTALEZAS y las OPORTUNIDADES para buscar el éxito.


Hay que unir las DEBILIDADES y las OPORTUNIDADES para aprender a adaptarnos a ellas.

Hay que unir las FORTALEZAS y las AMENAZAS para reaccionar con todas ellas.

Hay que unir las DEBILIDADES y las AMENAZAS para evaluar la realidad de nuestro riesgo y actuar contundentemente para bajarlas o modificarlas.

Cualquier DAFO debe hacerse desde una posición neutra, reposada, apoyada por la dirección de la empresa u organización, con criterios realistas aunque sean duras, con tiempo necesario para analizar en profundidad todos los temas que afectan a la empresa, con dedicación especial a los que considere más conflictivos e importantes para la vida de la empresa u organización, contando con la colaboración de todas las personas de las misma, siempre buscando perfiles muy diferentes que contrapeses las opiniones.

Con toda la información resultante de la Auditoría de campo hay que trasladar todos esos datos al DAFO, pero ordenando por su importancia todos ellos dentro de los cuatro campos, y no posicionando nunca dentro de ellos más de entre 6 a 10 ítem


Con toda esa información ya tendremos la radiografía de la empresa, si hemos sido capaces de analizar bien y de seleccionar los problemas detectados que realmente son importantes, aunque parezcan imposibles.

A partir del DAFO empieza lo más importante, buscar soluciones, afianzar los puntos fuertes, pero al menos ya no tendremos la excusa de no saber qué enfermedad tiene el paciente. 


Los DAFO son recomendables en todos los casos para todas las empresas, pero debemos ser sinceros nosotros mismos. Se hacen cuando hay una enfermedad detectado. Si creemos que todo va bien tendemos a olvidarnos de las herramientas de análisis, lo cual es un error.

¿Debemos parecer lo que se espera que seamos?

"Dicen que si uno pasea tranquilamente y sin objetos por las calles de algunas ciudades americanas se vuelve sospechoso para la policía: nadie más sospechoso que un hombre que no va a ninguna parte".

Antonio Muñoz Molina de su libro: El Robinson urbano

La primera frase nos retrata una realidad triste y dura de la vida social. Incluso en Europa. Tenemos que simular que vamos hacia "algún sitio" y tenemos que ser "normales" o tan normal como esperan los demás que seamos. Siempre hay alguien que juzga nuestras formas y si nos tiene que elegir o seleccionar, ese juicio lo podemos perder o ganar.

Si no vas claramente a ningún lugar, si eres viajero y no llevas maleta, si vistes como no se espera que vista un tipo como tú, si estás despistado en una calle céntrica pero a la vez vas con seguridad personal…, eres un tipo raro al que hay que vigilar de cerca.

Son estereotipos exagerados pero son reales. Para formar parte de la sociedad de una forma común, tenemos que ser comunes, desgraciadamente tenemos que parecer que somos lo que esperan que seamos. En la mayoría de los casos, tanto para lo uno como para lo otro, suelen ser disfraces. Parecemos lo que no somos en realidad y a su vez parecer otra cosa puede que no indique nada de lo que parece.

A la hora de "estar" en esta sociedad que nos envuelve, hay que seguir aparentando, aunque no lo recomendemos. 

Si ya estás asentado en ella y no tienes la necesidad de buscar un hueco mejor, puedes hacer lo que te venga en gana y ser tú mismo con todas las consecuencias de libertad personal. 

Pero si tienes que entrar en la "rueda social" por motivos laborales o de otro tipo, recuerda que debes aprender bien los comportamientos que se esperan, las formas que los demás esperan ver en tí, o tendrás menos posibilidades.

Inevitablemente hay que elegir, aunque ninguna de las posibilidades te guste lo suficiente.






13.1.20

Un Curriculum debe servir para que te llamen

Me pregunta una joven trabajadora que está preparando un nuevo currículum si es correcto poner delante de todos sus datos académicos o profesionales, un apartado con su perfil en habilidades sociales, en capacidades diversas a su propia experiencia profesional o formativa.

Mi respuesta ha sido SI con algunos matices. No es lógico tener en estos tiempos de facilidad para tener en el ordenador varios currículum uno solo de ellos. Depende. 


Hay que tener varios currículum de cada persona, adaptados a los diversos perfiles profesionales a los que desees acceder, e incluso si son puestos muy técnicos o importantes, deberían ser currículum personalizados para cada ocasión.

Ante una selección de personas se reciben decenas o cientos de documentos con muy diversos perfiles. La persona que hace la primera selección que no es el mejor profesional de la misma, analiza y retira o agrupa los curriculum recogidos por diversas pautas que le han indicado.

La originalidad en el curriculum es un activo importante. No tanto para un puesto simple o sencillo, como para un puesto de trabajo donde la selección será compleja.

Si ante la repetición de mandar curriculum a decenas (o a cientos) de lugares no se te llama casi nunca, es que algo falla en ese curriculum. O bien los datos, o bien los deseos de formar parte de un tipo determinado de empresas.

Llamarte es el primer objetivo de un currículum, y cuando no se fijan en tus datos para llamarte tan siquiera, es que hay que tirarlo a la basura y empezar de nuevo. No digo que haya que mentir, pero sí tal vez decir la verdad de otra manera. A veces ser muy académico si no funciona nos obliga a ser más libres, más diferentes, más osados.

Y sí, puede ser bueno poner en la cabeza de tu hoja de entrada al despacho de la selección un apartado de habilidades sociales. Como lo es aportar el motivo que te lleva a pedir entrar en su organización demostrando que la conoces. O indicarles las capacidades que tienes en campos diversos al del puesto de trabajo al que quieres optar. 

Pero CUIDADO, esa zona de tu currículum la carga el Diablo. Te la van a mirar con lupa. Si es en positivo, si has sabido elegir bien lo que dices que eres…, es positiva. Pero las posibilidades de que se vuelva en tu contra son mayores.

Recuerdo un currículum donde una aspirante me decía que había sido Presidente de la Comunidad de Vecinos. Eso es muy poco e indica que no hay más chicha de la que exponer habilidades. 

En cambio si dices que has sido Presidenta de la Asociación XXXX para la Defensa de XXXX, la cosa cambia. No lo has sido por obligación sino por elección de otras personas y tienes capacidad de organización y de mando. Pero te preguntarán por qué dejaste de serlo. Así que prepara la respuesta con anterioridad.

Lo que nos puede enseñar un bebé de 7 meses

En la imagen vemos a un niño de 7 meses en una secuencia de un vídeo que hemos pixelado, aprendiendo a gatear con la ayuda de sus progenitores. El niño se esfuerza en moverse, en “ir” hacia el sonido, hacia el movimiento, en avanzar.

En realidad el niño lo que está haciendo es aprender a controlarse, a dominarse él mismo. Sabe que su futuro depende de aprender a realizar lo que ya ve que hacen otros iguales, moverse de forma independiente.

Es decir, estamos asistiendo a uno de los primero ejercicios personales de dominarse a sí mismo para ser mejor. Controlar el cuerpo, saber hablarle al cuerpo para que haga lo que nosotros queremos hacer. En este caso, movernos hacia un objetivo, para alcanzarlo.

Este ejercicio de un niño de 7 meses es común en todos nosotros y lo seguimos practicando durante todo nuestra vida adulta.

Intentar aprender, controlarnos, identificar metas y objetivos, ir hacia ellas de la mejor forma que sepamos, aprender y dominar el entorno mientras avanzamos, para hacerlo mejor la próxima vez.

En pocas semanas sus balbuceantes movimientos serás distintos, mejores, más rápidos para alcanzar la meta mejor y en menos tiempo. Igual que nos sucede a los adultos si queremos ser mejores.

Un niño de 7 meses ya sabe que debe ir tras ese objetivo. Su madre se lo mueve en el vídeo, para al niño le da igual, él continúa en el camino para alcanzarlo. No se acuerda de cuánto camino ha ido dejando atrás, a él lo único que le importa es alcanzar la meta.

No se queja de que con el movimiento que hace su madre alejándole el camión con sonido, tiene que hacer más y más esfuerzo. Siempre sonríe ante el reto, sin quejarse.

¿Por qué nos quejamos los adultos si nos mueven la meta, en vez de seguir peleando con nosotros mismos hasta alcanzarla? ¿Deberíamos aprender del bebé de 7 meses?