13.1.20

Lo que nos puede enseñar un bebé de 7 meses

En la imagen vemos a un niño de 7 meses en una secuencia de un vídeo que hemos pixelado, aprendiendo a gatear con la ayuda de sus progenitores. El niño se esfuerza en moverse, en “ir” hacia el sonido, hacia el movimiento, en avanzar.

En realidad el niño lo que está haciendo es aprender a controlarse, a dominarse él mismo. Sabe que su futuro depende de aprender a realizar lo que ya ve que hacen otros iguales, moverse de forma independiente.

Es decir, estamos asistiendo a uno de los primero ejercicios personales de dominarse a sí mismo para ser mejor. Controlar el cuerpo, saber hablarle al cuerpo para que haga lo que nosotros queremos hacer. En este caso, movernos hacia un objetivo, para alcanzarlo.

Este ejercicio de un niño de 7 meses es común en todos nosotros y lo seguimos practicando durante todo nuestra vida adulta.

Intentar aprender, controlarnos, identificar metas y objetivos, ir hacia ellas de la mejor forma que sepamos, aprender y dominar el entorno mientras avanzamos, para hacerlo mejor la próxima vez.

En pocas semanas sus balbuceantes movimientos serás distintos, mejores, más rápidos para alcanzar la meta mejor y en menos tiempo. Igual que nos sucede a los adultos si queremos ser mejores.

Un niño de 7 meses ya sabe que debe ir tras ese objetivo. Su madre se lo mueve en el vídeo, para al niño le da igual, él continúa en el camino para alcanzarlo. No se acuerda de cuánto camino ha ido dejando atrás, a él lo único que le importa es alcanzar la meta.

No se queja de que con el movimiento que hace su madre alejándole el camión con sonido, tiene que hacer más y más esfuerzo. Siempre sonríe ante el reto, sin quejarse.

¿Por qué nos quejamos los adultos si nos mueven la meta, en vez de seguir peleando con nosotros mismos hasta alcanzarla? ¿Deberíamos aprender del bebé de 7 meses?