Podemos pensar que es una imbecilidad, pero por menos hemos metido a la cárcel a vascos en otros tiempos. Así que tengamos cuidado con dejar impunes ciertas sobradas violentas, pues luego nos quejamos cuando ya no hay remedio.
19.6.20
Un taxista de Málaga, presunto autor de los disparos a políticos en fotografías
Podemos pensar que es una imbecilidad, pero por menos hemos metido a la cárcel a vascos en otros tiempos. Así que tengamos cuidado con dejar impunes ciertas sobradas violentas, pues luego nos quejamos cuando ya no hay remedio.
17.6.20
Juego educativo para aprender a imaginar esculturas
La educación artística en las Escuelas ha ido muchas veces unida a la educación en trabajos manuales, que siendo totalmente diferente el concepto, encajan si somos capaces de seguir alimentando la imaginación. Al final es simplemente “hacer” con las manos “cosas”.
Es curioso que un siglo después estemos pensando en innovar volviendo a los mismos planteamientos.
Se trataba de un conjuntos de piezas simples, cuadrados, círculos, triángulos o rectángulos de distintos tamaños pero todos planos y similares de textura, que los alumnos movían y utilizaban hasta crear figuras que ellos se imaginaban. En principio parecía un juego "para crear" en plano. Pero es el inicio de "crear" modulando, moviendo o girando elementos para configurar espacios.
Estamos hablando de figuras planas, de cartón delgado en el proyecto, con las que de forma abstracta se podían crear figuras, caras, personajes, espacios, paisajes, etc. Todo dependía de la imaginación del niño.
Si pensamos en este juego sobre una mesa, y le añadimos la opción imaginativa de levantar o poner en pie las piezas, vemos que ya estamos hablando del inicio de la escultura.
Lo siguiente sería el clásico juego de "las construcciones" con piezas de madera que ya configuran un ejercicio en relieve, en tres dimensiones. En un principio dirigido a modular "casitas" pero que se puede utilizar a poco que se crean piezas diferentes, hacia modular personajes, animales, etc.
Las formas de las piezas en su proyecto de trabajo iban creciendo en dificultad según se destinaban para una edad u otra. Y sin duda aunque nunca se desarrolló al completo pues nunca pasó de ser un proyecto en cartón que no se hizo en metal como era la idea primera, muestra un proyecto pedagógico muy interesante que se adentraba en la configuración espacial de la modulación más simple, lo que abría el camino hacia la escultura, hacia la pintura abstracta y/o surrealista, hacia la cerámica o sobre todo al mundo de la imaginación mezclada con la creación de personajes o espacios.
El dibujo que vemos es un boceto de las posibilidades de las piezas y la imagen de un diseño de las posibles piezas. En un principio era simples recortes que se ponían uno al lado del otro para formar figuras, pero en los últimos tiempos ya se han ido haciendo juegos con clavijas pequeñas donde se sujetan las piezas.
Yo amo a Madrid y a los madrileños. No me lo tienen que explicar
Me preguntaba a mitad del año 1995 —hace 25 años de eso— que por qué odiamos tanto a los vascos, a los catalanes y a los socialistas que salen por la televisión. Y dentro del fastidio que me producía ese intento en destruir y la incapacidad para construir, no encontraba razones de cabeza y muchas de ese corazón azul que llevan algunos desde hace décadas. Tampoco sabemos bien por qué.
Es como si supiéramos la enfermedad, sin duda ninguna los síntomas, pero no fuéramos capaces de poner ningún tratamiento, ni de convivir con el trastorno, de entenderlo para admitirlo, de buscar médicos sabios que supieran poner al menos paños calientes. España es diferente, lo sabemos y admitimos y estamos dispuesto a llevarlo hasta sus últimas consecuencias.
Nuestra sangre y por ello nuestra personalidad es plural y muy mezclada. No somos un solo pueblo de origen sino varios, y además con muchos siglos de convivencia dentro de los mismos espacios geográficos. No es una explicación válida, pero me cuesta encontrar otra.
Ahora nos da por odiar a Madrid a la que adoro desde Aragón aun sabiendo que algunos desde ella me jode vivo. Pero Madrid no es “los madrileños” ni todo Madrid desea seguir siendo el Madrid madrastra. Ahora veo incluso anuncios en televisión para dar moral a los madrileños, para convencernos a todos de que Madrid es buena gente. De que los madrileños no han nacido en Madrid. Como los catalanes. Como los aragoneses de Soria.
Crear odio es muy sencillo. Es otro virus que se contagia con rapidez. Y algunos tontos de baba no lo deben saber. Es mucho más rápido odiar que amar. Y más fácil de mantener el odio que el amor. Así que es lo que tenemos, nos joda mucho o poco, y o nos ponemos a trabajar muy en serio en la reconstrucción de las relaciones rotas, o todos nos divorciaremos de todos. ¿Y eso es bueno? ¿Quién sale ganando en un divorcio? Pues sobre todo los abogados.