22.6.20

La crispación social más que política, es tremenda y absurda

La crispación social más que política es tremendista y manipuladora y va en aumento. Social por la política, pero no política pues está alimentada por mentiras y manipulaciones populistas que alientan la violencia de momento verbal, y un caldo de cultivo que si no frenamos, va a resultar muy complicado a medio plazo. 

Se rompen familias por la crispación política aunque se diga que no, se pierden amigos, relaciones, simplemente por querer defender de forma acalorada e histérica las opiniones de un populismo que con un discurso mentiroso y mezclado en una sopa imposible de asumir, se ha polarizado brutalmente.

Los medios de comunicación visual la alimentan además, sin darse cuenta del papel tan negativo que supone ver a cada contertulio o a cada representante político al que se le otorga voz, insultando con razones. 

Por que eso es lo peor. Con las razones ya perfectamente masticadas y a medio digerir, se da material inflamable a todos los que escuchan para seguir multiplicando sus razones. Y da igual de qué lado hablo. 

Lo grave es que esto se multiplica y admitiendo que el populismo sale siempre con más fervor y velocidad desde la zona que NO gobierna, hay que asumir que según quién gobierna, los contrarios son los más voraces.

¿Solución? Templar los nervios, poner calma, ser inteligentes desde todos los espacios de responsabilidad social, no engañar a la sociedad o al menos mucho menos de lo que se hace, y empezar a asumir que el criticar ferozmente a los políticos es un drama para la democracia y que sin democracia siempre hay un sistema política que se llama dictadura. 

Y sabemos perfectamente qué es eso. Aunque algunos piensen que son tan infantiles que la prefieren. ¿No quieres ser libre y deseas que Papá Estado te de la propina todos los viernes? ¿Con eso te conformas? ¿No prefieres ser libre?

Los medios de comunicación de pago y digitales, no quieren

Ante lo inevitable de tener que pagar por estar digitalmente informado, hay que empezar a plantearse de qué manera y a quién. Pues los medios de comunicación no parecen estar por la labor de ser inteligentes y poner las cosas sencillas a los posibles y futuros abonados. Lo lógico en estos tiempos sería que varios de ellos se unieran formando una especie de Movistar o de Netflix y ofreciendo una cuota mensual con varios medios de comunicación agrupados.

Nadie leemos un solo medios de comunicación digital, sea periódico en papel, sea digital puro, sea confidencial o blog. Por eso lo lógico sería la agrupación entre ellos para formar paquetes y venderse empaquetado el servicio de comunicar de forma digital. Y así será en un futuro, no me cabe duda. 

Pero mientras tanto seguiremos en un limbo inacabado donde nadie triunfa. Un barullo donde no son capaces de entenderse para obtener un beneficio lógico y un sistema de pago que realmente sepan dividirse entre ellos para que sea negocio para todas las partes.

Sigue siendo común poner un pobre en tu vida

Los pobres siempre hemos sido como un juguete para los ricos, incluso un juguete manejable, cómodo de llevar, excepto que a los pobres hay que peinarlos, lavarlos más de lo habitual y mandarles, pues ellos solos no tienen iniciativa. Hubo siglos, incluso hasta en el siglo XXI pasaba esto, que era común poner un pobre en tu vida. Salen más caros que un jarrón chino, pero se rompen menos. ¡Piénsatelo!

Las estadísticas. Cómo mentir diciendo la verdad

Leía antes unas estadísticas sobre fallecidos por el Covid19 en las Residencias de Personas Mayores de Aragón y advertía que las estadísticas están para ser utilizadas, explicadas y contrastadas con muchos más datos que los que nos presentan. NUNCA son mentiras, pero tampoco son la única verdad, y todo depende de como se logran mostrar los datos.

Por eso las estadísticas son una de las herramientas más fáciles y perfectas para manipular el Estado de Opinión, pues sin mentir te puede llevar la opinión de muchos hacia la zona del pensamiento que te interese. Si desconfías del Sistema, huye de entrada de las estadísticas que no vengan bien explicadas. Si son solo número o un gráfico, puede ser incluso peligrosas.