22.10.20

Ayer NO QUISE ir a la Concentración por la Sanidad Pública en Zaragoza

Ayer estaba yo convocado para asistir a una Concentración en defensa de la Sanidad Pública. Algo que sin duda me afecta por ideas (llevo 37 años ininterrumpidos en órganos diversos de la Educación Pública y la Sanidad Pública) pero NO QUISE acudir, como ya no acudo a Manifestaciones y Concentraciones desde hace unos años

Y me explicaré.

Ayer mismo estuve como unas cuatro horas tratando con diversos grupos de la Sanidad Pública aragonesa una serie de problemas muy diversos pero que todos incidían en cambios legales, en mejoras, en modificar ópticas de gestión desde las que abordar los duros momentos actuales en la Sanidad Pública. Pero no es eso de lo que quiero hablar. Pero lo digo para que se vea que no es holgazanería.

Las Manifestaciones y Concentraciones son herramientas de finales del siglo XIX y todo el siglo XX. 

Y aunque tienen sentido en algunos países, en el mundo occidental NO TIENEN YA SENTIDO. Explicar esta postura mía es tremendo, no es aceptada por nadie de los que conmigo han estado en años anteriores en este tipo de herramientas de presión.

En el siglo XXI hay que buscar otros elementos de defensa, de presión incluso, de trabajo, para lograr mejoras o evitar pérdidas de servicios. 

Hoy hacer Concentraciones o Manifestaciones es algo que ya está amortizado por quien debería escuchar las motivaciones. 

Y además el número de asistentes es siempre muy bajo y son las mismas personas, que con toda su buena fé son embarcadas por los dirigentes políticos y sociales hacia formas ya obsoletas de queja.

El primer paso es aceptar que esto ya no funciona así. 

Y este primer paso (fundamental) no se quiere tomar.  Algunos me comentan que NO HAY OTRO, lo cual además de incierto sería el primer paso para aceptar que lo que se hace ahora ya no sirve.

Sí que hay muchos otros, pero no se hacen por diversos motivos. 

Nada fastidia más al que manda que tener que enfrentarse cara a cara con quien se queja. 

Ese es el primer punto. El segundo sería que hoy los medios de comunicación (incluidos los digitales) de todo tipo sí son capaces de formar opinión y presión sobre todo si en vez de cien hay media docena. 

Los digitales ajenos al poder (sea político o económico ese poder) nacen y se mueren como las setas. Hay excesivos y con poca chicha. 

¿Alguien se acuerda del poder mediático que tenía por ejemplo Andalán? ¿O incluso Aragón Exprés?

El Poder establecido sabe que las Concentraciones y Manifestaciones son herramientas a las que ya no hay que hacer caso. Pero ese poder está en despachos a los que se puede acceder con educación y ganas de gestionar cambios. 

Las puertas (y eso es lo malo) las suelen abrir gente que muchas veces ya han estado con nosotros en anteriores Manifestaciones y Concentraciones y que ahora saben jugar a no dejar entrar a "los amigos". 

Ayer se presentaron 200 personas a la Concentración. ¿Sabéis cuántos estábamos en la última reunión presencial de Presidentes de Consejos de Salud de Aragón, antes de la pandemia? 

Estábamos convocados por carta, somos cargos elegidos, se tratan temas en una mesa y con papeles para reflexionar y discutir. Estábamos cuatro personas, el más joven de 64 años. Si hubiéramos estado 200, las mismas personas que ayer estaban en ña Plaza del Pilar, solo esas, cuidado pues las cosas sí hubieran cambiado. 

Las formas del Siglo XXI para presionar y exigir, para defender derechos, ya no son salir a la calle con mesas y folletos. 

Esos modos son anécdotas para el poder. Pero al poder se puede entrar a pinchar y explicar desde muy diversas formas. 

¿Qué papel cumplen los sindicatos como organizaciones? ¿Y los partidos políticos como personas jurídicas? Por favor mirar la imagen del cartel de la convocatoria. ¿Hay algún sindicato o partido político firmándolo? ¿Y eso?

Ya sé que hay personas de los partidos políticos en estos actos, pero estas mismas organizaciones no son capaces de insistir con documentos ante la sociedad, de explicar con mucho más que titulares lo que está mal o bien. De tomar partido con capacidad de buscar soluciones y no simplemente quejas. Para quejarnos no necesitamos organizaciones, en el siglo XXI las mayores quejas se leen todas las horas en las Redes Sociales.

Y sabemos los motivos de los silencios. Lo concentro en uno solo. "Miedo por si hay que luego trabajar con los que ahora gobiernan". Sean del partido que sean.

Hablo de Servicios Públicos, no hablo de ideas ni de ideologías. Que podría. 

Hablo de incapacidades, y de tachar de conservadores a los que desde la izquierda pensamos que la propia izquierda ha perdido el tren de su razón de ser. 

¿Sabremos entender que en el siglo XXI ya se deben utilizar otras herramientas distintas?

Perder un año de nuestro tiempo vital es mucho para las Personas Mayores


Ante los temores casi totales de la actual pandemia somos muchos los mayores que nos preguntamos en silencio: ¿Y estos meses perdidos quién los devuelve? 

Los jóvenes tienen todo un mundo de vida para olvidarse de estos tiempos congelados, pero a muchos mayores este freno les conduce a la vejez. Perder un año de actividad vital con 70 años de edad es perder casi media vida futura. 

Si me han robado todo un año bueno de mis 65 tacos ¿cuántos me quedan para disfrutar de verdad? ¿Qué representa ese año perdido en el total que queda? 

Así que las ansiedades crecen sobre todo por no saber planificarse el día a día. No se pierden años, se cambian. Simplemente hay que saber construir alrededor de cada día —sea como nos toque que sea— las actividades que nos den algún placer vital. Aunque no sea nada fácil esto.

Excelente primera página de El Diario de Teruel

La portada o la primera página de hoy, de El Diario de Teruel es de los pocos ejemplos de interacción de los medios de comunicación con el problema. TODOS LOS DÍAS y todos los diarios de España deberían publicar una primera página similar a esta para intentar concienciar a los ciudadanos. Ya sé que no leen los periódicos, pero sería una manera de multiplicar el mensaje, de que se viera y se extendiera poco a poco que esto "va de todos" y que todos somos responsables.


Nota.: Los textos en rojo son míos para remarcar el texto

21.10.20

¿Y qué has hecho tú hoy, para evitarlo?


Vuelven los confinamientos en casi toda España, vuelve a congelarse nuestro país pero seguimos observando que para muchos españoles todo esto es un triste juego para desobedecer… con chulería incluso. No hay concepto social de ayuda, de apoyo de personas a personas. 

Creemos que Papá Estado —que además lo configuramos de imbécil— nos debe tratar como a niños y darnos la propina todos los meses.

Aragón está muy mal con cifras de contagio que asombran a Europa, que asustan si se comparan con nuestros vecinos europeos. pero seguimos no haciendo caso. Hace un momento he ido a comprar y me cruzo siempre con dos cafeterías. Llenas y con la gente sin mascarillas. No parece que haya problema. Ya no queremos ni saber qué nos está sucediendo.

Ante esta parte de la sociedad que no quiere responder hay pocas cosas que hacer. Cuando más duras sean las medidas, más las sufriremos los que las obedecemos, pero al resto se la soplará. Y así esto se puede eternizar y sobre todo nos puede hundir hacia una sociedad que va a necesitar lo que no está escrito para levantar cabeza.

Hoy escucho en el Congreso de los Diputados a una persona que quiere ser Presidente y que odia a Europa. ¿Lo estará escuchando Europa? Seguro. 

Saben allí que somos unos tramposos y desobedientes sociales, y que además vamos disfrazados de bobos. Bien. Huyamos de Europa. ¿Qué queremos ser en las siguientes décadas? Digámoslo con claridad. ¿libres? ¿Libres de quién? Seamos sinceros porque curiosamente los que dicen eso saben perfectamente a qué me refiero. 

Podemos seguir comportándonos socialmente como tontos de baba, a mi me da igual ya, estoy mayor, casi no me afectará. Pero a los jóvenes ni te cuento. A los menores de 55 años les va a costar un huevo y parte del otro salir regular de esta. La crisis será maravillosamente histórica. 

Pero nos apetece seguir desobedeciendo, siendo pocos inteligentes y observando como cierran bares, restaurantes, tiendas, talleres, empresas, inversiones. Y crecen los tontos que cada vez parecen tener más chulería y más espacio.