25.10.21

No sabemos repartir el trabajo, un bien esencial


Nos quieren ordenar una jubilación a los 70 años, y a su vez no somos capaces de dar trabajo a los jóvenes y nos despiden a los 50 años de edad del trabajo por ser viejos y obsoletos. ¿Y eso cómo se encaja? 

No saben desde el poder qué necesitamos para que esto funcione al menos lo menos mal posible, no saben engañarnos sin que se note mucho, detectan el empobrecimiento creciente de la sociedad pero no saben resolverla y dicen muchas tonterías que tampoco sirven de nada. 

Es triste, pues los que pagarán estos problemas son los más jóvenes. Estamos en un siglo donde el trabajo es un bien escaso que deberíamos repartir mejor.

22.10.21

Un Mundo Líquido 1ª.: Del perdón de Otegui a la falsedad mundana


Mis padres siempre me repitieron la misma matraca de pequeña: Cuando alguien te comente algo sobre alguien o algo, que por un oído te entre y por el otro te salga.
Así que, con esta costumbre sana de ver más allá de las apariencias, una, y no es por ponerme medallas, es poco dada a las manipulaciones y menos aún influenciable. Observo que a mi alrededor desde las cuestiones más cotidianas a las más trascendentales las personas son carne de manipulación. Y aquí es cuando hace acto de presencia la política. 

No haré sesudas reflexiones sobre qué es la política ni la evolución desde los tiempos de Grecia. Solo diré que los líderes políticos tienen más de bote de detergente que de representantes del pueblo que deben resolver los problemas con eficacia. Se vende a un líder, antes se hacía pero con unos límites exactos y correctos, pero ahora es todo marketing y juego de trileros que hace entender la desidia de la gente por la política o la rápida evolución de un entusiasmo a una decepción en cuestión de meses.

Hace unos días terminé el libro de Varoufakis, Comportarse como adultos, donde a cada página que pasaba le entendía y me confirmaba las percepciones íntimas que tengo acerca de la deriva del mundo. No niego que me sulfuraba y me pillaba unos enfados introspectivos, lo diré así por no usar palabrotas, que me hacían recordar a todas las personas falsas que han pasado por mi vida. Se obraba el efecto de la magdalena de Proust. 

Si autoridades y representantes políticos europeos se comportaron así con los negociadores griegos, que dios o quién sea libre a Europa de una caída al precipicio sin paracaídas ni arneses de seguridad. Si las artimañanas, mentiras, abusos verbales, gritos, malos gestos, amenazas eran los elementos negociadores de unos politicos europeos para ¿salvar a Grecia?, hubiera sido preferible negociar con un clan mafioso que de seguro habrían sido más civilizados.

Así que una vez digerido las más de 700 páginas del libro de Varoufakis donde la maldad y la manipulación, en su más extensa acepción, son elementos trágicos de una mezquina política actual me encuentro con las palabras de Otegui donde pide perdón y entiende el sufrimiento de las víctimas. 

Me parecía estar viendo al ministro de finanzas alemán, Schäuble, al presidente del Eurogrupo, Dijsselbloem y a un personaje oscuro con poca relevancia pública pero que era quien dirigía en la sombra las actuaciones en la pasada crisis europea, Thomas Wieser, frente a unos representantes griegos que pecaron de ingenuos. 

Porque yo siempre digo y hago que, cuando tienes que enfrentarte al diablo, debes ser más diablo y no tener compasión. No debe haber perdón ni conmiseración con los falsos y abusones.

En definitiva, no me creo a Otegui. Ni perdón, ni remordimientos. Táctica política pura y dura. Limpieza de imagen. 

Ya dije antes que los políticos actualmente se venden como botes de detergentes. Cómprelo y verá que ropa más limpia tendrá sin frotar. Es el mundo líquido o modernidad líquida que vaticinó el sociólogo, Zygmunt Bauman, y que se extiende hacia todas las capas de la sociedad.

Otegui es actualmente el político más líquido del panorama actual español.

Cuando lo vi en su comparecencia, me vinieron a la mente las palabras que la gran periodista, Oriana Fallaci, escribio en su libro Un hombre de su pareja y líder griego, Alekos Panagoulis, que sufrió las más cruentas torturas por luchar contra el régimen militar en Grecia: Si para defender una ideología, tienes que matar, esa ideología no sirve. ¿Alguien se lo puede decir a Otegui?

OLGA NERI

13.10.21

¿Por qué existió ETA? ¿Cómo podemos explicar a nuestros nietos la existencia de ETA?


Una de las cosas que no se entenderán cuando con las décadas pasadas se quiera estudiar de verdad  la historia de la Transición de España, será la existencia de ETA. En esos 50 años de la existencia de una banda terrorista no solo en el Pais Vasco sino en toda España, hay muchos secretos todavía, hay muchas complicidades, muchas incapacidades y a veces muchos malos intentos por unos y por otros para no querer resolver el problema. 

Nadie en España tiene toda la razón sobre este tema, ni nadie tiene todo el fracaso. 

Todos hemos sido responsables de que ese drama en España no se hubiera resuelto cuando tocaba, o incluso de no evitar que tomara el tamaño que tomó, alentado a veces por los que querían combatirlo, con errores de libro de historia. 

Y hablo tanto de los gestores y gobernantes del PSOE como del PP, del PNV o de la iglesia vasca, de los políticos en Francia o de algunos empresarios en el País Vasco.

ETA supuso un empobrecimiento de la España de los años 70, 80 y 90 como poco. Y una forma de encarar la reconciliación que planteaba la Transición, con muchas piedras absurdas en el camino, con mucha sangre inútil, con excesivos miedos, y con la pérdida de un gran número de buenos políticos. 

ETA ayudó indirectamente al Golpe Militar del 23F, y ayudó a la Monarquía a asentarse de la forma que ahora vemos ligeramente cómo se conformó en la España de aquellos años. 

¿Cómo sería hoy el País Vasco si no hubiera existido ETA?

No ayudó a la izquierda española ni vasca, no fuimos capaces de entender qué significaba esa violencia absurda y sangrienta, posiblemente obnubilados por ciertos tic nerviosos mal entendidos y peor explicados. 

Si en la España de la Transición no hubiera existido ETA, hoy seríamos más capaces de defendernos ante los problemas actuales. Pero eso es imposible que lo entiendan los que no vivieron pegados a la radio todos los días a las 8 de la mañana, esperando las malas noticias que rompían la convivencia. 

Por eso, porque hoy ya no se entiende, es imposible que lo lleguen a comprender nuestros nietos.

10.10.21

El juego del calamar es mucho más que una Serie. No se os ocurra verla


La serie "El juego del calamar" es la clásica bofetada en los morros que cada uno puede tomarse como le venga en gana. Personas contra personas, para salvar la vida pero solo en teoría, pues al final solo quedará uno o una persona viva (o no), y a costa de no se sabe bien qué enemigos, escondidos entre todos nosotros, con o sin careta, pero muchas veces tan dentro y cerca de nuestro propio grupo, que no los reconocemos aunque nos jodan a patadas creyendo que lo hacen por nuestro bien. 

Es la vida misma, aunque también podemos pensar que es un juego como el ajedrez que también trata de comerte fichas a garrotazos, pues enseguida hay recambios y se vuelven a poner otras fichas en el tablero de la muerte y el mate. 

Francisco de Goya creo que ya debió ver esta serie de "El juego del calamar" a principios del siglo XIX, antes de algunos de sus grabados y pinturas. Estoy seguro de ello.

Somos bichos con número que nos mueven como quieren y nos cuentan batallas o juegos, simplemente o para entretenerse o para jodernos. Nuestros números reales figuran indicados en la cartilla del banco, algunos solo con ceros y otros con esos mismos ceros pero con numericos delante. Según el número en la vida juegas con ventaja o sin ella.

Somos meras hormigas con las que jugar y eso cuando te lo cuentan a la cara…, pues jode un huevo. No eres el timonel ni tan siquiera de tus amigos, a los que crees que eliges.

Yo os recomiendo NO VER la serie "El juego del calamar" para no sufrir ante la verdad, aunque esté de moda todo esto, la serie y el sufrir. Pero que te digan lo mierda que somos no es de agradecer. 

Y encima van todos los que ven esta serie y piden una segunda parte, una continuación. ¿Pero no os ha quedado claro lo mierda que podemos ser? ¿Queréis más? ¡Jope!