25.10.21

Una mujer maltratada no se debe mostrar en Aragón TV como ha sucedido hoy

Hoy en la cadena Aragón TV han informado de una mujer que la logrado salvarse de un desahucio en Zaragoza, teniendo tres hijos y una situación muy dura, con una ocupación de una vivienda de SAREB y estando en Protección por Violencia de Género por culpa de su exmarido. Una situación dura pero por desgracia más habitual de lo normal.

Lo que no es normal es que en la noticia de las 14 horas se haya dicho el barrio del desahucio, se hayan mostrado imágenes repetidas del edificio y del balcón y ventanas, y se haya mostrado a la señora hablando con su abogada y con su nombre, con la policía y con vecinos. ¿Dónde está la protección por violencia de género? 

El problema es muy sencillo de detectar. Falta profesionalidad entre algunas de las personas que tomas las decisiones entre los que sacan imágenes, las montan y editan y finalmente las emiten. O tenemos mucho más cuidado, o si se produce un susto duro o un drama, lo de menos son las responsabilidades cruzadas, lo peor es que eso se lleva encima toda una vida por no se profesional.

Somos cada vez más agresivos y violentos. ¿Y el siguiente paso?


Poco a poco hemos ido convirtiendo esta sociedad débil, la española, en una sociedad que camina hacia la violencia, hacia la agresividad virtual y escondida entre el anonimato y la incapacidad para utilizar otros métodos de queja, de reclamo, de cambio. Esta agresividad en aumento, a través de lo que observamos y que luego trasladamos a la vida común, nos lleva hacia un espacio social de complicado diseño. 

¿Dónde paramos el crecimiento de la falta de respeto hacia todos y todo?

¿A partir de qué punto debemos retroceder y cambiar o nos encaminamos a donde ya sabemos?

¿Para qué sirve en realidad (y para quien) esta violencia en aumento constante?

¿Cuál sería el siguiente paso si no sabemos frenar estos comportamientos de momento verbales?

Los periodistas nos repiten hasta cansarnos los ejemplos de violencia entre conocidos, sean políticos o famosos. No vemos nunca a nadie que utilice el razonamiento, la concordia, el diálogo constructivo. Y no sé qué es peor, si estos ejercicios de relación respetuosa ya no existen, o simplemente es que no se quieren enseñar por algún motivo, a una sociedad que vive de espaldas a su futuro.

No tenemos respeto, no sabemos conservar las formas que nos pueden llevar a una relación respetuosa. Nos creemos que faltar al respeto a "otro" no supone darle permiso para que ese otro nos lo falte a nosotros. Nos gusta jugar a la violencia creyendo que esto es gratuito. Somos tan débiles de razones, que tenemos que utilizar la sinrazón e intentar que el de enfrente no puede hablar y replicar. 


No sabemos repartir el trabajo, un bien esencial


Nos quieren ordenar una jubilación a los 70 años, y a su vez no somos capaces de dar trabajo a los jóvenes y nos despiden a los 50 años de edad del trabajo por ser viejos y obsoletos. ¿Y eso cómo se encaja? 

No saben desde el poder qué necesitamos para que esto funcione al menos lo menos mal posible, no saben engañarnos sin que se note mucho, detectan el empobrecimiento creciente de la sociedad pero no saben resolverla y dicen muchas tonterías que tampoco sirven de nada. 

Es triste, pues los que pagarán estos problemas son los más jóvenes. Estamos en un siglo donde el trabajo es un bien escaso que deberíamos repartir mejor.

22.10.21

Un Mundo Líquido 1ª.: Del perdón de Otegui a la falsedad mundana


Mis padres siempre me repitieron la misma matraca de pequeña: Cuando alguien te comente algo sobre alguien o algo, que por un oído te entre y por el otro te salga.
Así que, con esta costumbre sana de ver más allá de las apariencias, una, y no es por ponerme medallas, es poco dada a las manipulaciones y menos aún influenciable. Observo que a mi alrededor desde las cuestiones más cotidianas a las más trascendentales las personas son carne de manipulación. Y aquí es cuando hace acto de presencia la política. 

No haré sesudas reflexiones sobre qué es la política ni la evolución desde los tiempos de Grecia. Solo diré que los líderes políticos tienen más de bote de detergente que de representantes del pueblo que deben resolver los problemas con eficacia. Se vende a un líder, antes se hacía pero con unos límites exactos y correctos, pero ahora es todo marketing y juego de trileros que hace entender la desidia de la gente por la política o la rápida evolución de un entusiasmo a una decepción en cuestión de meses.

Hace unos días terminé el libro de Varoufakis, Comportarse como adultos, donde a cada página que pasaba le entendía y me confirmaba las percepciones íntimas que tengo acerca de la deriva del mundo. No niego que me sulfuraba y me pillaba unos enfados introspectivos, lo diré así por no usar palabrotas, que me hacían recordar a todas las personas falsas que han pasado por mi vida. Se obraba el efecto de la magdalena de Proust. 

Si autoridades y representantes políticos europeos se comportaron así con los negociadores griegos, que dios o quién sea libre a Europa de una caída al precipicio sin paracaídas ni arneses de seguridad. Si las artimañanas, mentiras, abusos verbales, gritos, malos gestos, amenazas eran los elementos negociadores de unos politicos europeos para ¿salvar a Grecia?, hubiera sido preferible negociar con un clan mafioso que de seguro habrían sido más civilizados.

Así que una vez digerido las más de 700 páginas del libro de Varoufakis donde la maldad y la manipulación, en su más extensa acepción, son elementos trágicos de una mezquina política actual me encuentro con las palabras de Otegui donde pide perdón y entiende el sufrimiento de las víctimas. 

Me parecía estar viendo al ministro de finanzas alemán, Schäuble, al presidente del Eurogrupo, Dijsselbloem y a un personaje oscuro con poca relevancia pública pero que era quien dirigía en la sombra las actuaciones en la pasada crisis europea, Thomas Wieser, frente a unos representantes griegos que pecaron de ingenuos. 

Porque yo siempre digo y hago que, cuando tienes que enfrentarte al diablo, debes ser más diablo y no tener compasión. No debe haber perdón ni conmiseración con los falsos y abusones.

En definitiva, no me creo a Otegui. Ni perdón, ni remordimientos. Táctica política pura y dura. Limpieza de imagen. 

Ya dije antes que los políticos actualmente se venden como botes de detergentes. Cómprelo y verá que ropa más limpia tendrá sin frotar. Es el mundo líquido o modernidad líquida que vaticinó el sociólogo, Zygmunt Bauman, y que se extiende hacia todas las capas de la sociedad.

Otegui es actualmente el político más líquido del panorama actual español.

Cuando lo vi en su comparecencia, me vinieron a la mente las palabras que la gran periodista, Oriana Fallaci, escribio en su libro Un hombre de su pareja y líder griego, Alekos Panagoulis, que sufrió las más cruentas torturas por luchar contra el régimen militar en Grecia: Si para defender una ideología, tienes que matar, esa ideología no sirve. ¿Alguien se lo puede decir a Otegui?

OLGA NERI