10.1.24

Tener orden es de lo más aburrido e incuso peligroso


Yo tengo que tener desorden sobre mi, alrededor de mi. Pero es un desorden simple, de ese que solo ven los demás. Yo no lo noto nunca.

Esto nunca lo han entendido los que me rodean pues además he tenido la desgracias de vivir con excesivas personas de orden, pero me ha dado igual. 

Han tenido que ser ellos los que se tuvieran que adaptar, soy así de raro.

Ahora me entero que el desorden es bueno para la creación, para la creatividad, para la subjetividad. 

Ya no somos unos vagos que no queremos tener orden, sino unos tipos raros que entendemos el orden de una manera diferente al resto. 

Nos vamos apoderando de las ideas.

El orden estimula la calma, seguro, pero también la rigidez de mente. 

Estimula la limpieza, sin duda, pero también el vacío.

Estimula el tiempo aprovechado, pero también el tiempo sin sentido. 

El mundo de la calle está en desorden. 

Los anuncios, los colores, las hojas de los árboles, las personas que pasan, los colores de los coches, las nubes, los olores. 

Intentar tener orden es mucho más aburrido en la vida, seguro.

Cuando un libro te atrapa, estás perdido. O ganado

Los libros son testigos mudos que hablan mucho, son compañeros de viaje por la vida y sobre todo herramientas para aprender. 

A los libros los elegimos nosotros, decidimos cuales nos deben acompañar un tiempo o toda una vida. 

Cuando esto último sucede, es por que ese libro en concreto nos ha atrapado, se ha apoderado de nosotros sin casi darnos cuenta, ya no somos libres, somos del libro y de todo lo que dentro de sus tripas se cuenta.

Elige un libro para toda tu vida, elige tu libro preferido, y llévalo dentro de tu memoria como parte de tus caminos. 

Lo complicado es saber elegir.

9.1.24

Cuatro Consejos para una alimentación en Salud


Intentar cuidar nuestra salud a través de una alimentación más saludable es un mantra constante y lleno de consejos a veces muy diferentes entre ellos. Es posible que muchos ya no sepan quien fue Francisco Grande Covián, además de ser la persona que da nombre a institutos o a hospitales en España.

Este asturiano aragonés, que se tuvo que ir de España en los inicios de la dictadura siendo profesor de la Universidad de Zaragoza hasta 1950 a seguir de profesor en los EEUU, de donde volvió a Zaragoza en 1974. El decía que: Hay que comer de todo, pero menos cantidad. Y cerraba el puño señalando con ese gesto la cantidad máximo de alimento en cada ración.

Ese consejo de un investigador es fabuloso.

Además de sus trabajos sobre el corazón y la diabetes, Francisco Grande Covián fue un gran especialista en nutrición humana; se opuso enérgicamente a las dietas de adelgazamiento, vegetarianas y macrobióticas, por considerarlas deficientes en vitaminas, entre otras sustancias. Destacó como uno de los principales defensores de la dieta mediterránea y del aceite de oliva.

Otra persona profesional de la sanidad en España estuvo explicando ampliamente nuestra dieta en televisión y los errores que vamos cometiendo poco a poco, separándonos de esa famosa Dieta Mediterránea, y nos dejó unos apuntes que muestro en las imágenes.

El Primer Consejo es comer más de algunos elementos o productos que estamos tomando cada vez menos. Los fermentados serían los yogures, kéfir, etc.

El Segundo Consejo nos hablaba de los alimentos que deberíamos cambiar por otros, pues no son positivos y están en aumento.

El Tercer Consejo nos hablaba de los alimentos que deberíamos evitar o tomar en mucha menos cantidad, sobre todo a partir de los 55 años.

Y el Cuarto Consejo nos hablaba de Comer de Todo dentro de lo lógico, pero en menos cantidad y sobre todo de forma mucho más lenta y masticando bien. 

Cualquier consejo está para no hacerle caso, pues tenemos libertad para hacer lo que consideremos oportuno. Aunque lo correcto es saber qué estamos haciendo, fuera de lo que parecería más oportuno. 

8.1.24

Esperaremos e iremos viendo. Un canto filosófico


La viñeta de hoy de El Roto en El País es además de fabulosa, tristemente real y filosófica. Un canto a la realidad, al clásico "Esperaremos e iremos viendo" que tanto se utiliza en la vida de la gestión.