11.1.24

¿Sabías que…? 002 Pueblos indígenas


¿Sabías que durante los siglos XVI y XVII sobre todo, los jesuitas y otros intelectuales europeos, españoles y franceses sobre todo, discutieron y reflexionaron en profundidad con los dirigentes sociales de los pueblos indígenas de la Nueva América, y no siempre les quedó claro a ambas partes que la sociedad europea era mejor que la sociedad de los indígenas de entonces?

¿Sabías que gran parte de esas sociedades no conocían el dinero, no utilizan el dinero?

Todavía siguen utilizando en gran medida en su interior social, aquellos conceptos que a nosotros desde Europa nos cuesta mucho admitir como procedimientos válidos, cuando para ellos eran únicos sistemas de riqueza o de reparto y pago. 

El trueque era lo habitual y la riqueza que poseían dependía de sus destrezas para la conservación de la propia sociedad familiar, de sus sistemas de gobernanza y protección social, sus formas propias para la transmisión de conocimiento, sus idiomas y costumbres, su historia y filosofía de vida y su lógica matemática.

La silenciosa Depresión que crece en nuestras cabezas


No sé en donde nacen y crecen los problemas de Bienestar Emocional, no sé de qué se alimentan las Depresiones, los Miedos y las Ansiedades, o al menos no sé todo lo que necesito saber para entenderlas y comprender su crecimiento en número y en dolor.

Cada día conozco a una nueva persona herida por esta enfermedad o similar, por trastornos de comprenderse a sí mismo, de problemas de convivencia con uno mismo y con los otros.

Es casi seguro que la Sociedad sea más dura y exigente que antes, pero disfrazada de lo contrario. Y la sufren o afectan negativamente la sufren principalmente los altamente sensibles (PAS), no los débiles como creemos. 

Lo peor es que hasta que no entendamos bien por qué crecen los problemas, no seremos capaces de buscar las salidas, pues cuando creemos haber encontrado los caminos, nos crecen las hierbas que nos tapan la luz o nos surgen nuevos problemas.

Laura Puente

10.1.24

El placer de leer o escribir en papel

Deberíamos redescubrir el placer de escribir por escribir, o incluso, simplemente el placer de leer papel, por leer.


E insisto en esto de leer en papel porque creo que el placer tiene medidas, y leer en papel no es lo mismo que leer en pantalla. 

El tacto e incluso el olor también cuentan.

Como comentaba el otro día un buen escritor aunque con otras palabras, el libro tiene papel, tipografía y diseño, tapas y encuadernación, tiene tamaño y grosor.

Incluso un libro huele a libro.

Escribir es lo mismo de lo mismo. Debemos reencontrarnos con la escritura caligráfica, manual. Volver ligeramente al menos, a escribir a mano. A una mano. Con pluma estilográfica si es posible.

Yo ya hace alguna década que empleo tinta de estilográfica. Negra o rojo sangre. 

La pluma tiene un tacto único, un trato con el papel inmejorable, suave, sencillo. 

La tinta de la pluma parece viva, tú mismo la manipulas, la llenas, la cuidas, la eliges de color y grosor.

Hay que redescubrir el placer del placer sencillo, el antiguo gozo de la sencillez, de la elección personal por las cosas que nos rodean. 

Muchos de nosotros estamos rodeados de libros que nunca podremos leer. Compramos o nos regalan más libros de los que tal vez, podamos leer nunca. 

Pero poseer un libro es un lujo de afortunado, por eso debemos platicar sin miedo, que los libros en papel son un gozo a cuidar.

Mañana no me voy a comprar el periódico aunque sé las diferencias entre leer noticias en la pantalla y en papel. A veces me tengo que rendir. 
Creo que ya estoy demasiado viejo para rebelarme.

Quedó atrapada la hoja de la libertad


Inexplicablemente la hoja quedó atrapado ella sola, y después de estar toda la primavera y verano haciendo bien su trabajo desde el árbol, llegó el inevitable momento de su caída y el destino no le dejó cumplir con su marcado futuro. 

No llegó al suelo.

Siguió casi viva después de muerta, porque quedó atrapada a la vista de los demás; porque no quedó perdida entre miles de iguales hojas en el suelo, listas para ser pisadas y recogidas.

No sabemos —ni ella ni yo— cuanto tiempo aguantará en esta posición; yo todas las mañanas la veo a través de mi ventana del trabajo y la sonrío; ella acostumbrada a las nieblas no lo hace, pero ayer brillando ligeramente por un sol que quiso pintarla, se atrevió a dar matices alegres a la alambrada.

Nunca se sabe cuando se muere del todo.

Nota.: Esta hojita, amiga de un tiempo, la viví en el año 2009, hace un siglo, una vida. Yo estaba en otros mundos de todo tipo. Curiosamente ahora en 2024 la recojo y le vuelvo a dar velocidad, principalmente en su recuerdo. Y en el mío. Sé perfectamente en cuantos momentos la seguí y desde dónde. Con qué personas. Otros tiempos…, sin duda.