9.3.07

Queridos intelectuales;

Queridos intelectuales;
Espero que al recibo de esta están bien y con fuerzas, porque hace mucho que no les oigo gritar y eso me preocupa. Ustedes, gentes de todas las ideas políticas pero gentes aprendidas y conocedoras de las reacciones humanas, son personas que saben perfectamente lo que está sucediendo, lo que debe suceder y lo que no debería nunca de haberse salido del tarro de las esencias de la educación social para no revolver el avispero.
Por eso no les entiendo en su silencio, no les comprendo en su ensimismamiento, porque yo se que ustedes saben.
Yo entiendo que estén quemados, incluso que estén muy socarrados, es lógico además, pero incluso en esos casos, es su obligación dejar de lado sus calores y rescoldos y salir a dar la voz al aire porque es que si no, parece que sólo los que gritan mucho y confunden son los que tienen voz y razón.
Escuchaba el otro día al señor Herrero de Miñón, y se me caía la cara de pena, no lloré porque iba en el coche y soy muy mayor para hacer eso en los semáforos. ¿Cómo hemos perdido en pocos años la razón, el sendero, la suavidad, la elegancia, la paciencia, la sonrisa?
Miren, ustedes, que no me leen y que nunca me leerán, deben saber que están cometiendo un error por dejadez. Y la historia que es implacable con todos, los nombrará un día y les dirá que prefirieron seguir en su terraza del ático con su bourbon que bajar a Malasaña y ocupar otra vez la noche.
Un abrazo amigos, y si, lo se, ustedes no tienen ninguna obligación histórica de encabezar nada de nada, y que como ven la sociedad como la ven, prefieren quedarse haciendo barbacoa. Tienen incluso un poquito de razón. Pero con tanta razón que tienen, viene la Razón y ayuda en el barullo de las siglas y los nombres a prohibir las barbacoas porque hacen humo.
¡¡Coño!! colegas, piensen en sus nietos.
Mil besos.

6 comentarios:

Javier Burbano dijo...

Yo pienso que la sociedad pasa por ciclos y ahora estamos en un momento en el que los logros que se pidieron hace varias décadas están más o menos conseguidos, aunque sea a nivel básico. Ahora los jóvenes piden trabajo, vivienda y poco más. Los intelectuales están ahora más ocupados en sus facetas culturales y tecnológicas que en las ideológicas. Creo que estamos en unos niveles de libertad de pensamiento como jamás se ha tenido en la historia de España y no hay un objetivo ideológico claro que impulse a la intelectualidad a moverse en favor de un objetivo ideológico. Debido a esos ciclos de la política creo que vamos a ver muy pronto en España una radicalización de la juventud en favor de conceptos que logren conquistar y aglutinar a los jóvenes en favor de una idea (exaltación de la nación, religión, etc.) Ahora logran seducir los deportes (equipos de fútbol, Fernando Alonso...) y poco más. Ojalá que vengan políticos que sean capaces de seducirnos a todos para trabajar juntos por el bien de la sociedad.

Ajovin dijo...

Si, es cierto, pero veo un poco floja a la juventud, un tanto engañada en caramelos amargos.
Cuando se levante lo hará violentamente como apuntas, pero es posible que también de manera manipulada.
Sobre todo hay que ser libre.

DesEquiLIBROS dijo...

nunca un autor está a la altura de su obra. tanto para lo bueno como para lo malo. y los intelectuales no son una excepción.

Ajovin dijo...

Querido Desequilibros, esto querría decir que las obras mandan más que sus padres, que sus autores, lo cual a veces está bien, pero otras da un poco de miedo.
¿Y cómo el producto de alguien puede ser superior a ese alguien?

DesEquiLIBROS dijo...

mi reflexión anterior surge de cierta experiencia personal y de la experiencia de alguien muy cercano: cuentan de ilustres creadores (cuyos nombres omitiré de momento, al menos hasta vuestra curiosidad me "obligue" a mencionarlos) que han resultado ser personas verderamente despreciables: petulantes, engreídos, soberbios... y sin embargo sus creaciones eran dignas de la más sincera admiración... su obra, sin duda, estaba por encima de la persona, aunque, mayoritariamente, hay personas ejemplares que nunca verán reconocidos sus méritos más allá de su entorno cercano... qué envidia

Ajovin dijo...

Yo también he conocido a algunos "intelectuales" que dejaban bastante que desear, incluso sin dudas, es decir en su vida privada, aquí ya no entra ni la timidez ni el aparentar para mantener una imagen.
Si, creo que entre todos esta repartido el dolor y la pena, la basura y la miel.
Yo el tema lo empezaba reclamando a los intelectuales un papel más activo en estos momentos políticos de cierta violencia. Sean de la idea que sean, incluso para mediar en los entuertos y en las formas.
Y si cumplen su papel de intelectuales, me da igual que sean unos bestias privados o unos soseras, pero que se mojen si quien seguir siendo referente de algo. Ser intelectual no es ser un pasado con patas, es ser un presente con ideas.