9.3.07

Esperando el autobús

Están esperando los autobuses, y se les ve nerviosas, guardando fila aunque algunas exaltadas ya revolotean por encima queriendo salir cuanto antes a conquistar Madrid. Es lo que tiene saber volar, que te permiter ser tan libre que te crees por encima de todos los demás.
Yo estoy totalmente a favor de que nos manifestemos cuantas veces sea necesario e incluso que se haga en contra del Gobierno de turno. Es mi obligación (estar a favor) poque yo también lo hice en mis tiempos mozos, pero eso si, nunca tuve la suerte de que me acompañaran ministros, expresidentes, gentes de la tele, guaperas con traje y señoras mayores. Pero eso es lo que tiene haber nacido antes o después, que nunca se sabe. Bueno ahora que caigo, si que me acompañaban gentes de mal vivir, es cierto, solo que por aquel entonces ni ellos sabían que iban a ser importantes.
A mi lo que me da miedo en realidad es que después del sábado ya no queda nada. Y claro, como las mentes de los amigos del márketing y la publicidad son tan dadas a pensar, estoy seguro que para llamar la atención le darán vueltas a su cabeza. Como también yo toco el palo de la publicidad aunque de refilón, también he pensado.
Veamos.
Queda quemar cajeros. No, eso no que ya está patentado.
Quemar iglesias tampoco pega, excepto que sean protestantes o de las de altavoz a ciertas horas.
Quemar sindicatos no es de recibo ahora que están tan calmados. No.
Ya lo tengo, se podrían quemar barrios pobres, zonas degradadas y llenas de bichos, barrios asentados pero ya vacíos de gente autóctona, calles con grafitis que eso indica que no viven gente de fiar, ciudades enteras en donde ganas los traidores. Jope, la de adosados que podríamos construir después, ¿pero como no se nos había ocurrido antes?
El caso es divertirse y dejar nota en la historia.