19.3.07

La chimenea de Utrillas

Cambiar la chimenea de sitio costó un enorme esfuerzo. Pero pasito tras pasito, despacho tras despacho se convenció a los que tenían que pagar que era todo un símbolo de muchos años y una señal de identidad del barrio.
Nunca Montemolín hubiera sido nada sin la Estación de Cappa, sin el Matadero Municipal, sin el Palacio de Larrinaga o sin la primera línea de tranvías.
Pocas zonas quedan en Zaragoza con tantos edificios importantes en su historia reciente que todavía sobreviven a la escavadora. Creo que algunos será por poco tiempo, porque las modernidades avanzan, y algunos de ellos están ya temblando. El antiguo reformatorio, lugar con una capilla que nadie conoce y un jardín semienterrado que es único en algunos de sus ejemplares es una muestra. Se destrozó la Estación de Utrillas para hacer un bonito gimnasio, o la estación cercana a la Granja Experimental (más bella todavía) porque molestaba a no se quien. Caerá la vieja fábrica de Giesa porque los pisos todo los pueden como cayó el frontón de la calle el Matadero o el cine Roxy. ¿Porqué nadie fue capaz de entender que Montemolín debería seguir existiendo como unidad y nunca repartida y tragada por otros dos barrios que no le dicen nada de nada?


2 comentarios:

Javier López Clemente dijo...

Hola.
Hace poco escribí un relato en el que sale esa chimenea:

http://lacurvaturadelacornea.blogspot.com/2007/01/la-montaa-de-arcilla.html

Salu2 Córneos

Ajovin dijo...

Me alegro que quede en la memoria lugares de este barrio tan singular. Yo llegué a escribir un libro sobre su historia que es mucha, pero se quedó por poco sin publicar.
Montemolín nunca debió de dejar de ser barrio, pero los políticos a veces mandan y se equivocan.