11.3.11

Decálogo casi doblado de pequeñas píldoras de convivencia

No es un decálogo pues son 19 pausas en la vida, 19 pequeñas pistas. Pero alguna de ellas nos pueden servir para construir.

1. dale a la gente que te rodea más de lo que espera recibir y entrega con alegría.
2. cásate con un hombre/mujer con quien te guste hablar, compartir. Conforme envejeces, tu sentido por conversar se enriquecerá y será más necesario.
3. no creas todo lo que oyes; no te gastes todo lo que tienes y no duermas todo lo que quieres dormir.
4. cuando digas 'te amo', dilo con un profundo sentimiento de responsabilidad y verdad.
5. cuando digas 'lo siento' mira a la persona a los ojos y escucha.
6. permanece comprometido al menos seis meses antes de unirte a una persona en una empresa importante, en un proyecto vital serio.
7. cree en el amor a primera vista. Pero con sentimientos.
8. nunca te rías de los sueños de los demás. Las personas que no tiene ilusiones vitales, no tienen mucha vida que emplear.
9. ama profunda y apasionadamente. Puedes salir herido, pero es la única manera de vivir la vida plenamente.
10. en desacuerdos, pelea justamente. No digas nombres ni tires a la cara asuntos viejos.
11. no juzgues a la gente por sus familiares, por su religión, por su raza, por sus pertenencias sociales.
12. en una discusión habla con calma y piensa rápido.
13. cuando alguien te hace una pregunta que tú no deseas contestar, sonríe y pregúntale ¿por qué quiere saber eso?
14. recuerda que un gran amor y los grandes retos siempre envuelven un gran riesgo. Lo que merece la pena, cuesta mucho.
15. cuando pierdas, aprende de la derrota. Cuando ganes, ten bondad y trata a los derrotados con dignidad suma.
16. recuerda las tres R: respeto por ti mismo; respeto por los demás y responsabilidad por todas tus decisiones.
17. no permitas que una pequeña disputa rompa una amista duradera y válida.
18. cuando te des cuenta que has cometido un error, toma inmediatamente acciones para corregirlo y pide perdón.
19. pasa todos los días algún tiempo solo, para meditar si lo están haciendo bien.

10.3.11

La muerte no es lo contrario a la vida. Es su acompañante

Todos vamos caminando hacia la muerte, es inevitable, y aunque muchas veces sucede sin preguntar ni darte cuenta, es inevitable que nos venza. Mientras tanto tenemos el camino de la vida para edificar, gastar o gozar, entregar o malgastar. Pero que quede claro, cuando te mueres, no te das cuenta de que te mueres, lo caul todavía no sé si es bueno o malo.
Hoy he visto otra vez la muerte de cerca, a un familiar lleno de muerte en vez de vida, que hace un par de meses gozaba leyendo todos los días su periódico revisando las esquelas por si terminaban escritos los nombres de algunos amigos. Entendía de política, de famosos del corazón, de concursos de revistas, de café todos los días para levantar el ánimo, de comidas suculentas, de visitas de amigos, de teléfonos con los que se relacionaba.
Hoy le queda la nada. No sabe lo que ha comido, quien soy yo, si está lleno de heces, si es de día o de noche, si le hemos ido a visitar. Hoy me preguntaba si esto era el final en un momento de lucidez. Me he sonreído. Bueno miento. Le he sonreído y me he corrompido por dentro. Si, es el final pero lo jodido es que nadie sabe cuanto tiempo dura el final. Son 88 años, son muchos, pero para ella son pocos; para mi también.
No sé lo que quiero. Es un duda tremenda que creo, tenemos la mayoría aunque nos las callemos, las mantengamos escondidas en nuestro interior. Yo todavía no lo sé.