8.8.11

Terrorismo social es no entender que todas las personas deben tener unos derechos básicos

El BCE, es decir el Banco Central de Europa que no de los europeos parece ser, comprará mañana lunes deuda de España e Italia para evitar un día negro de sustos en pleno agosto. Más que nada porque ya es incluso negocio comprar deuda a tan altos precios. ¿Habrá dado permiso Alemania o es solo un aviso para navegantes especuladores?
Viendo Callejeros de Cuatro sobre la ciudad de Río de Janeiro, uno se imagina Europa dentro de unas pocas décadas como nos sigan atacando y no seamos capaces de encontrar soluciones y se acongoja. Solo ricos y pobres. Solo ricos de viviendas de un millón de euros con salmón a 40 € el kilo o doradas a 22 € o peras a 4,5 € mientras que los millones de personas que viven en las favelas viven ajenas a lo que es el dinero, pero eso si, pegados en las laderas de las montañas que envuelven Río de Janeiro, como recordando que a poco que se fíen, bajan y se les comen los mocos.
No sé si el futuro será este, de tener mucho pero a costa de estar acojonado o no tener nada e importante un pito la vida de los demás. Sería triste para lo que ha sido y todavía es Europa ¿no? Pero resulta curioso que algunos jardines de viviendas que dan a Ipanema sean mucho más amplios que las plazas públicas de las zonas de favelas. Que tengan más árboles en un solo jardín privado frente a la playa de Copacabana que en todo un barrio de favelas. ¿He dicho curioso?, no, quería decir decepcionante, vergonzoso, peligroso. Terrorismo social diría.

7.8.11

Cada uno de nosotros, somo pirañas a poco que nos dejen

Ayer se murieron en acto de ¿servicio? 22 miembros del SEALS cuerpo de élite americano que atacaron a Bin Laden en su madriguera. No se sabe si murieron por accidente o por ataque talibán. Que digo yo, que qué más da cuando se está en guerra, el por qué se muere. Es lo mismo que piensan los EEUU y por eso no nos dicen la verdad. Esto de las guerras tienen su aquel, pues muchas veces —creo que todas— juegan a decirnos lo que quieren, es decir, no es que oculten la verdad, es que se la inventan para que sea la que ellos quieren que sea. Ellos son los que nos mandan. A nosotros unos y a los “enemigos” otros.

¿Yo de quien soy enemigo?; no, no lo tengo claro, más que nada por que no me apetece nada tener enemigos a los que no conozco. De los que conozco tampoco. Tener enemigos sirve para hacer guerras o al menso para practicas con ellos. Es necesario tener enemigos para pelear, si no resulta soso y deslucido. Es como con esto de la crisis económica. Todos estamos convencidos de que los culpables son los astutos tiburones financieros, pero creo que si cada uno de nosotros pudiéramos, seríamos más tiburones que ellos. 

Es muy sencillo esto. Si le preguntamos a un señor de los de edad seria, que qué hacemos si sus 20.000 € ahorrados en la Caja de Ahorros de su ciudad no se los pueden devolver pues hay una familia de Murcia que no paga la hipoteca, la respuesta sería atronadora. Es decir, seríamos cada uno de nosotros peor incuso que los bancos, que ya es decir “peor”. Lo nuestro es nuestro y el resto es de todos. La mayoría —dicen— de los que pierden en Bolsa en este santo país de la especulación rápida, son ancianos venerables que juegan con un poco de sus ahorros a ser ricos de nada. Es decir, pretenden ser ricos pero al final los listillos los convierten en igual de pobres pero les dejan hacerse la ilusión de que son dueños de las grandes empresas de este país. De ilusión también se vive.