22.9.11

Los altibajos o recaídas temporales en la depresión

La depresión, como enfermedad diagnosticada y tratada —no como síntomas o estados de ánimo en depresiones leves—, es una enfermedad muy puñetera. Quién la padece, sobre todo en las primeras semanas o meses de tratamiento diagnosticada, se sorprende de las recaídas, de sus altibajos. 

Es muy normal (posible) mejorar, encontrarte bien, estar mucho más animado y de repente…, sin motivo aparente…, volver a caer, hundirte sin motivo claro, sin poder explicar los por qué de esas caídas.

Hay que asumir las recaídas, los altibajos. Son parte del proceso de enfermedad y de la solución.
Tras cada caída vuelve a los pocos días la situación anterior, nos volvemos a recuperar y gozamos otra vez de la sensación más normal; recuperados y casi felices. 

Hay que acostumbrarse a estas recaídas, a estos altibajos en el proceso de depresión. Hay que conocerse bien, es importante esto, y saber asumir que aunque nos sintamos bien, es posible que tengamos recaídas y en algún momento volvamos a hundirnos. 

En la misma medida en que nos hundiremos debemos saber que a los pocos días volveremos a levantar el ánimo, volveremos a la situación normal.

Un último consejo. Nunca hay que dejar la medicación sin control médico. 

Se puede dejar la medicación, sí, pero cuando los profesionales lo indiquen y de una forma controlada que ellos pautarán. Los efectos rebote por dejar mal la medicación son muy negativos para la curación total. 

Y de todas las formas, si tenemos que estar muchos años tomando una medicación, es simplemente por que se ha convertido en crónica la situación, algo que les sucede a millones de pacientes de cientos de enfermedades distintas en todo el mundo.

21.9.11

No debemos confundir culpa con responsabilidad. No tienen nada que ver

La culpa no sirve de nada. Nos han educado en un sistema en donde ser capaces de encontrar la culpa, de sentirnos culpables, es una forma de conocernos, de entregarnos, de asumir. Y es totalmente falso.

No es lo mismo la responsabilidad que la culpa. 

La culpa es coercitiva, nos corta nuestra libertad, te inmoviliza, e incluso puede servir de recompensa para que en el futuro sigas haciendo la misma acción negativa. No necesitamos el perdón, que es lo que propone el sistema de culpas. No necesitamos el castigo como solución a la culpa. Necesitamos la responsabilidad, el asumir nuestros actos y resolverlos positivamente. Ser capaces de conocernos mejor y de resolver nuestras discrepancias con mirada positiva.

Y si la culpa no sirve de nada, el perdón por ella es otro castigo más que nos deja en manos de quien otorga el perdón. Nos coloca en la posición dominada, de quien entrega autoridad a los que pueden repartir perdones, prebendas o cielos.