27.7.18

El Frente Autonomista Aragonés y sus primeras elecciones

Las primeras elecciones celebradas tras la muerte de Franco, en junio de 1977, tuvieron entre otras particularidades que una parte del espectro político no estaba legalizado y por tanto no pudo presentarse a las elecciones con su nombre. Así le ocurrió a toda la izquierda radical, a las organizaciones explícitamente republicanas, al Partido Carlista de Carlos Hugo, etc. Por lo que estas fuerzas proscritas tuvieron que optar entre propugnar el boicot a las elecciones o presentarse en coalición con otras fuerzas, sin mención de sus componentes, lo que obviamente actuó en contra de sus expectativas electorales.

Estamos sin duda ante otra peculiaridad de nuestra "Transición" a la española. En las primeras elecciones supuestamente libres los miembros del aparato de la dictadura pudieron presentarse a las elecciones, algunos honrando su legado y otros transmutados en "demócratas de toda la vida", mientras que parte del movimiento que había mantenido la bandera de la defensa de las libertades se vio privado de presentarse directamente a las elecciones con su nombre, aparte de tener que soportar todo tipo de trabas burocráticas junto a presiones policiales o parapoliciales. Y recordemos que las Cortes emanadas de esa cita electoral son las que posteriormente elaboraron la Constitución que sigue en vigor.

El Frente Autonomista Aragonés fue una de sus coaliciones formadas por partidos todavía ilegales. El Movimiento Comunista intentó en los distintos puntos del Estado, configurar candidaturas unitarias de izquierda, con mayor o menor éxito. Aquí en Aragón su propuesta sólo sedujo al Partido Carlista de Aragón y a un puñado de independientes destacados en diversas luchas sociales.

Como curiosidad indicaremos que en la lista figuraba como número 2 el periodista Carlos Carnicero, en aquellos momentos militante del Partido Carlista. Esta organización, bajo el liderazgo de Carlos Hugo, hace años que había dejado de apoyar al franquismo y apostaba por un socialismo autogestionario.

La candidatura sólo se presentó en la provincia de Zaragoza, obteniendo unos resultados modestos pero no insignificantes, el 1,1 % de los votos.

Reproducimos la pegatina general de la campaña. Sin embargo, tenemos conocimiento de que se editó otra, de contenido antinuclear, que se utilizó para fijar un clavel sobre la tapa del programa, la cual nunca hemos podido añadir a los fondos del Archivo, a pesar de saber de su existencia desde hace casi 40 años. Si alguien la tiene y nos puede mandar una imagen de la misma, se lo agradeceros y la publicaremos en este blog con su pertenencia.

Nota.: La imagen pertenece al Archivo Tiempos de Lucha y Esperanza y en el texto ha colaborado Manuel Gálvez

26.7.18

Seguridad pasiva en las ciudades

Poco a poco vamos dándonos cuenta que la seguridad en las ciudades se puede cuidar y ampliar, que no es cuestión sólo de las personas “malas” sino de las incapacidades para entender el problema. Crear la inseguridad es una aptitud de ciertas personas que se ve ampliada o no, según las realidades que se encuentran en sus andadas. Y algunos estudios demuestran que esas inseguridades se dan en ciertas ciudades, casi exclusivamente en algunas calles, en ciertos ambientes, en algunos momentos clave, con unas circunstancias determinadas. 

Es decir, podemos prever dónde se pueden producir esas inseguridades con un porcentaje mucho mayor, y por consiguiente podemos y debemos actuar para evitarlo.

Los violentos, los delincuentes, trabajan exclusivamente en ciertos ambientes ciudadanos. Ojo, no hablo de los ambientes que ellos habitan, hablo de los ambientes que ellos necesitan encontrar para ser elegidos como objetivos y que suelen estar bastante alejados de sus zonas de residencia. 

Esos puntos calientes son aquellos donde no existe una seguridad pasiva, esa seguridad que ofrece la sociedad sin darse cuenta a costa de tener comercios abiertos, luces e iluminación suficiente, cámaras de vigilancia, avenidas por donde van coches o transporte público, etc.

La seguridad pasiva es el primer paso para la prevención pasiva de los delitos. Si ponemos problemas a la actividad delictiva, de cualquier tipo, esa baja. No evitamos que haya delincuentes, evitamos que estos trabajen mucho o lo que lo hagan con mucho más cuidado y por consiguiente, menos. Sea el delito del tipo que sea.

Las paradas aleatorios de los autobuses urbanos de noche es un buen ejemplo de seguridad pasiva. Además de poderse bajar una persona en cualquier punto aleatorio del recorrido, hace que los posibles delincuentes no sepan qué tramos pueden ser más o menos seguros para sus fechorías. No es lo mismo un autobús que pasa rápido por una calle que un autobús que se puede parar en cualquier lugar de ese recorrido. La seguridad pasiva en este caso va mucho más que como apoyo a los viajeros que se pueden bajar donde lo necesiten.

Otro elemento de seguridad pasiva es la visibilidad. Mamparas de cristal irrompible en algunos cruces, espejos estratégicos, cristales transparentes en algunas esquinas que permitan ver la vuelta, etc. ayudan a esa seguridad pasiva. También las esquinas con aceras más anchas y sin coches aparcados, diseñar aceras de uso principal y preferente, caminos seguros en parques o zonas verdes, etc. Los lugares donde se colocan las paradas del bus, las zonas de perros, las de juegos infantiles, mobiliario urbano o incluso llamadores de policía, deben estar planificados para que sirvan en esa sensación de seguridad pasiva a través del diseño urbano.