11.1.19

Por fin las salchichas veganas conquista el mundo

Acabamos de inventar lo que nos va a resolver el problema durante siglos, lo que nos va a hacer felices para siempre. La salchicha vegana. Se las quitan de las manos, las acciones de la empresa inventora han subido un 105 en Bolsa. Más que fabricaran, muchas más que venderían. 

Estábamos esperando a la salchicha vegana para ser felices y como perdices veganas. Se las piden a gritos desde fuera de la tienda, pues se acaban antes de sacarlas a las tiendas. Esas salchichas son la hostia, que junto a la sopa de verduras están marcando el mundo.

¿Estoooo? Esto parece verdad. Igual hay tantos veganos en el mundo como votantes de VOX y no lo sabíamos. Por fin el cambio ha llegado a nuestras vidas. Se acabó el comer huevos fritos con panceta y chorizo, ahora los huevos serán de mosca cojonera pero elevados al cubo. ¿Pero los veganos pueden comer huevos de mosca siendo un animal? Pues no.

Mi duda es si estamos seguros de que las plantas no sufren cuando las cortan del suelo o cuando les arrancan un tomate del tirón. ¿Les hemos hecho electroencefalograma a los pimientos o a las acelgas en el momento del corte?

El Año Nuevo ya es viejo. Ha vuelto incluso el fútbol

Como el que no quiere la cosas nos hemos cargado 10 días del año 2019, como sigamos igual, en 35 veces más nos cepillamos el año y tenemos que entrar con urgencia al 2020. ¿Hemos hecho algo en estos 10 días? Sí, algo más que prometernos ese mantra fijo de que nos comeremos el mundo y empezaremos con movernos más.

Somos tan poca cosas que se nos escapan los días entre los dedos y sin casi darnos cuenta. Nos los llenan las televisiones, esas series de misterio que cada vez están mejor hechas, esos programas de tripas y circos humanos que cada vez están peor hechos. ¡¡El enano soplón!! ¡¡La barbuda con una pierna más corta que la otra!! ¡¡El malabarista amargado!!

Tranquilos todos que mañana es sábado y con el fútbol a tope, nos calmaremos de los nervios. Vuelva la normalidad. ¿Alguna vez se escapó de nuestras vidas?