13.8.19

Los años con curas, marcan. A mi para bien

Leer las noticias es duro, casi un ejercicio de osadía mental en riesgo de caer vencido por agotamiento. Yo creo que las noticias las conforman para entretenernos, para hacernos creer que tenemos la obligación de ser felices, pues todos los demás son unos borregos y unos brutos, unos asquerosos o unos desgraciados. De esta manera, pillados en las noticias, nos sentimos mucho más contentos con nuestra vida, sabemos que somos felices aunque creamos lo contrario.

Me llega el caso de un deudor incandescente, de esos que además de ser un jeta está siempre encendido y alguien le debió decir en su día que ir de chulo garantiza meter miedo y tener razones para tener razón. Es un tonto inútil que además no logra en la vida nada satisfactorio. pero es un deudor. Un tipo que se aprovecha de su familia para engañarla. Me toca poco y por eso lo cuento aquí. Y me hace gracia pues lo advertí enseguida. A los jetas se les ve de lejos, casi siempre son iguales o han ido a la misma escuela.

El caso es que tengo que resolver la papeleta y… y por los amigos lo que toque. Me tengo que disfrazar de más jeta todavía, algo que me gusta pues también debí ir a la misma escuela, pero yo he tenido el detalle de no practicar, sino de asesorar. Mis años entre curas me marcaron y me volví persona (casi) normal con solo 3 años entre ellos. Para que luego digan que no marcan.

¿Y cómo se puede ser cristiano comportándonos así?

Hoy hemos tomado cuatro cafés de distinta manera más un bocadillito de tortilla de patata con salsa y unas patatas fritas, un panecillo tostado con mantequilla y mermelada de naranja y un panecillo tostado con jamón que cubría las dos caras abiertas y con un botecito de tomate triturado. El total de los cuatro desayunos han sido siete euros. Ya sé que intuís a qué franquicia me estoy refiriendo. Bien. Calidad bien, precio MUY bajo.

Lo curioso es que el precio tan bajo lo soportan los trabajadores de la franquicia y eso no lo pensamos, o si lo pensamos nos lo callamos. Este servicio, autoservicio, solo es posible si casi no hay mano de obra entre el cliente y el vendedor. Y si el que hay… cobra a pesetica el cacho. Así que los culpables de que los sueldos sean indignos es de nosotros, los que consumimos. Yo el primero.

Había tres personas atendiendo, ninguna era nacida (previsiblemente) en España. En la cocina otra persona más en las mismas circunstancias en apariencia. Es decir, comemos barato y bueno porque hay personas trabajando con sueldos indignos, que además han venido de lejos a trabajar a España por sueldos de mierda. Y encima no los queremos dejar entrar y tienen que penetrar entre nosotros a escondidas. ¿Estamos tontos?

Nos beneficiamos de su explotación laboral, pero además somos tan cínicos como para decir que nos vienen a quitar el trabajo. pero… ¿sabemos lo que decimos? 

Yo os propongo un ejercicio. Vamos a ponernos a las 9 de la mañana para no madrugar (nosotros) en cualquier calle o plaza donde permita la carga y descarga. Y vamos a ponernos a contar. Es muy sencillo. Ya sabéis qué hay que contar. Los que cargan y descargan esos camiones o furgonetas y previsiblemente han nacido en España y los que no.

Ahora no les dejamos entrar por mar, los dejamos que naufraguen o que se hundan o se ahoguen. Miramos hacia otro lado, aunque nos creamos socialistas. 

Pero luego los contratamos en negro para limpiar el culo de la abuela, o para que nos sirvan la cerveza bien fría. Para que nos arreglen el grifo en B o para que repartan las botellas de agua embotellada por las casas. ¿Y cómo se puede ser cristiano comportándonos así?