12.1.07

La triste hoja que se fue secando poco a poco

La triste hoja está triste mientras se nos muere poco a poco. Se apaga porque nadie sabe hacer nada por cambiar su destino. Ya ha cambiado de color.

Entre simples palabras que no sabía que tuvieran tanta importancia, se muere sola, se agrisa y espera a que llegue el final.

Yo siempre pensé que "libertad" era una gran palabra, una hermosa expresión de gozo, y sabía también que muchas veces se ha mal empleado para precisamente cambiar los destinos de las personas que la decían o la escuchaban. 

Pero nunca en los muchos años de querer entender este camino, me había encontrado con gentes que fueran capaces de hacer reír a los que no quieren la libertad a costa de quedarse quietos por mucho que su corazón les pide libertad a gritos y llevan décadas luchando por ella.

En nombre de la libertad, de la justicia parece que todo se puede hacer y es mentira. Hay que decirlo fuerte para que no quede duda. ¡¡¡¡ES MENTIRA!!!!

La hoja está triste y gris, está muriéndose, pero yo al menos la conservaré tapada y escondida, para que nadie me la tire a la papelera como si fuera un desecho inservible.

ULTIMA HORA.- Parece que al final si que aparecerá la libertad, aunque solo sea escrita al aire.

11.1.07

La hoja del otro día, casi negra

Así nos estamos quedando todos nosotros de tanto soportar el ruido del barullo social. El ruido es también esas palabras que no se soportan con facilidad, que hieren el oido interno tanto, que te llega a las entrañas mismas y se te mueven los huevecillos o los óvulos según el nombre.

Decía Gracian que antes de romper el silencio era mucho mejor pensar lo que se iba a decir y además que éramos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestros silencios.

Pero a Baltasar no lo ha leído casi nadie. Es normal porque alguien que lleva casi 400 años muerto no puede entender nada de la vida actual porque ahora tenemos ya otras redes. Eso si, lo que no tenemos es sentido común.

Baltasar, o incluso Tierno o Unamuno u Ortega (el hermano de Gasset) hubieran sabido manejar estos temas mucho mejor. Pero claro habían recibido clases de Humanismo en sus escuelas.

9.1.07

La hoja hoy, fuera de su árbol

La hoja de mis sueños se cayó al suelo. Ya no pudo aguantar más su propio peso y una pequeña volada de aire supo acabar con sus fuerzas. Se acabó de estar agarrada a su sociedad.

La busqué y la recogí con mimo porque había sido portada en dos ocasiones de mi blog. Al darle la vuelta vi sus heridas y también la belleza que no me había enseñado cuando estaba en el alambre, sus verdes de vida que ninguna otra hoja del suelo tenía porque ellas se estaban pudriendo por tocarse y contagiarse de la muerte.

Decidí que sería mi portada una vez más, para enseñar como se muere y aprendamos todos que lo importante es lo que tenemos, nunca lo que vendrá ni lo que ya pasó.

5.1.07

Reyes Magos en familia. Yo fui Rey Mago

Yo fui Rey Mago. Si, dos veces. Es algo maravilloso que no se puede pagar con nada. La primera vez fui Gaspar y lo pasé mal porque era primerizo y pensaba que me iban a descubrir los niños, que en realidad era un simple padre del colegio el resto de los días normales, pero no fue así, e incluso mi hijo pequeño no detectó mis orejas.

Porque los Reyes Magos también tenemos hijos pequeños en algún momento.

El segundo año fue fabuloso porque entonces ya tenía experiencia como Rey Mago y gocé como un enano, lo juro. Sabía que era el último año en que lo podría ser y así fue. Me hice Melchor porque como nosotros somos magos podemos si queremos intercambiar la personalidad.

Recuerdo que por aquel entonces teníamos los tres Reyes Magos un contencioso con un Supermercado Alcampo que estaban haciendo junto al colegio en donde iban los niños a los que visitamos, y me dio la feliz idea de ir a saludar a los trabajadores de la obra del Alcampo como muestra de reconciliación, y aprovechar de esta manera tan tonta el visitar el centro comercial por dentro antes de que lo inauguraran.

Lo pasé pipa hasta que vino el jefe de los guardianes, que os lo juro, puso mala cara y nos mandó salir con cajas destempladas. Debió pensar que nuestro poder como Reyes y como Magos, no era muy solvente.

Fui eso si el primer Rey Mago del Alcampo de Utrillas, que se sepa para la posteridad aunque en la historia del centro comercial no figure nunca este dato.

Ahora añoro aquellos días de Rey Mago, cuando era más niño que los niños. Ahora ya no me quieren por viejo, precisamente ahora que si lo deseo tengo la barba blanca de verdad. Cachisla.