28.4.11

El laberinto vasco necesita de atrevimiento para encontrar la salida

Sobre ciertos temas, casi lo mejor —al menos lo que te mandan los libros del educado bloguero—, sería no entrar. Pero no estamos aquí para ser educados.
Sobre la presencia o no de Bildu (o Sortu antes) en las próximas elecciones municipales, se pueden tener diversas opiniones según se miren desde el lado de las víctimas del terrorismo —es decir todos en alguna medida—, desde la óptica de quien conoce más la realidad del País Vasco por acumulación de información en sus neuronas y por tener amor a una tierra en la que ha pasado buenos momentos, o desde la posición del que tiene que tomar decisiones siempre complicadas pero que son las que marcan caminos.
Creo que estamos en una democracia. Lo sigo creyendo aunque a veces me entren algunas dudas que se me van enseguida, en cuando veo a otros que sin duda tienen mucha menos que nosotros. Y si admitimos que estamos en una democracia, es lógico desear que el espíritu de toda democracia

27.4.11

“Sobre política, mercado y convivencia” anticipa en 2005 lo que iba a suceder a partir de 2008

José Luis Sampedro es un hombre complicado de posicionar en cualquier explicación que intente señalar sus pensamientos. Sería un humanista del siglo XX y XXI, pero incluso así, se quedarían parte de sus cualidades sin poderlas poner en valor.
Estoy leyendo un libro recopilatorio de unos encuentros que José Luis Sampedro tuvo con Carlos Taibo, escritor y profesor de Ciencia Política, que tuvieron lugar a finales de 2005. Recogidos estos encuentros por Olga Lucas, esposa de José Luis Sampedro, y que nos enseña para quien todavía no conozca mucho a ambos contertulios o incide directamente sobre sus pensamientos conocidos, la forma de pensar de ambos profesores, separados por 40 años de edad, pero con visiones muy parecidas que no iguales sobre el momento actual de la sociedad mundial.
Hace cinco años que está escrito el libro pero que parece que no son nada pues además anticipan sin darse cuenta de ello, los acontecimientos que hoy en 2011, estamos viviendo en el Mediterráneo sur o la crisis económica y sistémica que sobrevino en el mundo occidental a partir de 2007.
Es lo que tienen las mentes claras que no tienen más poder que la palabra. Que muchas veces no se las escucha, lo que no quiere decir que no digan y avisen de los problemas que se avecinan, que se notan y ven si simplemente se sabe observar a la sociedad. Los problemas se detectan a tiempo, pero los que tienen que tomar las decisiones no hacen caso a los que les llevan la contraria, a los que les intentan restar beneficios. Todo es mercado, todo son favores personales como productores o como consumidores y es muy complicado lograr que los que organizan y mandan dejen de intentar ganar más y más, porque osen algunos humanistas (o seres más humanos) de todo el mundo, avisar de los peligros.
Es este libro “Sobre política, mercado y convivencia”, un resumen de unas reuniones entre dos sabios, de no muchas páginas pero denso y completo.
Que nadie diga sin leerlo, que no se veían venir los problemas. Si acaso que no se querían tomar las medidas necesarias, para no bajar sus expectativas de hacerse algunos más ricos todavía.

¿Y si fuéramos esclavos modernos, capaces de adorar al sistema?

Nos han educado para ser productores y consumidores. Nos hemos dejado educar para trabajar y para consumir. Y además estamos agradecidos por ello. Simplemente somos los esclavos modernos, que además de trabajar nos dejan unos dineros para consumir y así poder seguir con la velocidad de crucero del sistema y seguir generando beneficios no solo con nuestro trabajo sino también con nuestro consumo, y además en una vuelta de tuerca más, estar todos contentísimos de los logros alcanzados.
Se trata incluso de medirnos la felicidad que nos venden. Nos tienen que tener contentos para ser eficaces.
Somos esclavos educados que no parecemos esclavos. Pero no nos educan para ser personas. No queremos tampoco ser educados o acceder a la autoeducación para ser personas. Nos han logrado inocular el virus

26.4.11

Todos permaneceremos una década siendo ancianos. Las residencias de ancianos y su calidad humana

En España se publican informes en donde se insiste que las personas mayores de 65 años no quieren acudir a las Residencias de Ancianos, no desean quedar ingresadas en centros de día para ancianos; y siempre hay muchos técnicos que se preguntar los por qué de estas decisiones de los ancianos, cuando nos insisten que la calidad asistencial es muy alta y controlada.
Incluso en el más absoluto desconocimiento de la forma de pensar de los ancianos o de las personas adultas, se responden ellos mismos que hay protocolos para recibirlos cuando ingresan, que si los ancianos no desean entrar en las residencias es por desconocimiento de lo que se van a encontrar, e insisten que la atención es mucho mayor que la que pueden recibir en su domicilios cuando están en una edad en la que necesitan ayuda. Mentiras para engañarse, disfrazadas de pequeñas verdades.
Demuestran no conocer por dentro las residencias de ancianos, o lo que es peor, conocerlas y desear por ello engañarnos a todos. Y como estoy seguro de que si las conocen, debe entender que no tienen ningún deseo de resolver los problemas de las residencias de ancianos y con ello la calidad asistencial de las mismas.
Las residencias para ancianos, en el mejor de los casos, son centros desnaturalizados, en donde se resta libertad a las personas, convirtiendo en centros de reclusión con derecho a enfermera. Esto en el mejor de los casos. No deben ser empresas que se asemejen a hospitales, nunca. Deben ser lugares donde se asemejen a familias grandes.
Y en el peor de los casos son cárceles, incluso con ventanas cerradas e imposibilidad de salir a la calle, horarios muy rígidos e imposibles de admitir, comida