5.2.15

El CIS de enero dice mucho más que lo publicado

Los sondeos del CIS no son cualquier cosa, por prestigio, por el número de personas encuestadas, por su progresión en el tiempo y por su profesionalidad. Encuestar a 2.500 personas es suficiente para tener unos datos muy correctos que si se saben cocinar dan una fotografía precisa.

Cocinar no es manipular, es dar lustre y limpiar, es pulir las mentiras de los encuestados que las entregan con ánimo de engañar, es asegurarse de que lo publicado responde a un momento. Que efectivamente, es diferente al otro momento de acudir a depositar el voto, tras una campaña electoral. Quien responde en un sondeo lo hace con una seriedad diferente a como lo hace ante el momento de depositar el voto en la urna. Dicho esto, aunque yo a veces critique los sondeos, continuamos analizando el de enero 2015 asumiendo que son ciertos los datos, pues yo mismo los he realizado también en régimen político y puedo asegurar que con pocas respuestas analizadas ya se ve una tendencia que luego no se mueve casi nada.

Si comparamos la evolución del voto del sondeo del CIS entre octubre de 2014 y enero de 2015, solo tres meses pero muy intentos, vemos pocos cambios que vamos a intentar remarcar de cara a lo que podamos ver dentro de otros tres meses, cuando ya estemos en puertas a las elecciones municipales y autonómicas.

El PP ha bajado 0.2% (un 1% en 3 meses)
El PSOE ha bajado un 1,7% (un 7,3% en 3 meses)
Podemos ha subido un 1,4% (un 6,2% en 3 meses)
IU ha subido un 0,4% (un 8,3% en 3 meses)
UPyD ha subido un 0,5% (un 12,2% en 3 meses)
Ciudadanos ha subido un 1% (un 47,6% en 3 meses)
CIU ha bajado un 0,8%
ERC ha bajado un 0,7%
El PNV ha bajado un 0,3%
Amaiur ha subido un 0,1%

Efectivamente se observa ya un cansancio real en el aumento del voto de Podemos. Hay una fatiga de marca, de los primeros errores, de sus indecisiones, de los ataques recibidos que les van afectando aunque no se nota mucho. Aumentan pero ya no lo hacen a la velocidad anterior.

Como se observa también un aumento o recuperación del voto de IU, precisamente publicado en las semanas más críticas para ellos, cuando moralmente peor lo están pasando por la gente que huye, se cambia, la empujan o se esconde.

Sigue subiendo UPyD pero sin duda quien aumenta en estos tres meses es Ciudadanos que logra crecer un 1% lo que les representa aumentar casi un 50% su capacidad de recibir votos.

Y sin duda el gran perdedor en estos tres meses, el gran preocupado por su constante pérdida es un PSOE que ha perdido su espacio, su marca progresista, su prestigio como referente contra el PP y los conservadores.

Quedan otros tres meses para las municipales y 9 meses para las generales. ¿Cómo se moverán los votantes en este tiempo? Sin duda lo harán, pero va a ser un tiempo tan intenso que nadie se atreve a pronosticar cuanto y hacia donde.

4.2.15

España es muy de izquierdas y yo no lo sabía

Yo no me creo del todo al CIS. Si entendemos que el PSOE es de izquierdas, así como IU, Amaiur, ERC, Compromís, Equo, Geroa Bai y Podemos, y sumamos los datos del sondeo del CIS de enero 2015, vemos que entre todos estos progresistas se van a llevar un 55,2% de los votos. En cambio a las derechas les votan los del PP, UPyD, Ciudadanos, PNV, CIU CC, y UPN sumando un 39,2%. No suman 100% por los votos nulos, en blanco o a otros partidos menores.

Es decir que la izquierda se lleva un 58,5% de los votos reconocidos y la derecha un 41,5% de esos mismo votos para que al final nos de la suma de un 100%.

Pero si acudimos en el mismo sondeo a la pregunta 20 donde se consulta a los encuestados sobre donde se colocan ellos entre derechas e izquierdas, vemos que un 60,8% responde que es de izquierdas y un 20,3% que es de derechas ¿Cómooorrrrr?

Tampoco suman 100% pues quedan los que no saben ni contentan. Así que si lo llevamos al 100% suprimiendo a los que no quieren contestar nos encontramos con un 74,97% que dicen ser de izquierdas y un 25,03% que son de derechas.

Aquí es donde yo ya me he mareado. Nunca —pero nunca de nunca— el 75% de los españoles han sido de izquierdas. Nunca solo el 25% de los españoles han sido de derecha. No quiero alegrarme, lo siento. Simplemente es que no me lo creo.

Y además resulta curioso que el 75% de los españoles —esos que son de izquierdas según la pregunta 20— solo votan en un 58,5% a las izquierdas, es decir un 16,5% que dicen ser de izquierdas en cambio dicen que votarán a las derechas. Joroba.

¿Cómo es esto? Pues muy sencillo. Hay gente que piensa que Podemos o IU son de derechas (un 1,6%) y UPyD (35,9%) o Ciudadanos (28,4%) son de izquierdas. Incluso hay un 4,8% que piensa que el PP es de izquierdas y un 18,6% que el PSOE es de derechas. Necesitamos pedagogía de todo tipo, incluso para entender como se compra en los bancos los créditos y las tarjetas con trampas. Dios mío, qué siglo.

3.2.15

El futuro se escribe de muchos presentes amontonados

En política, ante la historia, solo somos capaces de ver el pasado. No sabemos predecir el futuro por mucho que aparentemos que lo intuimos o lo adivinamos, que lo vamos a construir. O bien nos lo decimos para darnos ánimos o bien para engañar —muchas veces sin querer— a los que nos escuchan.

El futuro histórico, es decir el futuro social que escribimos con la política, no lo sabemos, no lo podemos intuir. A lo sumo, intentamos escribir el futuro desde el presente, y según nuestras ideas, nuestras ideologías, nuestros proyectos. Lo intentamos, pero nada más. 

Creemos en el futuro, decimos que lo conocemos y que lo vamos a edificar, pero dependemos de excesivos condicionantes que no sabemos dominar. Nadie puede predecir, si acaso jugar a ello.

Todos intentamos lo que creemos mejor para nuestra sociedad. Pero lo intentamos desde ideas completamente diferentes, lo que resulta curioso. 

Todos creemos tener razones, incluso “la razón”, pero todos partimos de ideas muy distintas. Todos creemos que con nuestra razón vamos a beneficiar a la mayoría de la sociedad posible, incluida aquella que precisamente cree salir perjudicada. Curioso pero real.

Pero no todos tenemos razón y eso explica todo. Razonamos nuestras decisiones, creemos en nuestra ideología, estamos convencidos de tener la razón, pero curiosamente al haber varias opciones, siempre hay mayoría que piensa que estamos equivocados. Son “los otros”.

En este inicio de siglo ya muy utilizado estamos entrando en un cambio. Estos cambios son cíclicos, son normales, son necesarios incluso. Este cambio no solo está afectando a España, también a Europa, a un mundo globalizado, a una América que va cambiando, a un África cabreada por el hambre, a una Asia que está despertando. A todos. 

El cambio social y cíclico cuando se produce es largo y además profundo. Tanto, que se intenta muy profundo para que afecte y cambie lo menos posible. Cuanto más profundo, cuantas más vueltas dé, menos cambios producirá. 

Y en la mayoría de los casos los que tienen el poder no quieren cambios, pues simplemente quieren seguir teniendo el poder.

Si quieres que no cambie nada, lo mejor es cambiarlo todo. La teoría de la vuelta al punto de partida. 

Pero lo cierto es que una vez que todo se mueve, ya deja de existir el punto de inicio, se pierde y se crea otro. Y sobre todo nace un punto de meta, un lugar de llegada al que otros nuevos y muchos intentan llegar con nuevas ganas.

No somos capaces de escribir el futuro, si lo intentamos. Pero sí somos capaces de escribir el futuro si simplemente cumplimos con nuestra obligación de ir escribiendo el presente constantemente

El futuro se escribe de muchos presentes amontonados.


Los amigos enemigos contra los enemigos amigos

Cuando se dan la mano los amigos enemigos, los enemigos amigos se quedan muchos más pequeños. Y tienden a no sonreír nada de nada. Son cosas de las políticas de mesa de despacho, más eficaces que al de cama.

La viñeta es de Ferran Martín para republica.es