15.12.24

¿Existen intelectuales en España que quieran hablar?

No sé si a vosotros también, pero a mi me da la sensación de que en estos momentos no hay personas en España que puedan ejercer de intelectuales, que siéndolo, quieran hablar sin miedo. 

No hablo de intelectuales muy sesudos, complicadísimos de entender, minoritarios; sino de personas que nos hablen —en los medios de comunicación de masas— de temas básicos pero desde el punto de vista de quien tiene una formación alta y una experiencia suficiente.

En los programas de máxima audiencia, en esos que crecen en número de espectadores, escuchamos y vemos a deportistas, cantantes y a poco más. Pero no escuchamos a gentes de otras culturas que nos puedan aportar otros puntos de vista, otras formas de entender la diversidad tremenda de las Culturas Mundiales. Ni tan siquiera a españoles que nos hablan de trabajos que desconocemos, desde su propia experiencia.

No veo a investigadores, filósofos, simples profesores de universidad o de escuela, economistas, empresarios que hayan triunfado con sus ideas, escritores a los que se les pregunte por algo más que por su última obra que vienen a vender.

Me niego a pensar que ya no existen José Luis Sampedro, Antonio Gala, o periodistas como Iñaki Gabilondo que quieran sacar algo más que unos chascarrillos a los entrevistados. A veces encuentro perlas en algunas redes sociales, en positivo, pero eso son golpes de segundos pues no llegan a profundizar en nadie.

Necesitamos a algunos artistas hablando de todo y de nada, incluso equivocándose sin miedo a la crítica feroz por haber dicho algo inusual. Hoy quien habla tiene un miedo feroz a ser devorado por cientos de mediocres que se tiran al cuello en vez de pensar que plantear temas desde puntos de vista diferentes es sobre todo enriquecedor, aunque no coincidan con los propios.

Necesitamos aprender y no creer que ya solo servimos para enseñar.

Estoy a favor de la globalización buena, y en contra de la globalización mala

Cuando hablamos de globalización nos liamos un rato, entre los que estamos en contra estando a favor y los que están a favor deseando estar en contra. 

Es que la globalización es mucha globalización. Y si, tiene distintos enfoques, diferentes puntos de vista, unos positivos y otros negativos.

Los que la globalización, piensan en los beneficios, en los mercados, en las posibilidades de viajar con sus ideas y empresas en busca de mercados más baratos para producir, y mercados más caros para vender. 

Pero no piensan en la globalización total. No quieren la globalización total.

No creen (quieren) en muchos casos en la globalización sanitaria, de justicia social, de derechos, de libertades, de democracia. No quieren que todos los países tengan los mismos derechos, las mismas justicias, la igualdad y la libertad igual.

Quieren tener su empresa donde más beneficios fáciles obtengan aunque sea a costa de un modo de vida que ellos no van a vivir. Pero no quieren tener para sus hijos la sanidad ni la educación, del lugar en donde pone los huevos de su empresa para recoger beneficios. 

Mal invento pues. Su globalización es una mierda. Es puro egoísmo y es una globalización negativa.

Algunos quieren la globalización para repartir los esfuerzos, para comprarlos baratos y sin derechos laborales. Y la quieren para poder mover sus dineros según los impuestos que se manejan en esos gobiernos. 

Pero a su vez quieren tener la sanidad, la justicia y la jubilación asegurada en aquellos otros lugares que elijan para vivir, pues según ellos, para eso es la globalización, para poder elegir. ¡¡Puñetericos!!

Con la globalización hemos conseguido que haya MacDonalds en todas las ciudades del mundo mundial, que haya tiendas Zara en todas las grandes avenidas asfaltadas del mundo o que podamos tomar pizzas en todos los idiomas posibles. 

Eso si, el agua potable es otro invento más raro de encontrar; poder tener un médico si te da un arrechucho en la calle es otro cantar; poder comprar un libro normal a un precio que puedas pagar y te sirva para aprender es de tipos raros que no saben estar en el mundo. 

Globalización si, para acceder a Internet mientras nos dejen, pero algunos no quieren que sea al mismo precio en horas de trabajo mes. Mientras en España cuesta un mes de Internet al menos el 4% del salario mínimo, en otros países cuesta un 2% y en algunos países pobres el 100% del SMI. 

Realmente la globalización es una manera elegante y tramposa de llemar con contenidos que sirven para un roto y para un descosido, a lo que siempre se han llamado mercados. 

Los romanos, hace 2.000 años ya vendían vino o aceite en todos los países que ellos conocían. No hemos inventado nada. Ahora como a los mercados los hemos llenado con inventos de laboratorio financiero, los llamamos globalización para no llamarlos esclavismo, que queda mucho peor. 

Pero en realidad no aspiran a ningún tipo de globalización real. Ni hacia arriba deseando lo mejor de cada sistema para todos, ni hacia abajo permitiendo que los malos derechos nos invadan a los que los tenemos buenos.

Yo quiero globalización para que una mujer afgana y una de Soria tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades. Quiero una globalización que permita a un indio pobre (o rico) el mismo acceso a la Sanidad en la India, que tiene un español pobre (o rico) a nuestra propia Sanidad.

No se dan cuenta con la deslocalización —que es otra enfermedad de la globalización mala—, que si la apuran sembrarán de miserias su propio imperio. Jugar a emplear mercados que no tengan derechos es jugar con el fuego que les quiten sus derechos a ellos mismos. Que luego no se quejen, si pierden lo jugado en la noria de la globalización deslocalizada. Ellos se lo han buscado.

No hay que recortar el déficit hasta que la economía crezca


Os dejo (abajo) un artículo de 2010 sobre los peligros que lleva recortar el déficit por la vía del gasto, en periodos de estancamiento económico, con unos planteamientos totalmente distintos a los que estaban decidiendo los gobiernos europeos. Sobre economía o sobre educación, salud o justicia, temas que dirigen nuestras vidas, hay distintas escuelas y formas de entender lo que aparenta ser lo mismo. Y que no lo es. 


Texto del Artículo:

Sin duda hay diversas formas de entender la economía y de actuar sobre los problemas. Que nadie nos asegure que la tomada por Europa es la única ni incluso puede que la correcta.

Mucho se habla de recorte del déficit público en estos días pero, ¿cuáles serían las consecuencias económicas de una decisión así en un momento como este? 

"La respuesta es que un programa de reducción del déficit destruiría la economía, o lo que queda de ella tras dos años de Gran Crisis", afirman desde la revista norteamericana The Nation.

Así, señala que la fobia de Wall Street, la prensa, algunos economistas y prácticamente todos los políticos "es uno de los mayores peligros a los que nos enfrentamos", puesto que reducirlos sin reconstruir primero la economía es un billete seguro hacia el "estancamiento, la recesión de doble dígito e incluso una segunda Gran Depresión", advierte la publicación.

Aparte de "ajustes a corto plazo", como la innovación financiera o el incremento de las exportaciones netas, hay dos formas de conseguir que la economía crezca: una requiere que aumente el gasto del Gobierno; la otra, que los bancos presten. 

Así, para que las naciones avancen, "uno de estos grandes motores financieros, el déficit público o los préstamos privados, deben estar en funcionamiento".

En general, el común de los mortales prefiere la solución pública, pese a su mala prensa, ya que es a la larga la que proporciona salud financiera a las familias. Sin embargo, esta solución compite con el crédito bancario "y esto explica la fobia de Wall Street, los medios y los economistas más conservadores" al déficit público.

Protección pública

Entre las múltiples ventajas que tiene el déficit público frente al crédito privado, es que los deudores de los bancos pueden incurrir en default o declararse en quiebra, lo que puede poner en serios aprietos a las entidades. Sin embargo, con el Gobierno, ese riesgo no existe, puesto que no necesita tener cash de la misma forma que lo necesitan los bancos para hacer inversiones.

Cierto es que el Estado puede gastar de forma imprudente, lo que puede propiciar el incremento de la inflación y agotar los recursos públicos. Sin embargo, los default públicos se producen "sólo cuando los países no tienen el control sobre la divisa en la que se endeudan, como sucedió con Argentina y el dólar. Para los verdaderos (Estados) soberanos, el concepto de quiebra es irrelevante", apunta The Nation.

No es una carga para futuras generaciones

Otro de los motivos que esgrimen los que critican el abultado déficit público es que es una herencia envenenada para futuras generaciones, idea que rechaza la publicación. Y es que esta deuda "no tiene que ser repagada, y en la práctica nunca lo será. 

La deuda personal generalmente se liquida durante la vida del deudor o a su muerte, ya que difícilmente se le podrá cargar a otro. Pero la deuda pública no tiene por qué ser liquidada. Los Gobiernos no mueren", recalca The Nation.

Así, la deuda pública sencillamente aumenta de un año al anterior. "En toda la historia de EEUU así ha sido, con el déficit público y la deuda creciendo todos los ejercicios salvo en seis breves períodos. Y lejos de ser una carga, ese endeudamiento es el pilar fundador del crecimiento económico. 

Los bonos públicos aportan rentabilidad neta al sector privado, mientras que los títulos corporativos sólo transfieren el dinero de una parte del sector privado a otra", sentencia la revista.

Comunicación política para los partidos políticos pequeños


Es tarea complicada comunicar bien desde un partido político grande y lo saben bien todos, así que debemos admitir que hacerlo desde un partido político pequeño o mediano es tremendamente más difícil, pues los medios de comunicación no prestan atención a quien no les envía de rebote lectores o espectadores. 

Y sobre todo por que las economías de cada organización impiden tener a buenos profesionales contratados para estas tareas imprescindibles. Comunicar bien es caro.

Pero que sea complicado no quiere decir que sea "casi" imposible. Para todo hay reglas, métodos, herramientas, que ayudas a trabajar mejor la comunicación desde aparatos políticos pequeños. 

Algún ejemplo con éxito tenemos en España. Vemos nueve pequeños ítem a tener (o no) en cuenta.

 Los medios de comunicación que ayudan a los dirigentes políticos lo hacen con los grandes partidos, y los partidos pequeños lo tiene muy complicado para acceder a ellos, aunque nunca es imposible. Pero admitiendo que aun saliendo en los medios de masas, deben cumplir dos objetivos mínimos. 

A/ Tienen que conseguir audiencia para el medio y así lograrás que te vuelvan a llamar. 

B/ No debes equivocarte, pues tanto sirven para auparte como para hundirte.

 Los partidos pequeños no debe extender su discurso sobre todos los temas. Hay que centrarse en muy pocos temas, bien elegidos y a ser posible dando prioridad a un tema central, potente, elegido por que afecta a muchos, bien preparado en todas sus variables. 

Y repetirlo hasta cansar, desde diferentes puntos de explicación. 

En esos pocos temas hay que demostrar gran preparación y un equipo de políticos ampliamente preparados y reconocidos. Es verdad que los momentos actuales son tan amplios que esto parece imposible, pero hay que destacar en algo.

 Con el discurso ya preparado, con esos marcos mentales ya diseñados, hay que insistir, insistir como si fueras un vendedor de biblias a domicilio. 

Insistir en las veces pero también insistir con el mismo mensaje en toda la red de evangelistas que apoyan tu mensaje. Si esta semana o este mes quieres hablar desde el partido de las zonas verdes, todos los dirigentes deben hablar de las zonas verdes en todos los sitios posibles. 

Es simplemente hacer de altavoz para que se escuche más. Y para eso es imprescindible saber hacer Comunicación Interna y Externa. Sin tener bien articulada la primera, no sirve de lo mismo hacer la segunda.

Todos desde una Organización deben hablar lo mismo, con su idioma propio, para que parezca distinto. Pero con unos marcos diseñados de donde no hay que salirse. Esa es la primera norma barata, para intentar comunicar bien.

¿Cómo se logra? 

El lunes de la primera semana se manda un informe detallado de lo que se quiere trasmitir a todos los que tienen capacidad de llegar multiplicando a más personas. 

A/ Tema principal para las dos próximas semanas. 

B/ Postura principal y posturas aledañas sobre el tema. 

C/ Cuestionario ya resuelto con las repuestas más comunes y el discurso sobre el que debe girar la trama. 

D/ Libertad para que cada persona lo enfoque como crea oportuno. 

E/ Análisis posterior de todo el proceso buscando debilidades y aciertos.

 Los partidos políticos pequeños deben buscar medios alternativos a los que emplean los grandes. 

Es muy caro utilizar los pequeños folletos de barrio o carteles temáticos repartidos por las casas, por ello hay que trabajar más la incidencia en internet a base de redes amigas o el uso de muy pequeña cartelería tipo pegatina con el logo y una simple frase, o el logo y una dirección web. 

Nada es tan barato como una pegatina tamaño media postal, a un solo color vivo, que llame con una frase contundente.

 Provocar. Los partidos políticos pequeños tienen la obligación de provocar. 

Esta es una herramienta de doble filo. 

Provocar con la inteligencia política de no salirte de tu guion. 

Provocar sin caer en la provocación compartida. 

Provocar y dejar que se produzcan las reacciones sin entrar en ellas. 

Provocar desde la ambigüedad pero teniendo muy preparada la respuesta que deben conocer todos los que provocan para que sea la misma.

 Entregar el discurso a la sociedad, al “tú”; dividirlo en pequeños trozos hasta que llegue a la persona. 

Imaginemos la corrupción. 

Un tema claramente conocido por todos. Pero un tema excesivamente ambiguo para producir rechazo real excepto que lo enmarquemos en "amigos y enemigos". 

Si al ciudadano le decimos que el Caso PITORRO es una barbaridad y un despilfarro tramposo lo escuchará pero quedará en abstracto. 

Si le decimos que están acabando “contigo” pues el Caso PITORRO te ha costado a ti —sí, a ti como individuo— 600 euros por persona el marco mental cambia. Cada persona ya sabe claramente qué le supone “ a él” soportar esas trampas. 

Si se lo repetimos mil veces, al final asumirá que él es idiota si no hace nada por evitarlo, pues es su dinero el que sirve para esos tramposos. 

Y si le decimos que 2.400 euros de una familia suponen tres meses enteros de su propio trabajo, 480 horas de su duro trabajo, se lo pensará más. Ese es un ejemplo de manipulación, pues no hemos incluido los modelos de control para saber si realmente son 600 euros por persona o solo 6 euros. O si es un robo o un uso indebido o equivocado. No es justificar, es comunicar sin manipular.

 Se emplea poco la primera persona en el discurso político. Elegir el dirigirse “a ti”, en vez de el dirigirse a “vosotros”. 

Cuando hablamos de explorar nuevas formas, la primera persona, el discurso individualizado, funciona bien. No estáis pasándolo mal “vosotros”, quien necesita ayuda eres “tú”.

 Debemos asumir que la comunicación no es lo principal en la tarea política, pero ayuda. 

Si lo que se comunica no tiene fondo, no tiene forma real de conseguirse, no es posible, o si se divaga sobre las formas, no se hace desde el positivismo, no lo comunica alguien con anterior credibilidad, pues no sirve de nada comunicar. 

Es más importante el programa, las ideas, todo aquello que sustenta la comunicación desde los cimientos. Si eres muy buen vendedor pero vendes humo y además muy caro, y hay que hacer un gran esfuerzo para comprarlo, y no venderás nada. 

Y la culpa no será del vendedor sino del producto.

 No comunica bien quien quiere, sino quien puede y sabe hacerlo. Y debemos recordar que el silencio también es una buena manera de comunicar. Y que la intensidad en la comunicación no es algo lineal, pero que tampoco debe ser algo que se hace solo unos pocos meses antes del pasar el examen de unas Elecciones.